Somos un Simple Helicóptero.

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Aterrizaste con alas de helicóptero en
tierras lejanas,
levantando aires a tu paso,
haciéndote escuchar en los hogares
del suelo hasta el tejado.

Llegaste, y te acompañaba un fuerte
vendaval de emociones a tu paso;
descargabas adrenalina tras haberte
enfrentado a tu miedo más humano.

Te acercaste a mí, y pensé,
te juro que pensé,
que me ibas a echar una mano
(se te veía tan entregado...)

Pero, ya ves,
el destino es muy curioso;
yo divago entre calles sin nombre con las alas rotas desde hace siglos,
y llegas tú y mis ojos te disfrazan de
Dios, profeta y profesor de prestigio.

¿Sabes lo que me cegaba?
¿Sabes cuál es el gran pañuelo que
tapa los ojos a este mundo?
Pensar que te puede ayudar alguien
que no ha tenido las alas rotas,
ni ha tenido que estar de baja por
reparación.
Pensar que alguien que nunca ha
bajado la guardia de sus hélices puede entenderte.

Sin Tus Palabras...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora