Una incógnita sin resolver,
una calle sin salida;
una despedida sin querer,
sin saber que tú te ibas.

Un libro lleno de misterio,
nunca te descifré.
Un epílogo sin completar,
con la esperanza de verte envejecer.

Una meta sin esfuerzo,
una poesía sin letras;
una sonrisa como verso,
una lágrima perdida en la arena.

Una lágrima que nunca se seca,
pero que se esconde con sonrisas
pequeñas.
Creen que tú eres la incógnita que
resuelve el dilema,
y no eres más que un obstáculo entre un
millón de piedras.

Un obstáculo que quiere ser ventana,
o puerta en todo caso.
Una piedra que quiere tener ojos para
apartarse del miedo de la gente,
apartarse del problema.

Pero el problema es él,
ella quiso que así fuera.
Aunque estoy segura de que podrá ser,
creo en esa piedra.

Porque la he visto crecer,
y cambiar de forma;
he visto como crecía un ser en su
interior,
como dejaba de ser piedra.
Siente.
Ríe.
Sueña.

Me enamoré de esa piedra.
Pero yo quise que fuese problema.
Yo lo quise,
Y él está enamorado de una sirena.

¿Cuál es el problema?
Que yo soy otra piedra.
Otro obstáculo.
Otra incógnita.
Dos x que no suman ni restan.

Sin Tus Palabras...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora