Capítulo 17

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—¿Qué es esto?— Pregunté todavía sin poder creerlo.

—Parece que llevan meses planeando esto Jane...

—Estos mapas son... Estos mapas son de Bakú la capital— Me detuve tratando de asimilarlo.— Y se parecen a los que yo analizo en ingeniaría en combate. Estos mapas son estrategias de combate. Una guerra real. Aquí,...pronto.

Charlotte voltea a verme, se queda con la boca abierta. Percibo en sus ojos una señal de alarma, la misma que hay en los míos.

—La misma guerra a la que Jack será enviado...— susurro en voz baja.

—¿Qué dices?— Al parecer no escuchó con claridad lo que dije.— ¿Qué dices Jane?

—En los archivos. Encontré el expediente de Jack, y encontré su próxima misión: será enviado en marzo como jefe del ejercito de infantería.

Se me quedó viendo tratando de descifrar mi reacción. No le había contado todo lo que había pasado con Jack pero seguro que su intuición femenina se lo decía .

—Y tú... ¿Estás segura?

—No creo que aquellos informes del señor Clay sean mentira— dije un poco molesta.

—Ven, busquemos más información en los salones que restan...

Guardamos todos los documentos cuidadosamente en el lugar donde los habíamos encontrado, tratando de que no se notara que alguien los había tocado. Después nos dirigimos a la puerta, donde Anne nos esperaba.

—¿Qué pasó? ¿Encontraron algo?— Preguntó notando la expresión en nuestros rostros.

—No tienes idea amiga. Te cuento en el camino— le contestó Charlotte.

Yo seguía pensando en todo lo que significaba lo que acabábamos de encontrar... Quería decir que mis sospechas desde un principio eran ciertas, que Azerbaiyán planeaba una guerra desde hacía ya tiempo. Pero aún así algunas cosas no tenían sentido... O bueno, por lo menos, aún no encontraba la respuesta.

Entonces escuché un ruido. Crack

—¿Oyeron eso?— preguntó en voz baja Anne.

—Creo que alguien nos está siguiendo— comentó Charlotte.

—Esperen aquí — les dije.

Regresé de puntitas por el camino que veníamos, y escondido tras la pared vi un mechón de cabello negro.

—¿Luke?¿Qué haces aquí?

—Yo.. Este... Hola Jane— parece que su propósito no era que lo descubriéramos.

—¿Qué hacías espiándonos?— reclamó Charlotte

—Shhh. Las estoy ayudando. Tal vez no se hayan dado cuenta, pero personal de limpieza está trabajando hoy y cada 5 minutos comandantes y generales están pasando de un lado a otro. Parece que todos tienen prisa y veo una expresión de preocupación en sus rostros...—hizo una pausa– algo muy extraño está pasando aquí.

—Es verdad... Y ¿has visto a donde se dirigen?— pregunté con una nueva idea en mente.

—Es un cuarto por aquel corredor hasta el fondo. Parece un centro de operaciones.

—Llévanos allá.— Y al pronunciar esas palabras todos me miraron como si yo fuera la persona más loca del mundo.

~*~

Caminamos con cuidado por el pasillo, vigilando hacia todas las puertas y cuidando que nadie nos viera. Yo me había tardado en convencer a las chicas y finalmente solo Charlotte y Luke iban conmigo. Anne había preferido ir a vigilar fuera de nuestra habitación y nos avisaría si alguien se percataba de nuestra ausencia.

Si seguíamos en línea recta por el mismo pasillo, hasta el fondo del lado derecho, encontraríamos la puerta del cuarto que decía Luke. Pero había un detalle. De manera perpendicular se atravesaba un pasillo principal, que llevaba a la cafetería y si cruzábamos por ahí, nos verían al menos tres personas: El personal de intendencia, Carmen, y el señor Clay, que estaba parado leyendo un tablero en la pared.

Demonios. No podemos arriesgarnos tanto.

No me preocupaba tanto Carmen, pues a ella le podíamos explicar después. El de intendencia... Podía ignorarnos o bien reportarnos (pero lo más seguro es que ni le importara)... Pero el señor Clay, ese si me preocupaba. Mucho más siendo que acabábamos de infringir las reglas entrando al salón y esculcando sus cosas.

—Pff bueno... Creo que hasta aquí llegamos— dijo Charlotte. La verdad es que ella no tenía ganas de arriesgarse más allá. Estuvo de acuerdo en acompañarnos, pero no podía permitirse ser descubierta, pues ya tenía antecedentes.

—No, claro que no. Yo los distraeré y ustedes deben ir allá a averiguar lo que más puedan— prácticamente les ordené.

—No voy a permitir que te atrapen. Esta es tu idea Jane y tú eres quien más merece respuestas. Así que yo iré, causaré una distracción y en el momento en el que consideren oportuno, corren hasta el fondo. ¿Bien?— Luke sonaba tan convencido que ni siquiera lo contradije. Ni Charlotte ni yo.

Solo asentimos y pudimos ver cómo Luke avanzaba con dirección a la cafetería, comenzó a correr y de inmediato llamó la atención del señor Clay. Se dirigió hacia una cubeta con agua, y tropezó con ella. Hizo un estruendo tan grande que yo en verdad creí que se había lastimado. El agua voló por todas partes y Carmen gritó esperando que Luke reaccionara para poner las manos y no lastimarse. Por supuesto que lo hizo.

Mi maestro de infantería corrió hacia dónde Luke estaba, molesto y decidido a regañarlo. Yo me sentía mal por lo que estaba por pasar pero a la vez agradecida por la oportunidad que me estaba dando; así que Charlotte y yo corrimos lo más silencioso posible y nos quedamos paradas al lado de la puerta. Desde ahí se escuchaba todo lo que el señor Clay le decía a ese chico de ojos azules.

—¿Qué demonios haces fuera de tu habitación? ¡Mira lo que acabas de hacer!

—No lo regañe, mire como está. Primero hay que comprobar que no se haya hecho daño—abogaba Carmen por él.

Y así continuaron hablando y yo decidí que todo estaba bien. Que era hora de poner atención a lo que habíamos venido.

La puerta del centro de operaciones tenía una pequeña ventana en la parte de arriba y en las orillas por donde entraba la luz podía verse un poco hacia adentro. Agucé mi oído y presté atención a cada palabra.

—Tenemos que organizar los escuadrones cuanto antes, la amenaza de la guerra se intensifica y no podemos esperar más — decía una voz femenina

—Es verdad. Las tensiones éticas y religiosas nos están empujando a esta situación. Simplemente si no llevamos a cabo nuestro plan, seremos nosotros los que al final perderemos— respondía un hombre mayor, tal vez de unos 50 años, pero no podía distinguirlo si se seguía moviendo tan rápido...

—Bueno, es un hecho que estos años de entrenamiento nos han permitido ver qué alumnos están listos para enfrentarse a una guerra real y son diestros en sus respectivas áreas. Sabemos ya quienes irán en los equipos de infantería (seguro hablaba de Jack), arma blindada y artillería, pero... ¿ya han decidido respecto a los demás?

—Si se refiere a la señorita Harvs, parece que la decisión ya está tomada.

¿Qué? ¿Eso es posible? ¿¿Acaso estaban hablando de mi??

El precio de una deudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora