Veintitrés

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—¿Estás bromeando?— pregunté esperando que así fuera.

—No. Tú dijiste que no sabes conducir así que yo te enseñaré. — dijo con un tono de voz bastante tranquilo.

—¿Pero estás seguro de tenerme paciencia?— volví a preguntar.

—Deja de preguntar. Estos son mis planes para hoy y estoy muy seguro de querer hacerlo.

Subió del lado del copiloto, esperé que me dijera que era una broma pero eso no pasó. Bufé y me subí al auto.

—¿Haz conducido antes?— preguntó colocándose el cinturón de seguridad

—Lo he hecho un par de veces.

—De acuerdo, no es tan difícil, ¿Lo haz hecho con un auto estándar?— preguntó mirándome.

Asentí.— Jinyoung me estaba enseñando con un estándar. Él dijo que es más difícil que un automático pero que una vez que aprenda con un estándar podré aprender más rápido con un automático.

—Exacto.— dijo asintiendo.—Yo te enseñaré con un automático, es verdad que es más fácil y por eso lo haré.

Me puse el cinturón de seguridad y coloqué mis manos sobre el volante.

—No pongas las manos así.— dijo Mark.

—¿Eh?

—Debes ponerlas a las 3 y las 9 (usen como referencia las manecillas del reloj), Si las dejas a las 2 y las 10, en caso de un accidente la bolsa de aire rompería tus pulgares.

Lo miré un tanto aterrada y enseguida cambié de posición mis manos.

—Bien, ¿Y ahora qué hago?

—Enciende el auto y ponlo en marcha lentamente.— me indicó.

Suspiré profundamente y giré la llave, luego moví la palanca de velocidad y pisé el acelerador. Mis nervios se esfumaron al darme cuenta de que no habíamos avanzado en lo absoluto.

—¿No crees que olvidaste algo?— preguntó Mark.

Me limité a mirarlo sin saber a qué se refería.

—Ehhhh. No me digas, no me digas, yo lo sé.— en verdad no sabía que era lo que había olvidado.— No me digas, ¡No me digas!

—Hey tranquila, no he dicho nada.

—De acuerdo, puedes decirlo.

—El freno de mano es de las principales cosas que debes hacer.

Asentí con una sonrisa nerviosa e inicié de nuevo, encendí el auto, quité el freno de mano, coloqué la primera velocidad y pisé el acelerador.

El auto comenzó a moverse de una forma muy brusca, avanzaba y frenaba. Intenté no cerrar los ojos y traté de controlarlo pero no podía.

—Tranquila.— dijo Mark colocando su mano sobre la mía.— Hazlo con calma, supongo que también Olvidaste soltar en embrague.

—No creo poder hacer esto. Estoy nerviosa.— admití.

—¿Por qué?

—No lo sé, el simple hecho de que estés aquí me pone muy nerviosa.

—¿Ah sí?— sentí su mano sobre mi pierna, comenzó a subirla cada vez más.— ¿Se puede saber por qué?

—Mark, borra esa sonrisa y quita esa mano de ahí.— dije tratando de no sonar nerviosa.

—Creí que te gustaba.— rió.

—No estoy jugando.

—Ahora que lo mencionas, tengo ganas de jugar, ¿Sabes? Sería divertido repetir lo de anoche.

—Si con repetir te refieres a los insultos y golpes, claaaro, yo estaría encantada de hacerlo.

Su risa sonó enérgica y se alejó un poco de mí.

—Tú ganas, hagamos otra cosa que no sea atentar contra mi vida ¿Sí?

(...)

El resto del fin de semana pasó, no volví a ver a Mark, tampoco hablé con él. Mis padres volvieron de su viaje mas no mencioné sobre lo que había pasado con Mark durante y después de la celebración.

No había ido a la empresa, aún me tomaba mis días para poder hacer unas cuantas cosas antes de trabajar.

Últimamente mis padres viajaban demasiado, trataban de cerrar contratos con inversiones que nos ayudarán a salir del estado en riesgo de quiebra pero por lo que me habían dicho, no lo lograban. E Incorporaciones Tuan, no era suficiente para brindarnos la ayuda necesaria, así que era mejor seguir buscando más alternativas.

Llegué a mi oficina un poco agotada, la noche anterior no dormí lo suficiente, había hablado con mi padre y él me dijo que la empresa estaba empeorando en su estado económico. Por más que traté de no pensar en ello, fue lo único que pasaba por mi mente. Tenía que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde.

Toda la mañana me la pasé revisando expedientes, comparando ingresos e inversiones pasadas con las actuales, viendo si podía igualarlas cuanto antes sin perjudicar más a la empresa.

Cerca del medio día, mi secretaria me avisó que Jackson me buscaba, rechacé su visita, aún tenía mucho que hacer y no podía darme el lujo de distraerme.

Los golpes en la puerta me hicieron dejar a un lado mis papeles. Enseguida Jackson entró con una dura expresión.

—Jackson ¿Qué te sucede? ¿Acaso no sabes esperar?— dije molesta.— Tengo mucho trabajo y no tengo tiempo de hablar, así que te agradecería que...

—Perdona la forma de entrar pero en verdad necesito decirte algo.— me interrumpió llegando hasta mi escritorio.

Me dio un papel con el encabezado de finanzas de la empresa.

— Jackson...— musité.— Por favor dime que todo está bien.

Tuve el presentimiento de que algo estaba muy mal.

—Convoca una Junta lo más pronto posible.— dijo ignorando lo que dije.

— No me asustes, dime que no es sobre el estado financiero.

Jackson suspiró y apartó la vista de mis ojos.

—Lo siento mucho Hye.

Y con eso supe que nada estaba bien.

Always You [마크트안]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora