33: Algún día.

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«Mamá perdió todo contacto conmigo. Dijo que no me aceptaría así, que era una payasada de mi parte, que a mis 38 años era ridículo que saliera del clóset, que sólo la culpaba de mis problemas. También me aseguro que se llevaría a Malcolm lejos de mis perversiones.

-¡Él no merece esto! ¡Primero se quedó sin madre y ahora su padre resultó ser un maldito mentiroso!

Me grito en cuanto llegamos a casa, o bueno, ex casa pues pronto la dejaría, ya que era propiedad de Nuva y yo ya no trabajaba más allí.

-¡Soy más honesto ahora, Adisson! Sólo me hacía daño a mí mismo y a él, ¿Qué culpa tiene él? Ninguna pero yo tampoco

-¡Cuando tu padre sepa de todo te dejará a tu suerte, varado por ahí!

-Siempre lo ha hecho, sólo que ahora será sin dinero

-Me llevaré a Malcolm, merece una vida normal con gente normal

-¡Ay mamá por favor! ¡No puedes ni con tu alma y quieres educar a un adolescente de 17 años! –Me eché a reír despiadadamente- Pronto cumplirá 18, se irá a la universidad o a donde quiera, no queda mucho por hacer con él

-¡Que disparate dices!

El punto fue que no pudo llevarse a Malcolm porque él se negó a ir con ella. Argumento que estaría bien conmigo, que eso de la homosexualidad no se pega.

Mamá estuvo furiosa conmigo y quizá lo esté por el resto de su vida.

Malcolm y yo nos hemos mantenido distantes pero no agresivos como antes. Hablábamos poco, sólo para temas que debían ser hablados y por eso me refiero a pasar el salero cuando comíamos o preguntar quién había hablado cuando contestábamos el teléfono.

Le ayudaba a suministrarle sus medicamentos. Lo acompañé a sus terapias para dejar el cigarrillo y lo notaba más interesado en dejarlo. La capacidad de sus pulmones iba bien, cada vez mejor.

En cuanto a la escuela decidí enviarlo a cursos de matemáticas, química y física. Iba a repetir el grado que dejo en una preparatoria pública. Aquello lo decidí sin preguntarle pero no protesto. Estaba de acuerdo en que era necesario y finalmente me revelo que quería estudiar: gastronomía.

Entraría a los 19 a una universidad de su elección. Y yo estaba más que complacido.

Durante todo ese lapso no volví a ver a Matthew. Él estuvo arreglando muchos asuntos que había dejado pendientes en distintas ciudades de Inglaterra y Estados Unidos, ah, y tenía que arreglar también su vida, pues su familia no sabía nada de lo ocurrido.

Al dejar la compañía me quede en ceros. No tenía nada.

Chris y Kelly nos tendieron la mano. Nos brindaron su casa y Kelly me ayudo a conseguir un empleo como publicista en una empresa pequeña que prácticamente era una veterinaria muy grande. El haber regido Nuva por muchos años me hizo acreedor a ciertos privilegios. No tenía ni idea de lo que hacía un publicista pero sólo usé mi instinto y con la ayuda de Rayana al final todo salió bien. El sueldo a comparación del antiguo era una miseria pero poco a poco conseguí sustentar los gastos de una pequeña casa rentada, los cursos de Malcolm, sus terapias, los gastos de su universidad y cosas básicas como electricidad, agua, comida y demás. Ahora en verdad conocía como era el ganarse la vida y era realmente duro.

Malcolm también había conseguido trabajo en una cafetería. Él preparaba café y postres. Fue en ese momento cuando descubrí el por qué había elegido gastronomía.

Someday | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora