Treinta y Cinco

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Pov's Hyeyoung

—¿Estás bien? —preguntó una vez más Jinyoung.

Sacudí la cabeza levemente y lo miré.

—Lo estoy —respondí—. Pero en verdad quiero saber a dónde vamos.

Jinyoung soltó una suave risa y aceleró un poco más.

—Es una sorpresa.

No lo miré, suspiré con pesadez y murmuré asegurando que la molestia sonara en mi voz:

—Odio las sorpresas.

Lo escuché reír una vez más y por fin me voltee a verlo, la sonrisa aún permanecía en su rostro. Él me miró por un momento y su sonrisa se amplió.

—¿En verdad no lo recuerdas? —dijo entre sorprendido y ofendido.

—¿Recordar qué? —cuestioné mirando con intriga.

—No creí que lo olvidarías, cuando pasé por tí a la oficina pensé que podrías estar jugando conmigo.

Traté de recordar a qué se refería, debía ser importante y seguro nos implicaba a ambos, pero había estado tan ocupada en la empresa que no me tomé el debido tiempo para pensar en algo así.

—Lo siento —murmuré disculpándome.

—Debí imaginarlo, estás bajo mucho estrés que seguro no tienes cabeza para ésto.

—Realmente lo siento —volví a decir, más apenada—. Yo, yo no...

—Tranquila —me interrumpió—. Acordamos que hoy te llevaría a comprar el vestido de novia ¿recuerdas?

Sí, ahora lo recordaba. Unos días después de hablar sobre el matrimonio nos pusimos de acuerdo para ir organizando todo, y justo acordamos comprar el vestido de novia una semana antes de la boda.

Eso sólo me recordaba que en una semana estaría atada a Jinyoung por el resto de mi vida, ya no habría vuelta atrás y tendría que olvidarme definitivamente de Mark. Pero no estaba segura de poder lograrlo.

—Cierto —musité.

—¿No estás emocionada? He esperado ésto desde el día en que aceptaste ser mi novia —hubiera querido escuchar esas palabras venir de Mark.

Sólo pude sonreír ante sus palabras, si hablaba estaba segura que se daría cuenta de que no estaba tan emocionada como él.

—Pensaba llevarte primero a casa, debo hacer unas cosas y recoger unos documentos. Después podemos ir a donde tengas pensado comprar el vestido —explicó—. Porque sí tienes pensado un lugar para comprarlo ¿cierto? —preguntó ahora mirándome. Sólo me encogí de hombros, realmente no era necesario decir que no lo había hecho—. De acuerdo, no te preocupes, buscaremos un lugar.

Asentí y me enderecé en el asiento mientras guardaba silencio, no me sentía con ganas de hablar, no quería incomodar el ambiente y además estaba cansada.

Llegamos a su casa unos minutos después, entrando al living él me tomó por la cintura y comenzó a besarme, quise negarme pero no podía ser grosera con él, debía acostumbrarme si en poco tiempo me casaría con él.

—Recogeré lo que necesito y tomaré una ducha —dijo tomando un poco de distancia—. ¿No quieres acompañarme?

Golpeé levemente su pecho y sonreí.

—Date prisa, ya habrá tiempo para eso —dije empujándolo con una sonrisa para que no lo tomara a mal.

—Bien, no demoraré mucho.

Always You [마크트안]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora