CAP. 3- ¿PORQUE LOS PUEDO VER?

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Me encontraba en sin poder conciliar el sueño. No quería dormir, ansiaba respuestas. Respuestas del porque tuve el accidente y respuestas sobre ese mensaje extraño que me habían mandado. Quizá era uno de mis pacientes haciéndome una broma pesada, la mayoría de mis pacientes tienen entre 15 a 20 años, no les doy tanta confianza, pero si les doy mi numero para que me llamen si se sienten mal. Un frió apareció en la habitación, como si de la ventana entrara un aire congelante. Podía ver que de mi boca emanaba un aire helado. Miré a mi costado, hacia la cama de Jong In y lo veía durmiendo placidamente, yo no entendía que era lo que pasaba. Me volví a echar a la cama, y me tapé completamente. Escuché como la puerta del baño se abría lentamente, ese chirrido que la puerta emanaba, hacia que temblara del susto. El sonido de la puerta cesó, pero aún el frió helado permanecía en la habitación.

- Ayúdame. - fue lo que escuché en susurros.

- Jong In, deja de molestar. Duerme. - dije creyendo que era él que me molestaba.

- Hana, tu tienes que ayudarme. - dijo la voz. Cuando escuché mi nombre, eso hizo que me estremeciera. El miedo que sentía, no me dejaba dormir.

- Jong In, cierra la boca, me estas asustando. - dije volteando para mirarlo. Ahí fue cuando me di cuenta de que no era Jong In. El hombre que había visto en ese mismo día, se encontraba junto a mí. Estaba tal como lo había visto, con una bata blanca, zapatos negros relucientes. El doctor no era tan viejo, pero tampoco tan joven, diría que tenia 36 o 40. El señor estaba frente a mi, el solo me quedaba mirando, su rostro era pálido y su miraba era aterradora. Pasó un rato y el miedo nuevamente se apoderó de mí, pero pude preguntarle algo.

- U-usted. ¿Quien es usted? - estuve unos minutos esperando su respuesta.

- Tienes que ayudarme. - dijo y se volteó. Cuando estuvo dándome la espalda, pude ver un líquido rojo cayendo a la bata blanca, me asusté más cuando subí la vista y vi una gran herida en su cabeza. Me paré de la cama y me dirigí al doctor.

- Señor, su cabeza. - dije- Su cabeza está sangrando. Venga, tienen que curarlo. - le dije, agarrándolo del brazo. El señor se agarró fuertemente de mi brazo y ambos salimos de mi habitación.

Mi habitación era la última de todas las demás, estaba muy lejos de la recepción. Ambos caminábamos sin decir alguna palabra, vi que muchas personas pasaban cerca de donde estábamos. Pensaba que era ilógico, ya que eran altas horas de la noche. Las personas, saludaban al doctor que me acompañaba, este bajaba su cabeza, era extraño que no se quejara del dolor de cabeza que debería de sentir. Llegamos a la recepción, y no había ninguna enfermera.

- Señor, esperemos a que regrese la enfermera que me cuida.- le dije y este asintió con la cabeza.

- Mira - dijo el señor enseñándome una foto de una señora.

- Señor, ¿ella es su esposa? - le pregunté.

- Si, ella es. Ya no volveré a casa, quiero que le digas que la amo, que todavía la amo.- Me dijo sonriendo.

- Ya no volverá, ¿porque no regresará a casa? - dije viendo como se paraba.

- Si, disculpe. ¿Qué sucede? - dijo la enfermera que se acercaba al doctor,

- Tiene que curarlo. - dije señalando al doctor.

- Venga por favor. - dijo la doctora. - sígame.

- ¿Estará bien? - le pregunté a la enfermera.

- Si. Pero debería de regresar a su habitación. No es una bonita hora, para que una paciente esté caminando por aquí. No querrá ver cosas extrañas. - Fue lo que dijo antes de pasar a la sala de operaciones.

Me dirigí a mi habitación, pero iba pensando en lo que la enfermera me había dicho. Sus palabras resonaban en mi cabeza. Todavía veía a las personas pasando por mi costado, sentía mucho frió. Iba sumergida en mis pensamientos, cuando siento como unas manos me agarran de la cintura. Sentí tanto miedo, que las lágrimas empezaron a caer de mis ojos.

- ¿Pero, porque lloras? - Escuché detrás de mí. Volteé y le vi que era Jong In.

- ¡¿Porque me asustas?! - le dije golpeando su pecho.

- Tranquila Song, me asusté porque no te vi en la cama. - me dijo abrazándome.

- Es qe fui a ayudar a un señor que tenia una herida. - dije y Jong In me alejó de el.

- ¿A quien podrías ayudar a esta hora? - me dijo tomándome del hombro.

- Había un hombre, que sangraba. El estaba dentro de la habitación y me pedía ayuda. -no sabia como explicarle, porque ni yo sabia como había sucedido todo.

- Vamos Hana, necesitas dormir. - me dijo llevándome a la habitación.

Me eché en la cama, y cerré mis ojos. No podía conciliar el sueño pensando en el doctor, quería saber como estaba. Pero cada vez que pensaba en el, me daba escalofríos. Cuando me di cuenta de que mi mano pertenecía en puño, recordé que el señor me había dado la foto de su esposa y no se lo había devuelto. Pensé que al día siguiente podría buscarlo y devolvérselo. El sueño me venció y me quedé automáticamente dormida.

Me desperté más temprano, y recordé que hoy regresaba a casa. Me cambié y no me molesté en despertar a Jong In. Me dirigí a buscar a la enfermera que había atendido al doctor. Caminaba por el mismo lugar en el que recorrí ayer con el doctor, todo era diferente, recordaba sillas, las puertas blancas, las paredes pintadas de crema. Pero ahora todo era distinto, las puertas estaban maltratadas, las paredes están pintadas de gris, y solo había 2 sillas. Seguí caminando sin prestarle importancia a eso. Caminé hasta donde está la recepción y pude notar en la pared de aquella sala dos fotos. Era muy extraño, era la foto del doctor y la enfermera que había visto ayer. Me estaba acercando para leer la nota que estaba escrito en la parte de debajo de la foto, cuando...

- Disculpe, usted no puede estar en esta sala. - dijo la voz de una mujer. La mujer que me estaba hablando era igual a la de ayer.

- Oh, es usted. Usted atendió al este doctor. - le dije señalando la foto.

- ¿Disculpe? - me dijo con una expresión extraña.

- Si, usted es la enfermera que atendió a este doctor. Pero me puede explicar porque sus fotos están en la pared.

- Venga, por favor. - dijo señalando las sillas. Su rostro estaba pálido pero no mostraba ninguna reacción.

- ¿Que sucede? - fue lo único que le pregunté.

- Usted, ¿usted ha visto a estas dos personas? - me preguntó.

- Si. Ayer, el señor fue a mi habitación pedirme ayuda y fue cuando me di cuenta de que estaba sangrando. Lo traje hasta acá y usted salió y se lo llevó. ¿Está bien el doctor? Tengo que devolverle algo. -le dije. La cara de la enfermera se tornó de asustada.

- Señita, a la que vio fue a mi hermana. - me dijo

- Oh, entonces, ¿cree que le pueda preguntar como está el doctor?

- El doctor Woo murió, al igual que mi hermana. Déjeme contarle. - no sabia que era lo que ocurría.- Mi hermana trabajó antes que yo, en este hospital. Hace 3 años, mi hermana fue asesinada en este hospital, ella estaba haciendo su turno, cuando un señor la acuchillo por no haber podido salvar a su hijo, que murió de cáncer. Mi hermana murió el mismo día que el doctor Woo, fue asesinado por el mismo hombre. Pero fue diferente, a mi hermana le clavó un chuchillo y al doctor lo golpeo con un objeto contundente repetidas veces en la cabeza. Lo que usted ha visto, ha sido personas muertas. Usted ha visto a mi hermana y al doctor. - cuando terminó su relato me sentí mareada, estuve hablando con 2 personas muertas. Me levanté de la silla y seguí caminando para ir a mi habitación. El relato de la enfermera había hecho que me cuestione si en realidad, me estaba volviendo loca... Y la pregunta que rondaba por mi cabeza era ¿Por qué los puedo ver?

WHO ARE YOU, HONEY?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora