Changmin

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Jung Donghae continuó su vida con el corazón roto. Luego de liberarse de Choi Siwon y de que sus amigos se marcharan a estudiar a otros estados, se sintió solo. Donghwa continuaba trabajando y él no sabía qué hacer. Al haber cumplido 18 años su hermano no estaba en la obligación de mantenerlo por lo cual decidió buscar trabajo también. Fue contratado en una confitería como mesero. Si bien ese lugar no contrataba gente sin experiencia, el aspecto físico de Donghae que aún conservaba su cabellera por debajo de la nuca, llamaba mucho la atención y podía ser provechoso para el negocio. Sus compañeros no creían que duraría mucho dado lo frágil que lucía pero se asombraron cuando se dieron cuenta de que no sólo era el más eficiente y el que más propinas levantaba sino que muchos clientes consumían allí para verlo exclusivamente a él. Donghae tenía el turno de la tarde. Comenzaba a las 2 pm y salía a las 8 pm. Él era muy consciente de lo que despertaba en la gente y lo utilizaba en su favor, sin llegar al extremo de coquetear. Sin embargo, algún pestañeo inocente o una falsa vergüenza, nunca estaba demás. No estaba muy conforme con su uniforme que consistía de una remera y pantalón marrones pero ni modo.

Fue de esta manera que conoció a Sim Changmin. Un señor de aproximadamente cincuenta años, muy buen mozo pese a la edad, que había decidido entrar por primera vez a esa confitería. No lo hizo de casualidad. Llevaba varios días observando al "joven de la melena salvaje", como lo había bautizado. Al acomodarse en una mesa, Donghae lo vio y acudió a tomar su orden. Con una sonrisa encantadora le preguntó qué iba a servirse.

- ¿Qué me recomiendas? – retrucó Changmin intentando galantear.

- Mmmm... - dijo Donghae llevándose su dedo índice derecho a la boca a modo pensativo... - tenemos un capuccino con caramelo que le va a encantar. Si gusta se lo puedo traer.

- Lo que tú digas. Estoy a tu merced. – contestó el señor sonriéndole.-

- Bien. Marche. – devolvió el gesto Donghae y se dirigió a encargarlo.

Minutos después, el hombre degustaba el capuccino recomendado por Donghae, con deleite. El muchacho no se había equivocado. Al terminarlo, le pidió la cuenta.

- ¿Le gustó? – preguntó Donghae ansioso por conocer la respuesta.

- Has hecho una elección maravillosa. Me ha gustado mucho. Permíteme gratificarte por haberme hecho pasar una merienda encantadora. – dijo extrayendo varios billetes de cien dólares.

- ¡Señor! – exclamó Donghae sin poder creer lo que sus ojos veían.- ¡Qué está haciendo! ¡El capuccino cuesta sólo 10 dólares!

- Toma. – le dijo Changmin extendiendo una mano que contenía 200 dólares. Tu propina.

- Lo siento, pero no puedo aceptarlo. ¡Me parece obsceno!

- Tómalos. Considérame un cliente satisfecho. Y un cliente satisfecho es un cliente feliz. Voy a hablar con tu supervisor. – concluyó dejando el dinero sobre la mesa, levantándose de su asiento y dirigiéndose hacia un joven que tenía el cartel de "Encargado" en su uniforme.

Donghae no quiso ni escuchar lo que ese señor le decía al encargado. Estaba realmente avergonzado. Se volvía a sentir en la secundaria, siendo tomado por Siwon a cambio de la colegiatura. Incluso no cogió los 200 dólares por más que realmente le hacían falta. Lo consideraba un ultraje.

Changmin antes de retirarse, volvió a mirar a Donghae y esbozando una sonrisa, se retiró. Donghae vio el dinero sobre la mesa, lo cogió y salió de la confitería a buscarlo. Un hombre que creyó era su chofer, le abría la puerta de su auto. Sin preámbulos, Donghae habló.

Te amo, pero el sexo es mi arma [+18] EUNHAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora