Veinticinco

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Pov's Hyeyoung

Dos semanas...

Habían pasado dos semanas. ¿Qué sucedió en ese tiempo?

Para empezar, Mark y yo reunimos a nuestros padres, les hicimos saber que hablamos (prácticamente no fue así, pero tampoco podíamos decir todo lo que hicimos) y decidimos casarnos sin obligaciones, que no habría divorcio en un futuro y que todo entre nosotros estaría bien.

¿Cómo lo tomaron? Dorine prácticamente se lanzó a Mark y lo abrazó tan fuerte que creí que se volvería morado en cualquier momento. Y mi mamá saltó de alegría y gritó emocionada. Según ellos, ya sabían que esto pasaría y estaban muy contentos con la noticia.

Durante esta última semana, seguí el plan de Mark en la empresa. Al final de cada día, revisaba los ingresos y la verdad no subían nada pero mi papá dijo que era cuestión de esperar un poco más para poder ver resultados.

Esta mañana desperté con un muy mal humor, era extraño, sólo me pasaba eso cuando soñaba algo desagradable pero en esta ocasión no recordé nada de lo que había soñado.

Tomé una ducha con la esperanza de poder relajarme, pero mi enojo era cada vez más. Incluso lloré. Tal vez el estrés ya era demasiado, al punto en que me provocara todos estos malestares.

Bajé a la cocina por algo que pudiera comer, ya era un poco tarde y no había desayunado, quizá esa era la causa de mi enojo, nunca me ha gustado quedar con hambre y ahora me sentía con mucha hambre.

Nada. No había nada que pudiera comer. Qué frustrante. Justo iba a empezar a lanzar todo (no literalmente pero mi instinto me dictaba aquello) cuando mi mamá apareció.

—Hye, creí que estarías en la empresa.

—Papá me dió el día. Dijo que me ha notado un poco estresada y quiso que descansara.

—Me alegra que por fin te diera ese descanso. Me preocupa ver que últimamente estás de mal humor y te enojes por todo.

—Mamá, ya dejen de exagerar, no es para tanto yo...— me interrumpí al notar un exquisito olor inundar mis fosas nasales.— ¿Qué es ese olor?

—Oh la tarta debe estar lista.— dijo ella acercándose al horno tomando los guantes.

En ese momento el teléfono comenzó a sonar.

—Iré a responder, puedes sacar la tarta del horno.— dijo entregándome los guantes.

—No te prometo que esa tarta esté viva cuando regreses.— comenté abriendo el horno.

Saqué con cuidado la tarta, lucía muy bien, tuve muchas ganas de comerla, mi hambre incrementaba el antojo.

—Hye, es para ti.— dijo mamá volviendo a la cocina.— La llamada es para ti.

Dejé lo que estaba haciendo y fui a atender.

—¿Hola?

—Hola cariño.

—¡Mark!— exclamé con entusiasmo. ¿alguien dijo enojo? Bah, con ese hombre todo se me olvida.

—Tu padre me dijo que hoy estabas libre, ¿quisieras salir?

—Claro, ¿Donde tienes planeado ir?

—No lo sé, podemos tomar algo, sólo quiero pasar un rato contigo.

—Vale, ¿donde nos vemos?

—Yo voy por ti.

—Te espero.

Always You [마크트안]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora