22. Hola

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Horacio nació un 14 de febrero.

—¿No es hermoso? —Fernando le daba golpecitos al vidrio con la intención de hacerlo voltear.

No contesté. Una enfermera llegó y se llevó al bebé.

—¿Por qué se lo llevan? —Me preguntó Fernando, como si yo supiera la respuesta. Me encogí de hombros— vamos, tal vez lo lleven con Mayra.

Me tomó de la cintura y caminamos a prisa con dirección a la habitación de su cuñada. Mayra y José veían al pequeño con amor, ella lloraba.

—¿Lo quieres cargar? —me preguntó Mayra unos minutos después, negué.

—Meri, cárgalo —insistió Fernando volví a negar.

Fernando tomó a Horacio en mi lugar y lo acercó.

No lo quiero ver.

—Hola Horacio... —Fernando mecía al bebé en sus brazos— eres tan guapo como tu tío.

—Sí, claro... —dijo su hermano, el menor lo ignoró.

—Acomoda tus brazos como yo, te lo voy a pasar —mi subconsciente gritaba a todo pulmón "No, no, no, no lo hagas" pero mis brazos no entendieron la orden.

Un segundo después, Fernando sacó su celular para tomarme una foto.

Mi bebé está muerto, yo lo maté.

Lágrimas silenciosas corrían por mis mejillas, lágrimas que él creyó que eran de felicidad.

Atrapada en tus mentiras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora