Me siento y doblo las piernas juntando los pies y recargo mi cabeza en ellas.
Pienso en una solución pero mientras más pienso menos lo logro, es casi imposible pensar en una solución, cuando yo soy la respuesta y finjo no saberlo o talvez lo ignoro, porque siento que estoy en un mar de palabras desordenadas, un mar en el que me he ahogado porque olvide como nadar desde su ausencia, porque era él salvavidas en el que me recargaba cuando no tenía fuerzas para seguir, era el barco en el que me subía cuando no sabía a donde ir, porque yo era un par de alas y él era el viento, porque yo era el mar y él era mis olas, porque sin el no tiene sentido estar aquí, porque cada día la conciencia me amenaza con mi existencia, porque cada día me pregunto si vale la pena seguir sin rumbo, porque mi corazón ya no late de la misma forma, pues él se llevó gran parte de el, porque cuando el se fue la mitad de esas 100 razones para vivir se fueron volando como su recuerdo, que aveces es pasajero en mi memoria.
Al pensar en eso se forma un nudo en mi garganta que amenaza con convertirse en lágrimas.
Voy por un vaso de agua y hundo ahí ese nudo lleno de tristeza y soledad.
Preparo mi mochila y mis útiles al percatarme de que faltan exactamente 9 días para entrar a la universidad y yo aún sigo con este par de tubos entrelazados de los cuales tengo que depender quiera o no.
Pasó todo mi día viendo películas que no tienen nada que ver, que cambian drásticamente y dan un giro de 360 grados, así como hice con mi vida, sí, hice, porque nadie me obligó a tomar mis decisiones, pero nadie me advirtió que con ellas estaría dónde estoy ahora.
Desperdicio toda mi tarde y noche viendo películas.
Cuando la luna está en su punto más alto y en su máximo resplandor, mi cuerpo cae en cuenta de que tiene que descansar, voy a mi cuarto y destiendo mi cama con delicadeza y me acuesto en ella hasta caer en un sueño profundo del que no creo despertar a las 3 o 4 de la mañana.
Y por un mínimo momento soy feliz, solo por eso.
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Adaptarme o Desaparecer
Teen FictionMi nombre es Katherine Cuando era niña y no tenía nada que hacer me ponía a planear mi futuro. Un príncipe azul, un mundo rosa, una vida sin colores grises y una familia perfecta, pero la gente crece y yo lo hice. Resulta que ahora estoy en el futur...