Treinta y Dos

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Jinyoung me besó y a los segundos le correspondí. Sus labios no eran tan cálidos como los de Mark, sus brazos no eran tan reconfortantes como los de Mark, su presencia no me afectaba tanto como la de Mark y caí en cuenta de que él nunca sería cómo Mark, o siquiera se le asemejaría.

—¿Estas hablando en serio? —preguntó al separarse un poco de mí.

Asentí —No tengo motivos para bromear —dije—, ¿o es que no quieres casarte conmigo?

—¡No! No es eso —se apresuró a decir—. Créeme que no hay nada que quiera hacer más que casarme contigo. Pero creí no te sentías lista para algo así, después de lo que sucedió con Mark pensé que querrías más tiempo y...

Lo callé volviendo a besarlo.

—Creo que estaré bien por ahora —le dije— ¿Entonces aceptas?

—Por supuesto que sí —exclamó emocionado—. Sólo dime, ¿cuando te gustaría que lo hiciéramos?

—¿Te parece un mes? —propuse pero su sonrisa desapareció al instante.

—¿Un mes?

—Sí, un mes. No quiero nada escandaloso, preferiría algo sencillo y discreto ¿de acuerdo? Sólo familiares y amigos cercanos.

Lo ví pensar su respuesta, quizá lo estaba apresurando y también estaba exagerando pero ahora era lo que más quería. Mi vida ya no tendría sentido alguno sin Mark pero él fue claro cuando dijo que ya no me amaba y yo no podía quedarme estancada esperando que él se arrepintiera y volviera a mí.

Jinyoung suspiró y la sonrisa volvió poco a poco a su rostro.

—Me parece perfecto.

Quise sonreír pero ya no me sentía con la capacidad de hacerlo, no sinceramente.

—Vallamos afuera, digámoslo a nuestros padres para iniciar todo ¿no crees?

Él asintió y tomó mi mano para tirar de ella y llevarme a la cocina. Mis padres estaban ahí, sus rostros aún reflejaban mucha preocupación y al vernos llegar fueron enseguida con nosotros.

—¿Hija estás bien? —preguntó mamá.

—Mamá, papá. Tengo algo que decirles —ambos me miraron, yo ví a Jinyoung y éste me sonrió apretando mi mano—. Jinyoung y yo vamos a casarnos.

El silencio reinó en el lugar luego de mi declaración, mis padres se miraron entre sí aún con más preocupación. Volví a mirar a Jinyoung y él parecía estar confundido a la par de incómodo. Estuve pensando que quizá ellos no querían que nos casaramos por todo el problema con la empresa pero ya estaba yo harta de todo eso, entonces volví a hablar.

—Esto no tiene nada que ver con la empresa. Quiero ser feliz y olvidarme de todo lo que causa un matrimonio forzado —ellos me miraban fijamente, parecía que ahora sí escucharían lo que les diría—. Por favor, sólo por ésta vez déjenme salirme con la mía y hacer algo que yo quiera. No quiero llorar más.

Y la verdad es que no pensaba que podría llegar a ser feliz otra vez, pero Jinyoung ha sido bueno conmigo y me demostró que en verdad me ama. Tal vez con el tiempo me ayudaría a salir de mi situación emocional. Aunque él no podía curar mi corazón, porque mi corazón ya lo tenía Mark.

—Tienes razón Hyeyoung —dijo al fin papá—. Mereces tener lo que quieres, y si lo que quieres es casarte con Jinyoung está bien. Tienes nuestro apoyo.

—Gracias —musité.

Esperaba que todo desde ahora mejorara. Dicen que luego de la tempestad viene la calma.

Always You [마크트안]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora