Always You [마크트안]

Veintiocho

No podía creer lo que estaba haciendo, por un momento quise echarme atrás y decirle que no pensaba dejar a Hyeyoung, que juntos saldríamos de ésto. Pero ¿a quién quería engañar? Algunas veces tendría que arriesgar lo que más amaba para que estuviera bien.

—¡Excelente! —dijo Jinyoung sacándome de mis pensamientos— Prepararé la documentación necesaria para iniciar todo, mientras tú... Ya sabes, haces lo demás.

—Dame un par de días —le dije—. Todavía tengo que arreglar unas cuantas cosas en la empresa, el fin de semana iré a ver a Hyeyoung y romperé el compromiso.

—Como quieras. El día que tú rompas el compromiso firmaré los papeles necesarios para una transferencia, así que piensa bien, ¿cuanto tiempo más quieres seguir en esta situación?

—Bien —fue lo único que pude decir.

Jinyoung asintió y sin decir algo más, salió de mi oficina.

Me tragué el nudo que se había formado en mi garganta, realmente dolía pero esto aún no acababa, aún faltaba lo más difícil y no sabía si podría con ello.

Llamé a mi asistente y le pedí que reservara por dos días la suite del hotel en Jeju. Una vez que estuvo confirmado tomé mi celular y lo miré por unos minutos pensando en qué decir.

¿Qué le diría?

Suspiré sonoramente y me revolví el cabello, ya estaba tan revuelto que debería parecer que me acababa de despertar. Aflojé el nudo de mi corbata y por fin comencé a marcar.

Esperé a que contestara, los pitidos estuvieron sonando hasta que escuché la contestadora. Lo intenté una vez más, y cuando creí que no contestaría, su voz resonó en mi oído.

—¿Mark?

—Hola cariño —dije intentando sonar como normalmente haría—. ¿estás ocupada o interrumpo algo?

—No, claro que no —respondió. Noté que estaba algo desanimada, lo cuál me extrañó y preocupó.

—Amor, ¿estás bien?

—Lo estoy, ahm ¿tú cómo estás?

—Estoy bien, ahora que te escucho, pero estaría mejor si te viera —por parte de ella hubo silencio, no supe si era bueno o malo. Sólo quería hacerle saber cuánto la quería—. Necesito hablar contigo y tus padres, ¿podré ir ésta tarde?

—Sí, te esperaremos.

¿Era mi estado de ánimo o ella estaba siendo demasiado cortante conmigo?

—Bien, cariño. Nos vemos. Te amo —me despedí y antes de recibir su respuesta, corté.

Mi pecho dolía, apenas comenzaba y no estaba seguro de poder llegar al final de todo sin romperme.

Tomé mis cosas y salí de la oficina, vi a mi asistente en su lugar, ella se puso de pie y le indiqué que volviera a tomar su lugar.

—Me tomaré el resto del día y un par de días más —le dije—. Mantenme al tanto de todo lo que suceda en mi ausencia ¿de acuerdo?

—Sí, señor Tuan.

¡Maldición! ¿Por qué tenía que ser de esta forma? Quería gritar, golpear algo o no sé, cualquier cosa que me liberara de este maldito dolor.

¿Qué me haz hecho Hye, que no puedo dejarte?

(...)

—Mark, no nos dijiste que vendrías —dijo mamá al verme.

—No tuve tiempo de llamar antes —dije.