Capítulo 29

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Narra Luna.

Definitivamente iba a matar a Matteo, la segunda noche después de que habíamos arreglado, bueno, ponle "arreglar" con comillas, eso se basa en cosas que ni yo entiendo, me está fallando, llega media hora tarde y sin duda me está estresando, prometió ser bueno, me prometió que se portaría bien. Pero veo que no.

¡Maldito idiota!

Subo y abro la puerta de mi habitación para encontrar a Matteo tirado encima de la cama.

¿Qué demonios?

Frunzo el ceño.

-¿Qué haces aquí?

- Esperarte.

- ¿CÓMO HAS ENTRADO?

- Recuerdo haberte dicho que te esperaría en tu cama.

- Matteo...

- Me ha abierto tu hermano la ventana, luego he subido yo solo.

- Dije que nada de sexo. - me quejé mientras cruzaba mis brazos sobre el pecho.

- ¿Quién dijo nada de que hubiera sexo? Yo me refería a eso. - señaló con su cabeza las velas perfumadas encendidas y todas mis películas favoritas, añadiendo que me había traído chocolates y panditas de goma. Maldito... me conocía tan bien.

- ¡Okay! Solo porque tienes chocolate, te dejaré quedarte y no te echaré de casa y perdonaré tu estupidez.

- Gracias señorita. - se rio. - Elige la película.

- ¿Cuáles has traído?

- Tus favoritas.

Me alejé al escritorio y empecé a mirar los títulos, atenta a lo que ponían, curiosa. "Hermosas Criaturas" "El huesped" "The Ring 1" y "the Ring 2" "Divergente" "Los juegos del hambre" "Correr o morir" "peligrosamente infiltrada", sonreí y tomé el Huésped totalmente contenta, me alegraba de que Matteo supiera que no me gustaba Crepúsculo porque me parecía irreal que los vampiros fueran así. Cuando me agaché para poner la película Matteo me habló.

- Luna.

Me giré para verlo.

- ¿Qué? - pregunté sonriéndole.

-Una vez me dijeron que no existe la perfección. Pero se equivocaron... -  sonrió de lado. - La tengo delante.

Eso hizo que mi corazón diera un vuelco, estaba emocionada, era la primera vez que Matteo me decía algo así de hermoso cuando yo estaba enfadada, normalmente solo decía "lo siento, nena, lo siento, te quiero" y me estresaba, de todos modos, me sentí mejor al ver que si le importaba.

- Matteo... es hermoso...

- Tú sí que eres hermosa. - sonrió dulcemente.

- Para ya. - me reí dulcemente y me acerqué a él tras poner la película y acercar la comida.

- Bésame...

No pude resistirme y lo hice, mis labios chocaron contra los suyos y los moví como si fueran compenetrados, me encantaba esa sensación al besarlo, me hacía sentir corriente por mis venas.

Cuando nos separamos sonreí.

- Gracias Matteo...

- Gracias a ti, por llegar a mi vida...

No pude evitar esbozar otra sonrisa y besarlo de nuevo.

- Te quiero.

- No sabes lo que yo a ti.

Sonreí y me senté a su lado, mientras miraba como empezaba la película, a mediados de la película, sentí la mano de Matteo buscar algo en la oscuridad, lo miré y vi que lo que buscaba era el control. Miré extrañada al chico y vi como paraba la película.

- ¿Qué sucede? - pregunté.

- Quiero contarte algo... estaba esperando al final, pero no puedo con ello.

Me separé y encendí la luz para verle mejor.

- ¿Qué es lo que quieres contarme?

- Los chicos y yo... - me calmé después de desconfiar momentáneamente de que podía ser otra chica... era desconfiada pero bueno, su fama... -Hemos decidido presentarnos a The X Factor.

Y cuando oí eso, mi cuerpo tembló, estaba totalmente incrédula, no podía creer que eso fuera lo que me estaba contando. Abracé emocionada a Matteo.

- Sí. Tú cantas genial y los chicos también, ¡seguro que lo harán genial!

Matteo sonrió.

- Me gustaría que vinieras conmigo a la prueba... no sé... si tú quieres...

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