Casate conmigo |PAUSADA|

T R E S

💭💭💭

•Casi como una tabla •

―Sigo pensando que te caería bien un chico malo ―insiste por millonésima vez Mariel con sus locas ideas― Sólo piénsalo, tú podrías tener tu propia historia cliché, como la que tanto deseas.
― ¡Alto ahí loca! ―la señalo con mi dedo índice― yo NO deseo una historia cliché. Odio lo cursi y la idea de que chico malo cambia y da todo por la nerd o por una débil y tierna palomita que para él es su luz, su esperanza.
―Sabes que todo puede pasar, y me gustaría que algo así te sucediera para que cambies tu manera de ver las cosas ― una de las cosas que Mariel no sabe controlar es, que no sabe cuándo cerrar la boca; y bueno, yo tampoco sé hacerlo pero... ―Te daré mil razones por las que no podría tener una historia cliché Mariel, en primer lugar yo no soy una débil y blanca paloma ni tengo facha de ser una pequeña ternurita ―duele más decirlo en voz alta, que sólo escucharlo en mi mente― que va por ahí derramando dulzura en cada huella que deja en el piso, soy tosca y torpe; ―no necesito enemigos, yo misma soy la persona más crítica mí misma― mucho menos podría ser la protagonista donde todas quieren al chico malo, no tengo el cuerpo de Kim Kardishan ni mucho menos de Bárbara Palvin, estoy como una vil tabla a excepción de mi pompas. No tengo sentido del humor, estoy más amargada que un limón viejo a punto de pudrirse; amo los gatos y la literatura de todo tipo. Odio tener que limpiar, aunque nunca lo he hecho. Tampoco me gustaría tener hijos y tener que limpiarles y, y...
―¿Y, y...? ―la expresión de la loca que tengo a lado es como la de alguien que triunfa en contra de su peor enemigo.

―Está bien, está bien ―hago el mismo gesto con las manos que hice hace un momento con mamá, para indicar paciencia― no tengo mil razones, es sólo que tengo miedo, miedo a pertenecer a alguien que sea real, que dependa de sólo de él de ser feliz o para sentirme completa.
―Eso a lo que tienes miedo ―me lanza una sonrisa de Barbie y pestañea rápidamente, está actuando― se le llama amor. ―Lo que tú digas Ariel ―Mariel odia que le digan "Ariel", dice que se siente como si fuera un detergente cuando su familia u yo le decimos así, la llame así porque ella me llamo "Capitán piedra", fin de la discusión; ella ataca, yo también.― ¿Por qué me dijiste Capitán piedra? ―Sencillo ―mira sus uñas y sonríe con picardía― tienes corazón de piedra. - Auch Dejo el libro que tengo en mis manos sobre la cama junto con mi notebook y me lanzo sobre ella y con mis dedos índices le pico el estómago y las costillas para que se retuerza cual cucaracha cuando le ponen insecticida. Sus carcajadas son como las de un lobo aullando ante la luna; paro de hacerle cosquillas cuando sus mejillas se tiñen de rojo y tengo miedo de que terminen culpándome de su muerte por falta de oxígeno. ―Cállate Ariel y ven a ayudarme con lo del anuncio ―la loca que tengo por amiga se levanta del suelo con pereza y camina lentamente hasta dejarse caer a mi lado derecho de mi sobre la cama.

Pizza is love