CAP. 6 - NO ES BUENO (LUHAN)

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Hana al parecer es una buena persona, ha pasado por mucho con la perdida de su novio. La primera vez que la vi y ella pudo verme supe que ella podía ayudarme.

-Luhan, ¿la extrañas? - dijo Hana.

- ¿a quien? a Young Min?

- Si, ¿quieres volver a verla?

- ¿Tu no quisieras volver a ver a Jong In? -le respondí.

- Si, pero es diferente. Yo solo puedo velo si el se presenta frente a mi, pero si el me extrañara, vendría a verme. -respondió.

- Será difícil que pueda venir a verte. - le respondí.

- ¿crees que ya me olvidó? -la cara de Hana se tornó a triste. no sabia que responderle, no se que es lo que él piensa.

- No creo que te halla olvidado. Eres muy tierna como para que alguien se aleje de ti. - tras el termino de lo que había dicho, pude sentir

 Como Hana se sonrojo.

- Luhan, hasta mañana. Me despiertas a las 6. El camino es largo, lleva algo para que no te aburras.

- Pero estaré junto a ti, tú pareces un payaso. - le dije acomodándome en la cama.

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            PUNTO DE VISTA DE HANA

La cama esta fría a causa de Luhan, pero su compañía es agradable, con el me siento cómoda disfruto su compañía. Hace 2 meses que no sonreía, ahora sin pensarlo lo hago.

Después de cuatro horas que me quedé dormida, sentí un frío posarse en mi cabeza. Creí que era Luhan que me quería molestar.

-¿Ahora me recuerdas?- dijo una suave voz en mi oído. Sentí como un escalofrío se apoderó de mí, no conseguía lograr moverme. Lo único que logre hacer fue pronunciar un nombre.

-Se-Sehun... -sentí que unas frías manos se posaban en mi cuello, apretándolo fuertemente. Escuche que la puerta de mi habitación se abrió de golpe.

-¿Porque no solo la dejas ir? - dijo Luhan calmadamente.

-¿Porque no te metes en tus asuntos? - dijo Sehun alejándose de mi.

-Sehun, si quieres matarla. ¿Crees que lo puedas hacer cuando haya terminado de ayudarme? -sentí como la cólera se apodero de mi. Y mire con rabia a Luhan, sentía rabia porque el me estaba utilizando.

-Muy bien, es un trato. Volveré por ti cuando tu nuevo amigo y tú terminen lo que están haciendo. - dijo mirándome fijamente a los ojos. El me estaba quitando energía, lo podía sentir. Pero seguía sin moverme, y lo ultimo que recuerdo es que me quede dormida.

- Hana, levántate. - decía Luhan pasando su fría mano sobre mi frente.

-Suéltame-dije incorporándome sobre la cama.

-El desayuno esta servido, nos tenemos que ir. -dijo saliendo de la habitación. Me levante y me dirigí al baño para arreglarme. Cuando termine de alistarme, salí del baño y me dirigí a la cocina.

-Buenos días. - dijo Luhan sentándose a mi costado.

-¿Qué tienen de buenos? - le conteste.

- ¿siempre te levantas de mal humor? Creo que vivir contigo, se tornará un poco extraño.- dijo Luhan.

-Luhan, ¿ya estas listo?

-Si, Vámonos. - dijo tomándome de la mano.

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Se que Hana está molesta por lo que dije ayer. Pero, no se me ocurría otra forma para que Sehun se alejara de ella. Estábamos en el carro, ella no me hablaba, no me miraba, esta furiosa, pensé. Pensaba en una forma para que ella me hable.

-¿Hana? – le dije.

-¿Que? - dijo mirando el retrovisor.

-Siento mucho lo que dije ayer. No sabia que hacer para que te soltara. - le dije mirándola. – ella seguía sin mirarme.

- Te dije que no me dejaras. Sabía que algo iba a pasar. No debí de quedarme dormida. – Odiaba que se echara la culpa, pero no quería que siguiera molesta, ¿tenia que pedirle disculpas o hacerla reír?

- Hana, no es tu culpa. Te prometí que me quedaría toda la noche contigo, pero no lo hice, así que la culpa es mía. Lo siento. – dije mirando mi mano.

- Ya, olvídalo. ¿Pero Luhan, a donde te fuiste? – me preguntó, deteniendo el auto.

- Fui a caminar por la playa. No me gusta ver como duermen las personas, es difícil para mí. Disculpa. – Le respondí.

- Oh, esta bien. Ya llegamos. – me dijo, bajando del auto.

- ¿Tan rápido? – le contesté algo desconcertado.

- ¿Qué rápido? Nos hemos demorado 1 hora. – me dijo riéndose.

Entramos al edificio de la señora que conocía Hana, ella estaba entusiasmada se le notaba en el rostro. Hana tocó la puerta de la casa, después de unos minutos, una señora de, digamos casi 70 años, era extraña pero hacia que algo me atrajera a ella.

-          ¡Bienvenidos! Pasen por favor. – dijo abriendo de par en par la puerta.

-          Sra. Woo, este es Luhan. Xi Luhan. – dijo señalándome.

-          Hola Luhan. ¿Que te trae por aquí? – dijo sentándose en un sofá negro.

-          Señora, yo he – no sabia que preguntarle, estaba asustado.

-          ¿Quieres respuestas? – dijo interrumpiendo mis pensamientos.

-          Si. – le contesté.

-          Bien.- dijo entusiasmada- Sígueme. – he hizo una seña para que fuera detrás de ella.

-          Oh, ¿Señora? – le dije haciéndola voltear.

-          Si Luhan, dime.

-          ¿Cree que Hana, pueda estar con nosotros? – le dije y ella abrió sus ojos como si estuviese sorprendida.

-          Oh. Bueno, no acostumbro hacer eso con ella, ya que siempre se queda fuera del tema. Pero si, si gustas puede estar con nosotros. – me dijo entrando a la otra habitación. Me dirigí nuevamente a la sala en donde me encontré a Hana mirando su teléfono, su rostro se había tornado nuevamente de tristeza. Y me sentía impotente al no saber como ayudarla. 

-          Hana – le dije haciendo que ella se pasara la mano por el rostro para secar las lágrimas que había caído en sus mejillas.

-          ¿Que pasa Lu? – dijo sonriendo forzadamente.

-          No te preguntaré que te sucede. Así que no te preocupes por eso. – le dije.

-          Gracias. Pero dime, ¿porque has vuelto? – me dijo guardando su celular en el bolsillo.

-          ¿Puedes entrar conmigo? No quiero estar sola ahí dentro. – le dije.

-          Oh, pero yo nunca entro. A las personas que traigo, siempre me hacen esperarlas en la sala. – me dijo acomodándose en el sillón.

-          Solo por esta vez. Entra conmigo. – dije con tono de súplica.

-          Pero podría escuchar algo que no debo. – me contestó.

-          No me interesa, vamos. – le dije jalándola de la mano. Ambos llegamos a una sala completamente blanca, era como si por las ventanas entraran la luz del sol. La señora nos miró y nos indicó para que nos sentáramos. 

WHO ARE YOU, HONEY?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora