Si la memoria no me falla esta grafía es idéntica a la de Zach.
Pierdo la cuenta de las veces que releo el verso hasta que logro memorizarlo.
Reparo que estoy perdiendo al señor tiempo dándole vueltas a esto en vez de buscarlo y decirle lo que siento y la revolución que provoca en mi cuerpo con sus acciones. Bajo corriendo apresuradamente las escaleras en su búsqueda, uno que otro hombre me lanza miradas repletas de confusión ante tal actitud pero en estos momentos me siento tan valiente ante tal arranque de gallardía que no quiero preocuparme por ello.
Lo busco por toda la casa sin tener que ocultarlo ante los ojos de los demás, aunque aún me falta inspeccionar su habitación y el baño de la planta baja ya que alguien más lo está utilizando.
Me decido por ir a investigar si está en su habitación así que doy unos toques en la puerta, el silencio reina en la cuarto hasta que unas pisadas acurren con lentitud a la entrada, el pomo gira y la abertura de dicha puerta me muestra un hombre moreno claro, sin camisa o cualquier trapo que cubra su tronco, tan sólo con un shorts como prenda, con facha de estar durmiendo y apenas despabilándose de los brazos de Morfeo, nunca había visto tanta anatomía en tiempo real, así que estoy más que impactada.
―Vaya, vaya ―pronuncia con sorna e incredulidad ―¿qué hace aquí la princesita que viste suéter y Jean en plena playa? ―talla sus ojos con los nudillos en un intento de despertar al cien por ciento aunque no logra ni un sesenta.
―¿Está Zach? ―voy al grano, mientras intento no prestar atención a su dermis desnuda y con dibujos en colores oscuros, ¿quién se cree para andar así por mi casa?
―¿Quién es esa tipa? ―ahora parpadea rápido mientras intenta con todas sus fuerzas mantener los ojos abiertos. Genial, ahora insinúa que es un nombre femenino.
―¿¡Cómo qué quién es?! ―estallo frente Abad y empujo su puerta, debe estar ahí metido mi caballero medieval mientras que el costal de espermatozoides me quita tiempo valioso, la confusión impresa en la expresión del chico malo me hace sentir culpable, así que trato de explicarme mejor ―tu compañero de cuarto, con el que has dormido en las noches ―explico mientras me adentro a la habitación; tan sólo hay un colchón y un minúsculo closet, es pequeña en comparación con la nuestra.
―Hablas del mojigato que se la pasa leyendo en sus tiempos libres ―mis repasos oculares no encuentran nada de mi caballero ―se llama Jorge, no Sasha y está tomando un baño ―según sus neuronas yo he pronunciado mal, pero esto no es relevante en estos momentos y tengo la pista que buscaba para seguir tras su rastro, me siento como Sherlock Holmes resolviendo el caso más importante de la historia aunque sólo se trate de buscar a alguien.
Salgo de la habitación y me dirijo al cuarto de baño.
―¡De nada! ―grita tras mi partida y da un portazo muy estrepitoso, ahora consigo llamar más la atención de todos los habitantes de que residen en esta casa; hoy definitivamente no es mi día.
¿Acaso Abad me ha mentido? O quizá es sólo una imaginación mía que desde la puerta se escuche cantar una voz femenina, tal vez es Mariel ya que tampoco la he visto. En todo caso de que fuera mi mejor amiga la que está ahí dentro, la pregunta vuelve a mí ¿dónde está Zach?
Cuando esa idea que ha brotado de mi mente se hace más fuerte y tortura mi razón, la voz termina su canto y la puerta se abre dejando de atormentar mis demonios y calmando mi torbellino interior. Zach abre demasiado los parpados al verme y trata de evitar mi mirada. Huye de mí, mientras en el fondo me siento tonta por buscarlo tanto para que me rechazara de esa manera.
O quizá le apena mostrar sus sentimientos hacia mí en público, y tal vez por ello ayer me hablo cuando estábamos alejados de los demás y también por esa razón se comunica conmigo a través de versos anónimos.
Inspecciono el cuarto de baño en busca de la voz femenina que mata mi tranquilidad pero no encuentro nada más que el váter, la ducha y el lavamanos. Lo que me lleva a pensar que he estado alucinando y mi mente me está jugando una broma todo este tiempo, porque Zach no tiene para nada voz femenina.
Tengo que comprobar que no estoy loca, tengo que hacerlo. De nuevo voy tras él y lo detengo antes de que se adentre en su habitación.
―Hey Zach ―murmuro.
―Julie ―contesta y compruebo que su voz es lo bastante masculina para que sea la de una mujer ―tengo que entrar ―mira mi mano con la que le retengo el brazo y lo suelto de inmediato.
―Sí, sí sólo quería hacerte una pregunta ―asiente para que continúe y no puedo dejar de mirarle como su camisa blanca se apega a su piel húmeda, es alucinante como pierdo la concentración con tan sólo estar él y yo en una mundo paralelo, donde la química de nuevo hace reaccionar mis sentidos y estoy demasiado expuesta; para estos momentos estoy deseando que sea él quien tenga el dorso desnudo y no el chico malo.
―Adelante ―su voz me saca de mis profundos pensamientos. Y decido que confiaré ciegamente en él ya que de lo contrario estaría mostrando mi susceptibilidad. Y sonaría como una enferma celosa que se la vive de atosigar a su novio; yo por supuesto que no soy su novia y no tengo razones para celarlo. Así que ahora no tengo nada que decirle y está mirando expectante buscando una pregunta que ni yo misma he formulado.
―¿Has leído la biblia? ―bien, aplausos para mí, logre salir de esta situación y la pregunta suena demasiado común hoy en día ¿no?. Ríe y estoy completamente segura que su risa es la mejor melodía. Es bonita, no es muy fuerte y mucho menos fingida, aligera la situación incómoda ese increíble y encantador sonido.
―Completa no ―responde y vuelve el silencio ―creí que me preguntarías acerca del poema ―sus mejillas se iluminan y de nuevo evita mi vista.
―No habría por qué, sé que habías sido tú.
―¿En serio? ¿Cómo? ―pregunta sorprendido y deja de estar tan distante cuando se acerca y toma mi mano, y el recuerdo del verso que ha escrito para mí me hace sonreír al igual que me alegro cuando llega el repartidor que trae a casa mis libros que ordeno por internet.
―Fue muy fácil ―sonrío ―tú eres el único hombre en mucho tiempo que ha tomado mi mano, y conocí tu letra.
―¿Y qué piensas de eso? ―curiosea.
―Que fue original y muy especial, fue exageradamente lindo ―confieso, ahora me estorba mi suéter porque la temperatura de mi cuerpo aumenta y comienzo a transpirar.
―Vale ―contesta ―gracias, quisiera poder decirte que lo invente yo, pero lo copie de una página en la red ―su sinceridad es adorable y aunque hubiera sido genial que Zach lo hubiera escrito, agradezco su franqueza ―lo elegí por que describe mucho lo que siento ―declara y puedo percibir que mi corazón podría explotar de tanta palpitación en tan poco tiempo; y de nuevo entramos en sincronía, nuestra respiración, la mirada y esa química que nos mantiene cerca ―aceptas pasar el resto de mi vida ¿juntos de la mano?
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Casate conmigo |PAUSADA|
Romance>. >. Julie Navidad Morris Dasher una aficionada de tiempo completo a la literatura se encuentra en un grave problema cuando su madre la obliga a casarse. Pero contraer matrimonio es la ilusión de toda mujer ¿no? Definitivamente no, para Julie no l...