Capítulo 34.

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No tengo palabras para describir este capítulo, lo único que puedo decirles es que van a llorar, así que tomen sus medidas.

Gracias por seguir aquí y formar parte de esto, son increíbles 14k de leídas es maravilloso. Perdónenme por el daño psicológico y emocional, prometo darles terapias al final de la fic.Gracias.x

-2 capítulos.

Respiró y salió en camino hacia donde lo llamaron, en cuanto puso un pie afuera comprobó que su hipótesis había sido cierta... Era Louis.

Su mirada era fría y distante, no prestaba atención a su alrededor y sólo mantuvo la mirada fija en Louis.

-"Tienes diez minutos, no pueden hacer contacto físico"-.

No hizo caso, omitió toda aquella palabra y únicamente se sentó enfrente del ojiazul. No lo quería admitir pero lo había extrañado con cada partícula de su ser, sus ojos azules volvieron a dar vida a los verdes, su corazón estallaba de felicidad, el barco volvía a tomar su sentido.

-Hola amor-. Sonrió Louis.

Edward no contestaba, su corazón se estaba partiendo en pedazos, recordar las fotos que un cliente de Dess le había tomado a Louis lo estaban matando.

-Cuéntame Louis, ¿te hacen el amor mejor que yo?-. Mantenía la cara agachada y la actitud fría.

-¿D-de que estas hablando mi amor?-.

-¿Con cuantos te has acostado, guapo? ¿Lo has disfrutado?-.

-Mi amor, no se de que hablas te debes de estar confundiendo-. Su tono se tornó nervioso al sentir que Edward ya sabía toda la verdad.

-No se te quita lo puta Louis, ¿dónde quedaron tus malditas promesas hipócritas? ¿Qué hay de el barco y la brújula? ¿Qué hay de el ancla y la cuerda? ¿Qué hay de ti y de mi?-.

-Aún están aquí mi amor, míralos, somos tú y yo-. Subió las mangas de su suéter y dejo ver los tatuajes, entre ellos el nuevo. -Este me lo hice hoy-. Apuntó a la daga.

-Me vale una mierda, no te pregunte. No te bastó con el imbécil de tu Universidad, SIEMPRE QUIERES QUE MI VIDA ESTE EN LA MIERDA LOUIS, estoy aquí por tu puta culpa, por que íbamos a empezar todo de nuevo y yo accedí y ahora tú estas acostándote con medio Londres-.

-Escucha, todo tiene una explicación bebé-. Quiso tranquilizarlo pero no lo logró.

-No hay ninguna maldita explicación para lo que haces Louis, eres un imbécil. No sabes el infierno que es estar aquí, no sabes todo lo que tengo que soportar, no sabes todo lo que me hacen, mientras tú andas de puta por todos lados-.

-Decidí que nuestro nuevo tatuaje sería una daga y una rosa, yo soy la daga por que destruyo y creo, tú eres una rosa por que eres vida y muerte al mismo tiempo-. Intentó cambiar el tema.

-Deberías de tatuarte en la espalda "métemela hasta dentro sin pudor" y una flecha dirigiendo a tu trasero, imbécil. No entiendo por que sigues haciendo esto sí no tomas en serio nada. Déjame pudrirme en paz Louis, lárgate de mi vida-.

El ojiazul perdió la paciencia y todos sus sentidos se cruzaron, ahora sentía furia, irá, dolor, tristeza. Prácticamente estaba dando su cuerpo y su libertad a hombres cualesquiera por la felicidad de Edward y él y ahora todo se le venía abajo, no es que lo que hiciera estuviera bien, pero era la única salida.

-Espero que un día a está "puta" le agradezcas tu libertad, todo esto es por ti Edward, todo maldita sea-. Se levantó llorando de la silla.

-Sí, como sea, gracias por los mejores y los peores momentos de mi vida-. Limpió sus lágrimas e igual se levantó, tomó una hoja de papel la arrugó y sé la aventó al ojiazul. -Feliz cumpleaños Louis, te amo imbécil, hasta nunca-. Se dio la vuelta y salió llorando hacia adentro de su celda.

Una última vez. |L•S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora