Capítulo 37;

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A la mañana siguiente cuando desperté, bajé de mi cama y fui hasta el salón, encontrándome con Samuel y Alex, quienes jugaban en la play.

Caminé hasta la cocina y abrí el cajón de "números", o al menos así le llamaba Samuel. Busqué el numero de sushi y agarré el teléfono de casa para pedirme una cantidad inmensa de puro sushi.

Ya echo todo esto volví al salón y me senté junto a Alex.

—Buenos días.

—¡Que susto tía!—dijo Samuel pausando el juego y poniéndose la mano en el pecho.

—Hola _______, ¿averiguaste algo acerca de...?—preguntó Alex y entrndí lo que quiso decir.

—Oh, si, si. Perdón por colgarte ayer. Fue Mar, la novia de Rubén.

—¿Cómo?—ahora Samuel se metió en la conversación. Su expresión era de sorpresa total, estaba flipando.

—¿Pero estás segura de eso?

—Que si, le he llamado y al final de la llamada confesó todo.

—Joder... ¿y ya le dijiste a Rubius? Tiene que saberlo—dijo Samuel y negué.

—No hemos hablado para nada, yo solamente la amenacé con decirle pero no lo haré. Quiero que pase un tiempo más hasta hablarle, me da mucha vergüenza. Porque, joder, me besó y aún no puedo creerlo, ¿creen que sienta algo por mí?—miré a Alex y luego a Samuel, con mis ojos abiertos y con una sonrisa estúpida en mi rostro.

—Yo sólo creo que está confundido. Pero no hay que descartar esa opción, puede que después si sienta algo.

—¿Enserio lo crees?—me acerqué hasta él y lo abracé—Me hace tan feliz escuchar eso, quisiera que fuera verdad. Realmente le quiero mucho y todo, me aprendí de memoria cada una de sus facciones, el tono de su voz por la mañana, su raros hábitos,  y sus cálidos abrazos.

—Lo mismo digo de Willy—sonrió Samuel.

—Willy es muy lindo—dijo Alex y no evité reír.

—¿Acaso ahora eres gay?

—¡Nonono!—se puso colorado y con Samuel nos reímos de él.

—Pareces gay.

Narra Rubius 🌚❤

—Hasta luego. Te extrañaré mucho—abracé a Mar y dejé un beso en su nuca.

—Yo igual, y no sabes cuanto—me abrazó aún más fuerte y unos segundos después se separó.

—Fue la mejor semana de mi vida, te quiero Mar.

Se puso de puntillas y engancho sus manos por atrás de mi cuello, su respiración chocaba contra mis labios y alcancé a ver su gran sonrisa antes de que me besara.

Sus labios se movieron lentamente encima de los míos y el beso fue subiendo de tono cuando sentí su lengua dentro de mi boca. Era raro, pero después de millones de besos con chicas ya me había acostumbrado a los de éste tipo.

Puse mis manos sobre su cintura y lentamente acabamos con el beso.

—Cuando llegue a casa hablamos por whatsapp, ¿si?

—Claro, hasta pronto.

Volví a abrazarla y dejé que se fuera hasta el andén. A lo lejos la miré y me despedí con mi mano, vi como lanzaba un beso y desaparecía por el andén.

Me quedé un rato ahí hasta ver como su avión despegaba y ella volvía a Argentina.

Se sentía raro que ella se fuera, me sentía algo... No sé como explicarlo. Estos días fueron geniales, ¡preciosos!, y sin duda será raro despertar y no verla a un lado de mí.

Tú Me Enamoraste ;rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora