Capitulo 17. El orden de la vida

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Pasaron  unos minutos y llegamos al departamento, saco mis llaves poco antes de salir del automóvil y pago al taxi antes de que James pueda sacar su cartera, el conductor abre la puerta y me ayuda con mis muletas, llego a la puerta de entrada de mi edificio y James pasa delante de mi y me espera en el ascensor.

Cuando por fin marca mi piso,salgo y mi acompañante me sigue y me adelanta el paso por mucho y en un intento por alcanzarlo me inclino y tomo impulso llegando a una puerta del fondo del pasillo que jamas había visto, James llega y lo miro con un toque de victoria en mi mirada y el corresponde a mí con un movimiento negativo.

Gira la manija de la puerta de vidrio que da a la terraza de muestro piso y emprende una salida triunfante hacia la salida.

-Espera, espera, si quieres hacer una carrera tiene que existir la misma distancia entre tu y yo, no seas injusto Santi.

-De acuerdo, pero no me digas Santi,  justo así me decía mi mamá cuando estaba a punto de darme el sermón de mi vida.

-Bueno, pero no seas tramposo.

-¡En sus marcas, listos, fuera!

Sale disparado y unos pasos después de darse cuenta que no lo seguía, se detiene y me mira con ese gesto tan singular que pone cuando algo no le parece pero no sabe que es, pues aun que tenga poco de conocerlo, siento que realmente la palabra conocer tiene un significado más amplio.

Después de que me ganara en aquella carrera de media hora, me despido de él y cuando escucho los pasos de James dirigiéndose a su sala para prender su celular y conectarlo con su televisión para ver su serie, sí los hombres también se sientan a una hora determinada para ver su serie favorita. 

Me pego a la pared y alcanzo a escuchar una parte de la presentación de su serie, así que decido buscar un resumen en Google y al saber el final le hablo a James a través de las paredes.

-James... ¿puedo decirte algo?.

-Si, ¿qué pasa?.

-¡Al final ella se suicida porque se entera de que su esposo fue quien mató a su hermano!

Kathe!!

Me alejo de la pared con una sonrisa extra y voy directo a la cama.

Él aparece por arte de magia en media de la penumbra y se aclara la atmósfera que me rodea y veo que estoy sentada en el tronco de aquel árbol en el que siempre trepábamos para ver el sol subir, pero ahora ni siquiera soy capaz de verlo salir. Se inclina hacia mi y trata de hacerme entrar en razón por todo de lo que he estado sintiéndome culpable.

Pronuncia sus ultimas palabras con sosiego y toma mis manos entrelazándose con las suyas.

-Somos jóvenes. No buscamos orden; buscamos errores que nos hagan sentir mal para luego recordarlos y reír. No puedo asegurarte una vida plena, pero si una muerte, y esta en ti saber como quieres pasar los últimos días de tu vida, porque en esos días caerás en cuenta de que no es el ultimo día, si no todos los días hasta el juicio final.

¿Cómo quieres vivir? ¿Recordando tus errores?

¿Pensando que hubiese pasado si lo hubieras hecho?

No puedes, porque el hubiera representado en cuestión de tiempo no existe, y los errores no se consideran si sabías sus consecuencias y aun así actuaste.

Así que vive tu presente, no recuerdes el pasado y no cuestiones el futuro, y así serás feliz.

Adaptarme o DesaparecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora