Me dueles,
qué le vamos a hacer.
Sé que no tienes la culpa de mi dolor,
pero yo tampoco la tengo,
y sólo me toca a mí dar rienda suelta al pensamiento.Me dueles,
pero sé que no puedo hacer nada.
Que el tiempo no existió en mi vida,
y no vino para sanar mis heridas.Pero la culpa no la tienes tú,
ya lo sé.
Ni el tiempo,
también lo sé.Sé que soy yo la única culpable de derramar letras en un folio ensangrentado,
sé que por mi culpa tú aún no estás liberado.No te preocupes,
te libero.
Te libero de las mil batallas que se cruzan en mi mente cada día.
Te libero de todo aquello que tenga que ver con mi existencia.
No estas obligado a secar mis lágrimas,
y tampoco deseo eso.
Tampoco estas obligado ni siquiera a responder mis preguntas,
aunque te aseguro que no puedo evitarlo.Y por la noche,
me tiro de cabeza en la cama como si fuera agua.
Por si hubiera una puerta secreta que me lleve a un mundo sin ti.
No quiero nada tuyo,
y si lo quiero me da igual.
Me da igual lo que piense,
pues mi alma llora,
por esta razón,
cada vez más.
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Sin Tus Palabras...
PoesíaNo sé si después de esto podré mirarte a los ojos, ni siquiera si esto está bien; si debería callarme y aceptar que lo nuestro es un simple otoño sin el calor esperado.