Atrapada en tus mentiras

17. No

¿Era normal no haber sentido placer en absoluto durante tu primera vez? ¿Y haber sentido como todo tu ser se desgarraba con cada embestida? Para mi yo de dieciséis años sí.

Desde el punto de vista de Fernando esto nos había unido mucho más, yo sentía lo contrario, pensar en eso me asqueaba, lo cual era muy seguido.

—¿Meri? —me llamó apenas salía del baño.

—¿Eh?

—¿Estás embarazada?

Negué.

—¿Por qué vomitas tanto?

Me encogí de hombros.

—¿Te has hecho una prueba?

Negué.

—Hoy te vas a hacer una en mi casa —ya no me veía, ahora enviaba unos mensajes.

Asentí, consciente de que no podía verme y tomé la mano que me ofrecía.

—Lo que pidió está en su baño, detrás del inodoro —Mayra se mostraba preocupada.

—Tienes prohibido decirle algo a mi mamá —la amenazó.

Subimos y entramos a su habitación, un lugar donde nunca antes había estado.

—El baño es aquel —señaló una puerta— te espero aquí.

Todas las pruebas estaban boca abajo, no podía hacerlo sola. Marqué un número en mi celular y tomé la primera.

—¿Meri? —Laura contesto casi de inmediato.

—Estoy embarazada.

—¿Estás segura? —preguntó preocupada.

—Acabo de ver una prueba.

—¿Te hiciste más? —tomé otra.

Dos rayitas.

—La segunda dice lo mismo.

—¿Cuántas te hiciste?

—Cinco.

—¿Cuántas son positivas? —giré las tres restantes.

—Todas.