Hoy echo la vista atrás, y tengo que girarme de vez en cuando para no echar a correr.
Hoy echo la vista atrás y todo este tiempo ha sido como una estrella fugaz.
Hoy miro dentro, rebusco entre los escombros, y sólo quedo yo. Con la cantidad de gente que ha pasado, y la soledad es lo que me ha tocado, corazón.
Hoy sólo siento, no me preocupo por mi ortografía o mi forma de vestir. No obtengo críticas, no tengo miradas ni morada, ni rosas ni risas sin fin.
Hoy echo la vista atrás, y me mareo de vez en cuando. Todo ha pasado a una velocidad de vértigo, incontrolable.
Sólo me queda justificarlo.
Este tiempo.
Esta soledad.
Este pelo enmarañado.
Voy a intentarlo.
Llegaste y yo no supe por donde tirar. No supe qué decir, ni de qué hablar.
Llegaste y mi cielo tormentoso se volvió azul.
Y yo, amor, no supe qué hacer... fuiste mi salvación.
Se me hizo un nudo en la garganta y se me desató el corazón.
En cuanto te dije lo que me ocurría cambiaste de semblante y de opinión.
Me volví fuerte, pero cada vez mi cabeza va a peor.
Dejé de lado a otras compañías, otras me dieron a mí la espalda.
Fui idiota.
La vida es así, ¿no?
No. Claro que no. Sólo soy yo.
La niña madura (inmadura) que se complica la vida con versos enterrados en tu fuerte.
La niña que te grita en sueños e intenta entenderte.
Pero no lo consigo, por más que rebusque entre papeles arrugados y sin suerte.
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Sin Tus Palabras...
PoesiaNo sé si después de esto podré mirarte a los ojos, ni siquiera si esto está bien; si debería callarme y aceptar que lo nuestro es un simple otoño sin el calor esperado.