Capítulo 9

4.8K 289 37
                                    

Narra Luna.

Corrí a casa de Nina desesperada, en busca de cualquier indicio de que no había hecho mal, debía soltar todo lo que me afligía en esos momentos, lo primero que se me ocurrió fue ir a verla. Ella me entendería. Entré en la casa, desolada, buscando algo que me diera fuerzas para no huir de allí y dejar a Matteo.

¿Por qué no podía sentirme bien?

Extrañamente, cuando entré, Nina ya me esperaba con un vasito de tila, seguro que presentía que algo malo iba a pasar.

- ¿Qué ha hecho Pedro?

- Se presentó en mi casa. - reconocí angustiada. - No sé por qué, pero hablamos, me sigue queriendo, me lo dijo... y, y, y...

- Se besaron. - dedujo ella echando su cabello hacia atrás.

- Sí.

- Cariño... dudo mucho que contárselo a Matteo sea lo mejor, no te hablará y por encima se pondrá hecho una furia e irá a pegarle a Pedro, creo que lo mejor es que te lo calles, solo un poco.

- ¿No es mejor contárselo antes para que el enfado sea menor?

- Eso es típico de libros, esto no es un libro Luna, es real. Muy real. ¿Lo sientes? Claro que lo haces. Reacciona Luna, Matteo es la típica persona impulsiva, dirá miles de cosas y aunque se arrepienta y tú lo quieras, tu orgullo, tu herida se abrirá de golpe y todo por lo que has luchado se joderá mucho, en lo más hondo de tu piel se estropeará. Y dolerá, querida, dolerá más de lo que te imaginas.

- Pero...

- Créeme, date un tiempo, piensa las cosas, relájate, aleja a Pedro, es muy astuto y si te quiere, hará de todo por ti.

- Yo no quiero a Pedro.

- Ni que fuera inconveniente para él.

- Me asustas...

- Tranquila Luna. - me tranquilizó ofreciéndome la taza de tila que me había preparado.

- ¿Qué sentiste cuanto te besó?

- Pensé en lo que éramos.

- ¿Estás segura de que quieres a Matteo?

Y entonces... mi mundo pareció romperse, como si de un cristal atravesado por un balón rompiera en mil pedazos mi alma.

¿Quería a Matteo?

¿Por qué pensé en Pedro y yo juntos?

¿A caso Nina intentaba sembrar mis dudas para que no sufriera?

La miré a los ojos, pero estaba tan pacífica... que pensé que era imposible, ella no era así.

- Sí... o sea, yo lo quiero tanto, ¿qué haría sin él? Nada... Pero tan solo.... Uf, pensar en Pedro me confunde, tantos recuerdos...

- Tanto cariño. - continuó mi frase y me sonrió. - Piénsalo con calma, yo no quiero que te dañes y que dañes a nadie, no es tu fama Luna.

- Gracias... ahora cuéntame. ¿Qué hay de ti y de Gastón?

- Nada en especial, solo... me ha pedido que nos vayamos a vivir juntos una vez acabemos el año, nuestro último año.

- ¡¿En serio?! Eso es fantástico. - me sonrió dulcemente al oírme decir eso.

- ¿Lo apoyas? - me preguntó suavemente  - ¿A pesar de nuestros planes de vivir juntas cuando comencemos la Uni?

- Claro. Siempre te apoyaré y eso reforzaría su relación, claro que sí.

El timbre de la casa sonó interrumpiendo nuestro momento de cursiladas de amistad y de amor. Nina se levantó y entonces me fijé en ella, siempre había tenido buen cuerpo, pero cuando me fije que estaba poniéndose delgada me preocupe un poco, no estaba tomando nada, solo había una taza y no era para mí, sentí deseos de preguntarle si estaba bien, pero me contuve.

- ¿Mario?

Oír ese nombre causo un escalofrío en mí. Una figura alta, entró en el salón, el hermanastro de Nina estaba en el salón, besando sus mejillas dulces y acercándose a mí.

- Hola preciosas, ambas estan deslumbrantes.

Mi corazón se aceleró y entonces mis ojos destellaron en su dirección.

- Te echaba mucho de menos. Luna.

Novios | LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora