Ella Siente Aunque no Viva.

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Si pudieras sentir a través de su gélida mirada y difuminada melancolía. Si pudieras sentir a través de su boca enrojecida y su eterno cabello de tristeza. Su eterna sonrisa sufrida. Sus lágrimas de fuego. La sangre que tuvo que haber corrido por sus venas, tan templada y severa... Algo que hiciera renacer sus bruscas ramas secas de impaciencia. Aquellas que se estremecen tras sus penas, que se queman por la ausencia del latido de sus pupilas inconscientes. Porque ahora el recuerdo es tan sólo una estatua de piedra, que siente y sin embargo nada expresa. La soledad de su dolor se convierte en brillo que da luz a sus alas de árbol enmascarado. La resignación de sus manos ásperas y concentradas en tocar aquella melodía hipnotizante... tan hipnotizante... Que el paso del tiempo sigue su trayecto mientras, en la noche, las luciérnagas dejan de tener luz propia y comienzan a depender tan sólo de aquella hermosa composición. Cuando cesa el leve sonido de las cuerdas en su corazón, aquellos seres se duermen hasta que la bella y siniestra mujer retoma la melódica conversación. Mientras tanto, ella los cuida, porque sabe que la escuchan, que la sienten, pues el vínculo ahora es mayor. Deposita a sus amigos bajo una senda sin fin, bajo una iglesia hecha añicos por la cual no vale la pena sufrir. Entre el bosque de los árboles perdidos, calla, y ahora se deja llevar por los pensamientos fugitivos de la historia anhelada y sin fin. Sólo escucha, y se empapa de sabiduría, segundo tras segundo... Siglo tras siglo. Le cuentan historias de caballeros históricos que pasaron por sus tierras, de guerras en las que sólo ellos sobrevivieron, en cómo en aquellas luchas nunca había un vencedor, historias de princesas de rostro húmedo que se dirigían al castillo del hombre que debían conquistar...

Historias dónde la vida va y viene y sólo el sentimiento de delirio, tristeza y recelo se queda en nuestros pensamientos.

En demasiadas ocasiones llega ella, dispuesta a ser escuchada y no a escuchar. A reclamar que cesen por fin su vida eterna. No desea ver más muertes, violencia, traiciones, miedos, inseguridades y paciencia. Quiere dejar de existir, convertirse en un alma olvidada y llevada con el viento hacia donde exista un ápice de consciencia dentro de los seres animados e irracionales, dentro de sus venas.

Dentro del sueño de cada noche, el verse por fin dormir.

Sin Tus Palabras...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora