Tres

974 114 4
                                    

Emprendí mi camino en auto. Se estaba haciendo tarde, tomé mucho, yo diría demasiado tiempo en arreglarme, agradecí que el chofer manejaba rápido, así tardaría menos en llegar y no tendría problemas con mis padres por llegar retrasada a mi cita. Cuando de repente el auto se detuvo. Creí que sería por el tráfico pero los minutos pasaban y no nos movíamos ni un solo centímetro del lugar donde habíamos aparcado.

—¿Sucede algo?— pregunté al chofer.

—El auto no quiere encender.—  respondió.

El chofer estuvo intentando arrancar el auto por unos minutos más, yo miraba desesperada mi reloj de mano viendo como el tiempo corría, me empezaba a preocupar. Mis padres me regañarían al ver que llego tan tarde.

—Disculpe señorita.— escuché la apenada voz del chofer.— Creo que esto tardará un poco.

—¿Qué?— exclamé desesperada.

Tenía que pensar rápido en una solución antes de que mis padres me mataran.

—No se preocupe.— dije después de pensar en una solución. — El restaurante esta a unas calles de aquí, puedo ir caminando.

—¿Esta segura, señorita? Acabo de llamar al mecánico y no tarda en venir.

— Completamente. — respondí y enseguida salí del auto.

Cerré la puerta del auto, y comencé a caminar lo más rápido que me permitían mis zapatos. No corrí porque un día que corrí con zapatos altos, el tacón se rompió, caí y tuve una lesión en el tobillo. No me convenía accidentarme ahora.

Ya estaba cerca del restaurante, Sonreí, sabía que llegaría en buen tiempo. Pero me paré en seco al escuchar que mi móvil notificaba un mensaje; era de mi madre. Bufé desesperada.

Hye hija, estas tardando demasiado, ¿Donde estas? No nos hagas quedar mal.

Decía el mensaje.

Estoy por llegar, no te preocupes, en unos minutos estaré ahí.

Respondí el mensaje.

Justo cuando envié el mensaje, alguien me empujó por detrás provocando que mi celular cayera al suelo, y por poco, yo también.

Voltee enojada a ver al causante, pero mi mirada de enojo cambio rápidamente a una de sorpresa; estaba viendo al hombre más atractivo que había visto en mi vida. El tipo era alto, con cuerpo delgado, tez blanca, con cabello teñido de rubio, tenía rasgos asiáticos, y su rostro... Su rostro tenía algo que me parecía demasiado familiar, pero no sabía que era.

—Lo siento, estaba algo distraído y no me fijé por donde caminaba.— dijo el chico, parecía ser de mi edad, levantó mi celular del suelo y me lo dio.— ¿Estas bien?— me miró un poco preocupado.

—S-Si, est-estoy bien.— tartamudee nerviosa, este chico era tan atractivo que no me fue fácil concentrarme en lo que decía.—No te preocupes.— hablé un poco más tranquila.— yo también estaba distraída.— Sonreí.

Estaba dispuesta a seguir con mi camino para no hacer enojar más a mis padres, pero su voz me lo impidió.

—Disculpa, ¿Me puedes ayudar?

—Claro.— contesté.

—Estoy perdido, no vengo muy seguido a Seoul y estoy buscando un restaurante que se llama...— sacó un pedazo de papel y lo leyó.— Jung Sik Dang, ¿Me podrías decir donde está?

—Yo también voy ahí. — exclamé
— está aquí cerca, te llevaré, si gustas.

—Por supuesto.— dijo y sonrió.

Ambos caminamos lo poco que nos faltaba para llegar a dicho lugar, entre nosotros hubo un gran y profundo silencio, no era incómodo, pero tampoco fue muy cómodo. Luego de un par de minutos, llegamos a la entrada del restaurante.

—Ya llegamos.— dije.

—De verdad muchas gracias por traerme, espero que algún día nos podamos volver a ver.— sonrió y extendió su mano a mi.

—También espero que sea así.— le devolví la sonrisa y estreche nuestras manos.

—Por cierto, ¿Cómo te llamas?— preguntó.

—Hye, Hwang Hyeyoung.— contesté.

Él cambió su expresión, estaba muy serio, luego mostró una gran sonrisa y me miró a los ojos.

—Mucho gusto Hyeyoung, fue bueno verte.— dijo y comenzó a alejarse.

—¡Espera!— grité — No me has dicho tu nombre.— me miró y volvió a sonreír.

—Te lo diré la próxima vez que nos veamos.— se fue a un extremo del gran restaurante.

No debí decirle mi nombre hasta que el lo hiciera, este tipo de situaciones son como estrellas fugaces, solo pasan una vez en tu vida. ¡Ah! ¿Qué estoy diciendo? Yo ya estoy con Jinyoung y él me hace muy feliz. No tengo por qué estar viendo el trasero a cualquier desconocido que se me cruce.

Perdí al chico de vista. Busqué a mis padres entre tanta gente que estaba en el lugar. Escuché que me llamaban, volteé y vi a mis padres que estaban junto a una pareja, no pude ver bien a las personas que estaban con mis padres ya que estaban de espaldas, me acerqué a ellos, mi madre me señaló con la mirada y la pareja volteo.

Cuando la pareja volteo, miles de recuerdos llegaron a mi mente, dejandome muy sorprendida y sin palabras. ¿Que hacían ellos aquí? ¿Qué es lo que mis padres estaban pensando hacer?

Las personas que estaban con mis padres eran nada mas y nada menos que Dorine y  Raymond Tuan, los padres de... Mark.

Always You [마크트안]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora