Negra,
como la soledad de este invierno;
feliz,
triste,
fría
y risueña
o temblorosa
o austera.
Negros,
como tus ojos alargados,
profundos;
ofrecen ese sentimiento
de añoro,
de querer verte aún cuando te estoy
viendo.
Negra, como tu camiseta.
Me hacen pensar que estoy tan loca
como cuerda.
Me pierdo en las costuras de tus
hombros;
cuento las filas de hilo,
aún puedo distinguirlo,
aún siendo negras.
Como la boca del pozo,
donde se entierran recuerdos.
Como las ataduras de un loco,
que se siente tan solo como sus besos.
Negro,
como el cielo de este anochecer.
Tan sincero.
Tan ahogado en el sueño.
Quiero la almohada negra de rosas
oscuras,
de pétalos afilados que corten mi
corazón en mil pedazos.
Que me dejen en paz las estrellas,
que yo me entierro en el cielo,
me abrigo con él y a la Luna acompaño.
Se lo debo.
Porque mi alma es tan negra como tus
miedos.
Me gusta vivir en la oscuridad,
porque allí está la luz que busco y
deseo.
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Sin Tus Palabras...
PoesíaNo sé si después de esto podré mirarte a los ojos, ni siquiera si esto está bien; si debería callarme y aceptar que lo nuestro es un simple otoño sin el calor esperado.
