Adaptarme o Desaparecer

Capitulo 10. Palabras incompletas

-Creo que todo pasó tan rápido que ni siquiera te pude dar la bienvenida, me gustaría decirte que  sí podríamos hacer de cuenta que está es la primera vez que te veo, pero esa no es mi decisión solamente.

-Solo te pido que olvidemos lo que pasó.

-¿Y así consigo tu perdón?.

-Lo pensaré- cierro la puerta y lo dejo hablando sólo.

Voy a mi alacena y agarro cacahuates y chocolate, me siento en el sillón y veo una de mis series favoritas de zombis.

Vuelven a tocar la puerta y mis esperanzas de avivan, abro y es James de nuevo.

-¡¿No has entendido que no quiero hablar?!

-Lo entenderé hasta que me des una razón.

-Respondete tu mismo.

-Quiero que tú me expliques.

-Retirate de aquí, por favor- digo tratando de ser amable y cierro la puerta de nuevo.

Pasan los minutos y la sombra de sus pies y sus muletas se siguen refrejando al otro lado de la puerta, cuando cae en cuenta de que no abriré se dirige a su habitación a paso lento y ni siquiera cierra la puerta.

Aveces ciertas acciones que tomamos nos pueden tomar por sorpresa, y quizás no sabemos porque la hemos elegido, pero de algo estoy segura; una vez que las tomamos y llevamos a cabo no hay oportunidad de reelección.

Cuando la luz del anochecer se refleja a través del suelo pasando por la ventana de mi cuarto y su color anaranjado se va desvaneciendo el sonido de los nudillos contra la puerta retumba por todo el lugar.

Pauso la serie y hablo en voz alta.

-!Ya te dije que no quiero hablar!- digo exaltada.

-Es usted la señorita "Katherine O'Malley".

Me levanto lo más rápido que puedo y abro la puerta apenada por lo que he hecho, los dirijo a mi recámara, espero a que quiten el plástico y pongan el colchón en la base y les pago, firmo y entrego una hoja completa con lo que me han pedido, guardo la tarjeta  y los acompaño a la puerta, la cierro y voy a mi recámara, pongo sábanas, cobijas y almohadas que combinan a la perfección haciendo de mi cuarto un lugar relajante.

Salgo de mi cuarto y cierro la puerta, me siento en el sofá cuando alcanzó a ver la silueta de alguien, volteo y me encuentro con Santiago.

-¿Qué quieres​ y que carajos haces aquí?.

-Quiero hablar contigo- hace una pausa y antes de que él hable lo hago yo.

-Yo no.

-Kathe, escucha- respira y vuelve a hablar- no sé que me pasó, fuí un estúpido...

-Y lo sigues siendo.

-No debí besarte​, sé lo que hice, pero no quiero que te enojes conmigo, no quiero que me mires de esa forma, me haces sentir peor.

-¿Ya acabaste?.

-No.

-Pues yo sí, ahora ¡largo de aquí!.- suelto el control y señaló la puerta con mi mano.

Respira profundamente y se encorva mostrando así que se ha dado por vencido, mira hacia la puerta y camina hacia ella, la abre y se da la vuelta, sonríe causando melancolía en mí y logro ver cómo camina con la mirada en el suelo.

Voy a la cocina para acomodar los trastes y al terminar me encuentro una caja de cartón, la abro y encuentro una caja de cartón, la abro encuentro un collar, comida y ropa para una mascotas, me quedo pensando en quién lo pudo dejar y recuerdo que James​ había salido de mi cocina.

Toco a su puerta tres veces y le pido que abra.

-¡Ya te dije que no quiero hablar!- dice entonando de la misma forma en que hice y así provocando que ría dentro de mí y se refleje una sonrisa y a la vez apenandome, pues mi grito fue lo suficientemente fuerte como para que James lo escuchara.

-Dejaste cosas para un perro o lo que sea en mi departamento y el único que conozco eres tú, toma.

-Jajaja, que chistosa- dice con sarcasmo, sube el control y baja el volumen de la música.

-No sabía que los animales hablaban.

-No tengo ganas de hablar contigo, no estoy dispuesto a que me hagas sentir culpable por lo que pasó entre tú y yo.

-Creo que no has entendido la parte en la que tú y yo olvidamos esto en lo absoluto.

-No lo he olvidado porque mi mente no funciona cómo un celular al que le borras lo que quieras.

-Pues inténtalo.

-¿Qué pasa si no quiero?.

-Contigo no se puede hablar- digo estresada- Solo te pido que olvidemos lo que pasó eso es todo.

-¿Tambien olvidó lo que sentí?

Me quedo bloqueada sin saber que responder y pienso en algo que hacer.

-Como puedes sentir algo en tan poco tiempo.

-Mis sentidos no entienden de tiempo.

-Pero tu si.

-Entiéndelo, no soy un robot, tengo sentimientos y no quiero ni voy a olvidar lo que pasó porque tampoco puedo controlar ese extraño sentimiento cuando lo evoco.

Cierro la puerta y me encierro en mi recámara, camino en círculos y pienso en que hacer.