Capítulo 47;

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Capítulo 47; aquel beso pt. 2



Caminé a su lado por la banqueta camino al edificio de Samuel mientras miraba a la nada entre los grandes edificios de la ciudad, un silencio bastante cómodo nos rodeaba de momento. Lo único que nos unía eran nuestras respiraciones y nuestros pasos sincronizados.

Desde que llegué a Madrid mi vida se ha convertido en una bastante práctica, nada que ver con mi antigua vida en Los Ángeles. Aquí todo era algo cómodo para mí.

Recuerdo cómo me gustaba casi todo mi dinero llendo de taxi en taxi todo el tiempo. Aquí no veo la necesidad de hacerlo.

Madrid tiene calles que disfrutas siempre verlas, varias empedradas, con farolas preciosas, edificios antiguos con estructuras que te hacen sentir comodidad contigo mismo. Ancianos en el parque dándole de comer a los pájaros, no sé, algo bastante lindo. La ciudad logró enamorarme en varios meses, toda ella es preciosa.

Pero varias personas hacen que estar aquí sea algo fastidioso. Y hablando del rey de Roma, Rubén se gira para verme cuando esperamos a que los autos se detengan y que la señal de peatones cambie a un color verde. No lo odio, pero hace que sea fastidiosa ésta vida. Pensando todo el día en él y en si alguna vez me prestará atención de una forma más romántica.

Y él no tiene la culpa, claro que no. Los culpables somos Shay y yo.

No me metas a mí en esto, yo no tengo nada que ver con lo suyo.

Mala persona.

¿Que decía? A sí, que la culpable soy yo —te odio Shay— ya que yo misma no retengo mis pensamientos, sabiendo la amarga verdad. Ya no, y voy enserio, ahora mismo declaro mi abstinencia de Rubén, lo veré pero no pensaré en él de forma romántica, me hace mal hacer eso. Dejaré de sufrir, ya será parte del pasado y seguiremos siendo amigos, como siempre debió haber sido, aquel beso fue la gota que dejó el vaso hasta el borde. No permitiré que otra gota más caiga, haciendo derramar el vaso.

Me olvidaré de él, desde ahora el proceso de desenamorarse a comenzado. O al menos eso intentaré, no es fácil dejar de pensar en tu mejor amigo si siempre estás con él.

Salí de mis pensamientos cuando nos detuvimos frente al edificio de Samuel, saqué las llaves del bolsillo de mis jeans y abrí el portal, dejé que Rubén entrara y le seguí por detrás, cerrando el portal. Saludamos al portero con una sonrisa y nos montamos en el ascensor, presionando el piso 15.

Una canción "tranquila" sonaba dentro del cubículo, siendo éste el único sonido dentro. Ni yo ni Rubén hablábamos. Lo conozco bien como para saber que está rallado por mi reacción en su departamento.

El ascensor se detuvo y sonó el típico "pin" cuando las puertas se abrieron frente a nosotros, Rubén me dejó salir primero y me siguió por detrás hasta la puerta del departamento. Di un rápido vistazo a mi antiguo departamento y sin más metí la llave dentro de la cerradura, dando vuelta para que el pestillo de esta se quitase. Abrí la puerta y fue mi turno de dejar pasar a Rubén primero, y no porque quisiera, si no que yo tenía que cerrar con pestillo la puerta.

No evite verlo caminar por el corto pasillo que daba al salón. Mi mirada lo recorrió de pies a cabeza, admito que me detuvo un poco en su culo que no era tan notorio. Una pequeña sonrisa se deslizó por mis labios y termine de cerrar la puerta.

—¡_______!

La voz de chica me descolocó un poco cuando la escuché detrás de mi, no era típico de los chicos invitar a chicas aparte de mi, y por eso mismo pensé que ésta tarde no sería diferente.

Tú Me Enamoraste ;rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora