Capitulo 14. Días de verano

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El taxi se orilla tal y como James se lo pidió.

Cuando bajamos solo veo casas y edificios y espero a que James diga o haga algo.

James mira hacía arriba y camina, se detiene y voltea a mi y al ver que no he movido el único pie que funciona bien por el momento el me hace un gesto con la mano de que lo siga y así lo hago.

Caminos al menos 3 cuadras y ya no soy capaz de sentir los brazos. Y cuando digo cuadras es por que realmente lo son; son gigantes.

Lo cual me hace razonar el hecho de que a la gente de esta zona le sobra dinero porque estás "casas" (si así se le puede llamar) parecen castillos.

James voltea hacia los laterales de el final de las calles y se agacha.

¿Que carajos le pasa? ¿Acaso está jugando?.

Mete su mano debajo de la puerta de esa gran mansión con cara de un edificio y saca una llave.

Por la falta de luz y el exceso de sombra solo logro ver sus ojos brillar y su sonrisa asomarse por sus labios.

Pone la llave en la chapa de la puerta y abre la puerta.

¿Cómo es que sabe de esta mansión?.
Tengo que preguntárselo.

-Ven, entra.

-No lo haré, estás loco, ¿Qué tal si hay alguien dentro?

-No hay nadie.

-¿Cómo lo sabes?

-Trabajé aquí y los dueños de la casa se van a una isla en vacaciones de verano.

-De acuerdo... entraré, pero si algo pasa todo será en gran parte tu culpa.

-Si, ya entra.

Cuando doy el primer paso en la gran mansión ese maldito paso hace eco y hace que me asuste a mi misma.

Al subir mi vista veo un gran pasillo que da con una preciosa sala con una linda chimenea eléctrica y un piso brillante de madera.

Es su gran parte la casa es vintage con toques muy modernos.

Llegamos al tercer piso y al dejar a James seguir porque estoy cansada voy a ver las habitaciones.

Todas ellas son preciosas y muy diferentes con grandes ventanales y la mayoría pintadas de colores neutrales.

Al salir de la habitación volteo a la izquierda y encuentro un maldito ascensor.

-!James!!

-¿Que pasó?- grita y enseguida va hacía donde estoy.

-!¿por qué no mencionaste que había un maldito elevador?!.

-Debías hacer un poco de ejercicio antes.
Es bueno y ya está surtiendo efecto, mira tus brazos, ya no parecen un pedazo de gelatina aguada, ahora parece una gelatina de fresa con mucha grenetina hasta parece que vas al gimnasio.

-Que divertido- digo con sarcasmo y una sonrisa de por medio.

Entramos al elevador y pone el 25° piso

Al ver el número abro mis ojos como dos malditos y deliciosos platos de espagueti a la boloñesa.

Cuando llegamos veo unas mendigas escaleras y el se dirige a ellas así que lo sigo.

Al poner mi pie en el antepenúltimo escalón veo una preciosa vista a "La gran ciudad" y lo único que hago es subir más rápido y darle un abrazo a James.

El se quita la chamarra y se acuesta en el suelo y yo lo sigo.

Me recuesto en su abdomen y miro al brillante cielo lleno de estrellas y galaxias.



Adaptarme o DesaparecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora