Una última vez. |L•S|

Capítulo 6.

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A pesar de que Harry detestaba esa materia, el tema de lo que hablaban le resultó bastante atractivo e interesante.

Resultaba ser que Dess Cox era el mafioso más buscado y millonario que existía en el mundo, desde una corta edad operaba todo el cártel de los Medellín por su lugar natal de nacimiento. Dess había crecido sólo, sin los lujos o el amor que cualquier familia le podía otorgar a un hijo, en la escuela siempre sufrió de maltrato por parte de alumnos, y la gota que derramó el vaso fue cuando tuvo su primera novia, ambos se querían, pero un día que habían decido salir a cenar a un lujoso restaurante, en ese momento ocurrió un acontecimiento que no tardó más de cinco minutos, se habían metido a robar, cuando por fin llamaron y llegó la ayuda, unos policías en vez de matar a el asaltante, mataron a su novia, a la única persona que le había demostrado amor, con la que tenía planes de envejecer, tener hijos y otorgarles la vida que él nunca llevó, y entonces le arrebataron todos sus sueños. Dess a sus 17 años empezó a juntarse con malas personas ya que él vivía en la calle, para recibir un poco de dinero para que él así pudiera comer, le pedían que llevara encargos de droga a empresarios, o a personas importantes.
Y así estuvo por algún tiempo, hasta que quiso tener más poder, fue entones como empezó él mismo a drogarse y a adentrarse en el mundo del narcotráfico, ahora también transportaba armas y no tardo mucho para empezar a ser un sicario.
La primera vez que Dess mató a una persona, tenía 20 años, él había matado a un policía y lo sintió tan bien, le recordó a la vez que a su amada le dispararon, y desde ahí prometio vengarse, prometió tener el poder de decidir quién se queda y quién no. Sí él no había podido ser feliz, nadie más lo haría.
Y así siguió por mucho tiempo más, pasaron los años y se había convertido en un famoso sicario narcotraficante millonario. Todo el mundo le guardaba respeto y hablaba de él con orgullo, tenía lo que quería y a las personas que el quisiera, Dess tenía el mundo a sus pies...

Harry se perdió totalmente en ese mundo de sicarios, pensó en que la historia de Dess y la de él se relacionaban mucho, ambos no habían tenido amor de papás, ah ambos les iba mal en la vida, en conclusión, a ambos les quitaron lo que más querían. Pensó en como sería su vida llena de aquellos lujos simplemente por ser un famoso sicario. Lo de narcotraficante no le atraía mucho, pero el mundo del sicariato sí, incluso la prostitución. Quizá esa era su salida y fue una señal de la vida, quizá tenía que tomar esa oportunidad para dejar todo el asunto relacionado con Louis.

"Recuerden jóvenes que los actos de narcotráfico, prostitución y sicariato son equivalentes a casi cuarenta años de prisión, puede que sea un salida fácil, pero sí los atrapan ahí quedará su vida, a menos claro que quieran pagar multas que sobrepasen los dos millones de dólares, piensen bien sus actos"

Esas palabras resonaban en la cabeza del rizado, pues los abogados que habían llegado con la maestra habían sido los encargados de contarles todo el asunto de Dess, les platicaron las condenas a las que estaba expuestas, pero no sonaba mala idea. Olvidarse de todo, tener lo que quisiese, tener poder, tener el mundo. Sabía perfectamente que operar sólo no le iba a ayudar en nada, tenía que meterse en un cártel muy famoso, tenía que tener información y eso era lo que iba a hacer llegando a casa.

-Hey amigo, ¿qué pasa? Has estado muy raro desde que hablaron sobre el narcotraficante, ¿pasa algo Harry?-. Liam lo sacó de sus pensamientos, él conocía a su amigo y sabía por como lo veía que no estaba pensando en algo bueno.

-Todo bien Li, descuida, estaré bien, de hecho mejor que nunca-. dio una sonrisa sarcástica y continuó efectuando en su cabeza sus planes.

Liam no era tonto, y sabía lo que Harry tenía planeado hacer, sabía que todo eso lo estaba haciendo por el estúpido de Tomlinson, tenía que buscar ayuda urgente. Agarró un papel y escribió a Zayn: