Tan pronto como me di cuenta estaba a solo media hora de pisar la escuela.
Me arregle y puse un poco de maquillaje, unos leggins y un par de zapatos color vino cuando terminé de arreglarme, me tomé un jugo y salí del departamento.
Caminé una cuadras y tomé un taxi que me llevara a mi nueva escuela.
Se supone que debería de estar emocionada y nerviosa a la vez, no sé, es un sentimiento raro que solo se siente cada vez que entras a un nuevo colegio. Pero ésta el sentimiento excedía. Estaba feliz y mis manos temblaban. Había planeado entrar desde hace ya bastante, y ahora que tengo la oportunidad no la desperdiciaré como si nada.
El taxi se paró y bajé de el con cuidado de no tropezar por ningún lado, agarré mi mochila y apoye las muletas contra el suelo.
Había imaginado todo tipo de catástrofes en una escuela, pero jamás el tener que ir en muletas el primer día de escuela!
Esto sin duda es pésimo pero falta poco para que lo deje de usar.
Iba camino a la escuela y al cruzar la puerta solo podía sentir las miradas de muchos sobre mi... o tal vez sobre mis muletas, vi el horario en mi celular y me tocaba matemáticas, lo único que me quedaba era saber dónde quedaba el salón, fui a la oficina donde me había ido a inscribir y pregunté sobre mi salón, me dieron las indicaciones y fui hasta el.
El pequeño vidrio que había justo ante mis ojos dejaba notar a cada uno de los estudiantes que estaban adentro del salón, toqué la puerta y cómo si estuviesen programados para hacerlo, todos miraron la puerta, así que me hice a un lado para no ser víctima de aquellas miradas.
El maestro abrió la puerta y mito hacia mi...
-pasa- dijo con una voz grave y amable a la vez.
Volvió al frente del pizarrón y lo señaló, estaba claro que no le importaba aprender nuestros nombres ni dejarnos cada una de las reglas en aclaración, lo único que pretendía era enseñarnos.
Tomé asiento en el único lugar que quedaba (hasta el frente), ignorando a muchas miradas examinando cada uno de mis movimientos.
Saqué mi carpeta y tomé apunte de todo lo que el profesor decía.
La hora había acabado, no sonó ninguna campana o algo por el estilo, el profesor solo se sentó en su silla y espero a revisar los ejercicios de los que se formaban al lado izquierdo de su escritorio, su firma había estado ya hace más de 10 minutos en mi cuaderno y entendí que todo aquel que acabará antes de la hora, podía retirarse sin algún conflicto.
Así pasaron las horas, sin hablar con nadie, sin decir mi nombre ni una sola vez por 4 horas, sin un timbre o algo que distrajera a mi mente del pizarrón.
La clase acabo y en mi horario había una hora libre, así que fui directo a la cafetería y compré una ensalada de pollo.
Me senté sola en una mesa mientras veía a mi celular, alguien tocó sobre mi hombro y cómo respuesta yo miré hacía aquella persona.
Era una chica de mi edad, la había visto desde la primera hora, sentada al fondo del salón de clases. Estaba vestida con una linda falda arriba de la rodilla y una camisa color blanco con un collar que le daba vista a su atuendo, ella lucía inteligente y sobre todo amable.
-¿Puedo sentarme aquí?- dijo con una voz un poco aguda.
-Claro que si, toma asiento- respondí moviendo el asiento enfrente de mi.
-¿Cómo va tu primer día de clases?
-Bien, aun que muy callado, estas son las primeras palabras que logro articular desde que llegué, y el tuyo.
-Mi día no ha sido tan callado como el tuyo, pero si muy aburrido, no entendí la mitad de lo que el profesor de matemáticas dijo, hasta llegué a pensar que estaba en clases de Italiano.
-Según entendí habrá clases de asesoría con el profesor, podrías preguntarle.
-Creo que lo haré, y dime... ¿Vives lejos de aquí?
-Vivo a unos 10 minutos ¿y tú?
-Como a 15 minutos según mis cálculos, ¿que te parece si cuando salgamos de clases vamos a un restaurante que está cerca de aquí?
-De acuerdo, vamos.
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Adaptarme o Desaparecer
Teen FictionMi nombre es Katherine Cuando era niña y no tenía nada que hacer me ponía a planear mi futuro. Un príncipe azul, un mundo rosa, una vida sin colores grises y una familia perfecta, pero la gente crece y yo lo hice. Resulta que ahora estoy en el futur...