P R O L O G O

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Jimin no había querido preocupar a los demás así que había soportado toda la cena mientras trataba de pasarla bien junto a Yoongi y Hoseok quienes le habían preguntado si algo sucedía pero solo había negado sonriendo. Namjoon lo había notado también, había notado esa mirada perdida de su compañero, como su boca se abría para hablar pero terminaba cerrándola o como sus manos jugaban nerviosamente entre ellas.

Al fin la cena se había acabado y sonriendo ampliamente se despidió rápido diciendo que tenía turno de noche en la cafetería - aunque la mayoría de los presentes sabían que eso era mentira -. Se despidió antes que Jin le siguiera o que Tae le mirara de esa forma que le decía que ya sabía que estaba sucediendo.

Quería correr lejos de ahí.

Ya afuera del establecimiento camino tranquilamente siendo acompañado de la fría noche hasta que llego a la esquina de la calle y sin más salió corriendo como si su vida dependiera de que fuera más rápido sin importar las miradas que se ganaba. Quería quedar sin aire, quería estar tan cansado físicamente que su corazón no doliera tanto como sus piernas.

Paro cuando había corrido 6 calles lejos, no se lanzó en ese momento a la acera porque una pareja pasaba a su lado. Respiró pesadamente y tomo su teléfono en manos sacándolo del bolsillo haciendo que al instante cayera una llave al suelo, agradeció que tenía la llave de repuesto del apartamento de Yoongi porque estaba a unas calle más y aunque no se le había venido a su cabeza eso al principio lo mejor sería quedarse en otro lugar que no fuera el apartamento que compartía con Jungkook.

Al llegar al piso de su amigo cerró la puerta tras el, tiro todo lo que llevaba en el al suelo y cayo de rodillas colocando sus manos en el suelo de golpe para que su cabeza no recibiera el impacto.

Quería irse lejos de ese lugar. Quería seguir corriendo pero el aire que no recibía no le permitía.

Su teléfono cayo de su bolsillo y agradeció haberlo apagado pues de seguro estaría recibiendo mensajes de varios de su grupo. Al instante pensó en llamar a Tae o a Hoseok y negó con su cabeza con fuerza, no lo iba hacer. No se tomaría el tiempo de hablar con alguno de sus amigos y tampoco iría a los brazos de alguno de ellos y lloraría en el hombro de uno.

No es tan grave como para no poder con esto solo.

Pero la tristeza y la frustración era tan grande que había comenzando a llorar a mares y había acabo sentado en el suelo.

Por años había buscado esa sensación, según el lo que buscaba era felicidad, una sensación de satisfacción con lo que estaba a su alrededor y lo que tenía que ver con el. Muchas veces no sabía que buscaba, era solo algo que le mantuviera los pies en la tierra.

A veces deseaba sostener la mano de alguien pero no de cualquiera, deseaba sonreír al escuchar el nombre de alguien pero se frustraba cuando a la mitad de una relación se aburría de la persona como si de algo tan simple se tratara, deseaba ver a alguien y que sus adentros se hicieran un desastre pero dejaba ir a las personas fácilmente de su vida.

La verdad era que aunque sus adentros dolieran al igual que su alma y sus ojos se quejaran de tantas lagrimas que salían de ellos con un ardor que apenas comenzaba, nunca se arrepentiría de estar enamorado de como los pies de el se movían al danzar o el simple hecho de caminar, de como su cadera le pedía a gritos que sus manos se colocarán en ella, exclamaban el deseo de querer empujarse contra el cuerpo de Park. Sus manos las cuales deseaba sobre el de manera suave pero también con toques bruscos. Sus labios que con solo verlos le hacían sentirse con sed de probarlos, de poder tenerlos encima de los suyos. Su cabello y el deseo repentino de querer pasar su mano por el. Sus hermosos orbes que le hacían no querer apartar su atención de ellos, mirada con una cierta impotencia, tan directa,tan de Jeon Jungkook.

— ¡¿Por qué duele tanto?! — grito y golpeó el suelo con su nudillo cerrado — ¡No quiero que duela! —

Colocó su frente en el suelo y se quedó ahí mientras lloraba sin parar, su garganta dolía al soltar cada sollozo junto al leve dolor de su mano.

Sin saber cuando unos brazos le rodearon por detrás y sintió el aroma de Yoongi. Los brazos de su amigo sujetaron también sus brazos y levanto su mirada al techo del lugar aún llorando.

— ¡Duele mucho! — volvió a gritar tratando de alejarse del tacto del mayor pero este lo sostuvo con más fuerza — por-por favor quítame el dolor de encima —

Pero el mayor no dijo nada y solo sujeto al otro con la fuerza suficiente para que no cayera de cara al suelo.

Fue en ese momento entre brazos de su amigo, lagrimas y sonidos extraños que salían de su boca junto a maldiciones fue cuando se juro dejar los malos hábitos, el café a altas horas de la noche, la comida express y su amor por Jungkook.

Su hábito de tener a Jungkook. Si, así le llamaría a eso que de ahora en adelante negaría que es amor.

21 días para romper un hábito [Jikook/Kookmin] [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora