Reencuentro

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Las 10:55. Donghae, Donghwa y Hyungsik esperaban ansiosos - Donghae sobre todo - la llegada de Hyukjae. Cuando el teléfono de la oficina sonó y la secretaria lo anunció, Donghae comenzó a acomodarse su flequillo, alisarse la corbata y el traje, todo de color negro. Ese color era su favorito, además de que resaltaba todos sus atributos al extremo.

La puerta se abrió y dejó ver a un imponente y bien vestido Lee Hyukjae. Tenía un traje azul cielo, camisa blanca y corbatín a tono con su vestuario. Sus cabellos estaban peinados hacia atrás y le daban un toque de madurez que le sentaba muy bien. El escritorio de Hyungsik estaba de espaldas a la ventana, por lo que todo el sol de la mañana aterrizaba de manera impactante en el cuerpo del empresario.

Donghae creyó que moriría cuando lo vio. No pudo evitar recorrer su cuerpo de arriba hacia abajo sin disimular. Se mordió el labio inferior, intentado reprimir los gritos que pegaba su alma.

Hyukjae al cerrar la puerta y acercarse a los tres hombres que lo esperaban sentados alrededor del escritorio de Hyungsik, no salía de su asombro. Su "ángel" estaba entre los presentes, sentado mirándolo como si fuera un apetecible bocado. No reparó en los gestos del menor puesto que no entendía qué hacía allí. Antes de que pudiera preguntar, Hyungsik se presentó e introdujo al resto.

- Lee Hyukjae, un placer. Mi nombre es Park Hyungsik. Soy uno de los directores del Imperial Casino New York, junto a Jung Donghwa - lo señaló - quien a su vez es el dueño al igual que Jung Donghae, su hermano - apuntó con su mano hacia el menor.

¿Donghae dueño de los Imperial Casinos? ¡Imposible! ¿Cómo demonios llegó ese chico a ser el dueño de semejante imperio? Pensaba Hyukjae mientras observaba el panorama.

- Un gusto en conocerlos. Donghae, - dijo mirándolo - nos volvemos a ver. Ha pasado mucho...

- Si... demasiado - contestó fijándole la mirada.

- Bien, - comenzó Hyuk - se me ha informado que hay una propuesta para mí. Soy todo oídos.

Mientras Hyungsik y Donghwa le explicaban en qué consistía la propuesta, Donghae no podía evitar apartar su mirada del hombre que lo había enamorado por primera y única vez. No tenía ojos para nadie más. Tenía miedo de que Hyukjae se diera cuenta pero en el fondo de su ser, buscaba eso.

La reunión fue muy amena; Hyuk dijo que lo pensaría, que le interesaba y que en veinticuatro horas telefonearía por sí o por no. Todos se levantaron de sus asientos para despedir a la visita pero cuando llegó el turno en que los ex amantes se saludaran, Hyukjae le pidió a Donghae que lo condujera al lugar en el que se erigiría su bar. El menor accedió.

Descendieron los cuatro pisos por escalera y en silencio. Caminaron hasta llegar a destino.

- Aquí es. - dijo Donghae mirando hacia el interior del lugar.

- Es amplio... me gusta. - replicó Hyukjae.

- Me alegro que sea de tu agrado. Nos gustaría mucho tenerte aquí con nosotros... tu bar... nos gustaría mucho tener una sucursal de tu bar con nosotros - se corrigió el menor.

Ninguno se dio cuenta de que mientras intercambiaban palabra, habían ido avanzando dentro del bar hasta llegar a un rincón, casi oculto de la vista de la multitud. Donghae se hallaba de espaldas a la barra de tragos, casi con su espalda apoyada en ella. Hyukjae, al percatarse de la posición de Donghae, se colocó frente suyo, demasiado cerca para el gusto del castaño quien evitaba el contacto visual.

- Donghae... - susurró con su cabeza inclinada rozando su oreja. - ¿Qué es todo esto? ¿Por qué no me dices la verdad?

Donghae movió su cabeza para evitar que el aliento de Hyuk rozando su piel, le hiciera perder los estribos y lo llevara a lanzarse a sus brazos.

Te amo, pero el sexo es mi arma [+18] EUNHAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora