Someday | BellDom

Epilogo.

Paredes amarillas, ventanas grandes con una vista espectacular a South Kensington, piso de madera, decoración minimalista, cuadros donados por la escuela de arte y un ambiente cálido; Así era el Feeling good restaurant, restaurante que estaba ganado auge en Londres siendo perteneciente a la rusa Iselin Sidorov y al inglés Malcolm Howard.

En un sedán color azul Matthew y Dominic llegaron al comercio de Malcolm. Sólo habían estado en la inauguración hace menos de seis meses pero por cuestiones de trabajo de Matt y de salud por parte de Dominic habían suspendido toda clase de idas hacia allá.

-¿Le avisaste que veníamos? –Pregunto Matthew

-No. Quiero que sea una sorpresa

Y así fue, ni Malcolm ni Iselin se lo esperaban; Iselin era oficialmente la nuera de Dominic y Matthew. Había conocido a Malcolm en la carrera de gastronomía y hubo una química inmediata. Ella quiso estudiar en Inglaterra luego de riñas con su familia en Rusia. Tras una estadía de cuatro años toda su familia se trasladó a Londres.

Iselin no tuvo inconvenientes en que el padre de su novio fuera gay e incluso tuviera pareja ya. Le causo mucha simpatía. A pesar de venir de un país en donde eran muy cerrados frente a esos aspectos ella no era así y su familia tampoco.

Meses antes de abrir el restaurante se casaron.

-¡Señores, pasen! –Exclamó Iselin con un acento ruso difícil de borrar en su inglés- Que gusto que hayan venido –Les condujo hasta una mesa en la mejor zona del lugar

-¿Qué los trajo por aquí luego de tanto? –Preguntó Malcolm trayéndoles una botella de vino

-Volvimos a Londres –Explico Matthew acomodando una servilleta sobre su regazo-, y lo más obvio era venir aquí a criticar tu comida como el chef Ramsay

Malcolm se echó a reír.

-No tendrán quejas lo aseguro. Varias columnas de revistas y periódicos califican al restaurante como bueno –Dijo orgulloso

-Incluso una televisora local vendrá en un par de días a hacer un pequeño reportaje –Informo Iselin de igual forma que su marido

-¡Felicitaciones, chicos! –Vocifero Dom con una gran sonrisa

-Felicidades a ambos pero para celebrar mejor, ¿Por qué no nos traen lo mejor de la carta? –Sugirió Bellamy

-Por supuesto –Dijo Malcolm

Antes de que este se diera la vuelta, Iselin se condujo hasta él con una caja de regalo en sus manos.

-¡Oh, cierto! –Se dijo Malcolm tomando la caja y volviendo a girarse hacía los comensales- Ten –Agrego rápidamente otorgándole el obsequio a Dom

-¿Qué es esto? –Cuestiono

-Sólo ábrelo –Vacilo guiñándole el ojo y retomando su camino

Dominic y Matthew se vieron entre sí.

-¿Acaso sabrán que nuestro aniversario es hoy? –Pregunto misteriosamente Matthew

Dominic se limitó a reír mientras inspeccionaba la caja con emoción.

-Vaya que es extraño, ¿Qué se traen entre manos esos dos? –Murmuro tras terminar sus inspecciones

-No lo sabremos si no la abres, ¡Destápala!

Retiro la tapa y pudo divisar mucho papel sobre una prenda de vestir. Al escarbar dicho papel pudo descubrir que se trataba de un mameluco color rosado y sobre este una nota:

Felicitaciones, serán abuelos.

Howard llevo su mano hacía su boca tratando de no llorar.

-¿Qué? –Preguntó Matt al ver su expresión- ¿Todo está bien?

El rubio le miro enternecido, entonces lentamente fue sacando la prenda para mostrársela a su pareja.

-No me jodas –Vacilo Matt con los ojos bien abiertos- No, no, no, ¿Es en serio? –Dominic confirmo moviendo la cabeza-. ¡Estos dos no pierden el tiempo!

Dominic se echó a reír.

-Y está bien, nosotros perdimos dieci-quién sabe cuántos años –Replico Bellamy sin borrar la sonrisa que hacía articulado-, ¡Y venos ahora, Dom!

-Siendo honesto no creí que este día llegaría –Murmuro guardando la prenda nuevamente en la caja-. Ni siquiera pensé en estar contigo en algún otro universo alterno

-¿Y crees que yo sí? –Se alzó de hombros- Quién diría que cagando mi clase de tutoría con Chris iniciaría todo

-¿Aún recuerdas eso?

-Sí, ¿Cómo olvidar a un idiota hojeando mi libro de química para después invitarme a su fiesta?

-De no ser por eso no estaríamos aquí, he. Deberías amarme más de lo que yo lo hago

Ambos sonrieron mientras se dedicaban una mirada de seguridad y calma. La última cosa que desearían sería verse a los ojos, quizá antes de morir o antes de separarse de nuevo pero de esto último ya no estaban seguros pues no volverían a separarse nunca más.

Sus miradas los llevaban a un sitio en donde sólo estaban e importaban ellos dos.

-Te amo, y estoy seguro de ello aunque no te tuve los últimos años –Dijo Dominic-. Lo seguiré estando hasta el día de muerte

-Pues créeme que luego de habérmelo negado por tanto tiempo, hoy puedo decírtelo plenamente: Te amo, Howard –Espeto-. Y no sólo hoy, todos los días que nos queden lo seguiré diciendo

Y se besaron tiernamente.

No existiría más un algún día por el momento, tal vez el próximo sería hasta que uno de los dos muriera pero ahora sólo quedaba disfrutar hasta que ese algún día volviera a aparecer.

¿Cuánto tardaría?

Nadie quería saberlo y era mejor no hacerlo pues torturarse con la espera era morir en vida y ellos estaban hartos de eso, simplemente querían seguir adelante con la familia que habían formado.

¿Tardaría? Sí, pero, ¿Qué más da?

Algún día lo sabremos.

FIN.