Y aquí me tenias, junto a el, tomando su mano con fuerza al sentir como el avión comenzaba a despega, comenzaba a transpirar al pensar y planear aquella sorpresa que le tenia preparada, el imaginarme como sus mejillas se sonrojarían al escuchar mis palabras me ponía nervioso y una sonrisa tonta aparecía en mi rostro llena de ilusión y mis mejillas se tornaban rojas.
¿El vuelo fue pesado? no, a pesar te todas esas horas no me sentía cansado, no me sentía fastidiado, si no que fue todo lo contrario me la pasaba bien a su lado, entre risas y divertidas anectotas donde se involucraba el junto a a Laura, y entre mas pasaban las horas mas descubría de su vida, de como lo defendieron cuando era niño, de como se hizo amigo de Laura y de como es que no paraba de verme de un momento a otro, de como sin pensarlo comenzó a sentir algo por mi que no podía explicar, y al pasar la sobrecargo con una sonrisa radiante, un peinado y maquillaje limpio y ese uniforme con perfecto ofreciendo comida la sonrisa de Ariel se volvía cada vez mas perfecta y radiante, tan bella como las nubes iluminadas por el sol que podíamos ver por la ventanilla, la gran ventanilla.
—Abre—. Dijo el posando frente a mi su mano con una cucharada de su comida, verlo frente a mi sin importarle nada me volvía simplemente feliz.
—Jóvenes, desean una manta—. Interrumpió la sobre cargo con tres mantas blancas y suaves en sus brazos— ¿Desean que le de una a su amigo?—. Sabia que no se refería a Ariel pues el ya tenia la suya sobre su regazo, la sonrisa maternal que esa joven mujer mostraba no hizo nada mas que sonrojarme, mirando detenidamente, cubriendo mis mejillas como tapaba a la enorme Jirafa que se encontraba sentada a mi lado, aquella jirafa que Ariel me obsequio el día del zoológico. como un niño pequeño a un viejo juguete yo no podía, estar separado de esa jirafa se había vuelto mi fiel compañero.
Pero que mas daba, ¿De que preocuparme por como me viera aquella mujer? no tenia porque importarme, estaba frente a la persona que me gustaba en un viaje inolvidable para ambos, eso era lo que en verdad importaba en este momento, después podria preocuparme por cosas tan banales, después podria preocuparme por lo que dijeran mis padres al verme tomado de la mano de su empleada, después podria preocuparme por la reputación que me había creado, la que me habían creado mi familia, ahora solo era un chico común y corriente, en un vuelo en primera clase a España lleno felicidad y comodidad mirando esa sonrisa y esos ojos azules que hacen que te pierdas en su profundidad y brillo, que te pierden y encuentres mas que un simple azul, mas que una simple mirada, mucho mas que eso. Esa mirada que sabes que jamas te hará derramar ninguna lagrima y lleva consigo esperanza y amor en su mas pura expresión.
Horas... horas... y mas horas de vuelo es lo que tuvimos que soportar hasta llegar a nuestro destino Benasque, España.
Benasque es un pueblo, alejado de la ciudad de España, un lugar tranquilo, de alegre pintar, el lugar perfecto para alejarse de todo lo que nos atormenta y relajarnos, tomando un buen café en el restaurante de la Avenida Tilos, bajo uno de sus arboles con vista a las montañas de un gran verde, acariciado por el viento y sintiendo los cálidos rayos del sol recibiéndote con un gran buenos días, admirando esas casas rusticas de piedras, con flores a cada balcón que mirabas y el rió no muy lejos, tan cerca que cruzaba por una de sus calles principales. Un lugar perfecto para dos jóvenes enamorados que desean pasas bien de la compañía del otro y concluir tu gran día recorriendo unos kilómetros en carretera, visitar un poco si deseas el pueblo mas cercano que es Eriste y mirar las estrellas junto al Lago corazón.
—¡Mira Jack!—. Hablo con entusiasmo mirando por la ventana como nos acercábamos mas y mas a aquel pueblo, tan cerca que podías imaginar como se sentía el aire lleno de frescura entrar por tus pulmones.— Es hermoso.
—Si piensas que es hermoso solo de verlo de esa altura, espera a que lleguemos.
El solo podía mirar por la ventana con una gran sonrisa, maravillado por la vista que dejaba ver a través de esa ventanilla y sus ojos brillara aun mas como el de un niño pequeño al ver un juguete nuevo.
—¿Que haremos primero? ¿Recorrer las calles? ¿Iremos de compras? Mama me dio algo de dinero para que comprara lo que quisiera.
No podía evitar reír por todas aquellas que lanzaba al aire como bombas llenas de emoción, brincando de asiento a la gran jirafa que me acompañaba cayendo sobre ella, y, provocando algo inesperado, haciendo que mi corazón latiera mas y mas y mis mejillas junto a todo mi rostro hirvieran y se tornara de un color escarlata fundiéndose en mi suéter.
El me había abrazado y besado con dulzura, mostrándome esa sonrisa tan perfecta y blanca —A... Ariel... sera mejor... que nos alistemos.... aun tenemos que tomar un pequeño viaje por carretera para llegar al pueblo, o si prefieres... una avioneta.
~°~
Recorriendo el lugar en un auto rentado, mirando el paisaje mientras el aire nos golpeaba en el rostro. No podíamos dejar de maravillamos con tanta belleza que formaban los arboles y montañas del lugar, y mientras mas nos acercábamos mas sentía nerviosismo.—¿Ya casi llegamos?—. Volvió a preguntar Ariel timando mi mano con una sonrisa sin dejar de mirar al frente.
—Si—. Contesté — Ya estamos cerca, solo espera cinco minutos más.
A lo lejos podíamos ver el pueblo lleno de ese colorido y calidez rústico —Mira Ariel... Ya llegamos—. Ariel solo sonrió, asomando su cabeza por el aire del auto convertible, lleno de emoción desenfrenada.
—Vamos Jack... Quiero conocer el lugar.
—Lo se Ariel, pero, primero hay que hospedarnos, dejar todo en el hotel.
El se tranquilizó, sentándose con una mueca en si rostro por aquella impaciencia que no lo dejaba en ningún momento.
En el pequeño pueblo podías escuchar las aves cantar con alegría y a los habitantes saludarte con amabilidad.—Ariel—. Le llame sentándolo en aquellas mesas de la cafetería junto a el hotel, bajo el gran árbol dando vista a la montaña, mi mano temblaba al sujetar con mas fuerza la guitarra y mi respiración se entre cortaba —Quiero cantarte algo que te compuse—. Una canción que le expresaba todo lo que provocaba e mi y como es que las cosas cambiaron cuando entro a mi vida.
¿El resto del viaje seria magnífico? Claro que si, si lo seria, tenia todo el mes planeado, le mostraría la belleza de todo el mundo si me lo permitiera, navegaríamos por el mar completo si eso quisiera el. Pero, aun tengo que lidiar primero con mis padres.
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Los chicos no se enamoran #dampremios2020
Teen FictionUna novela narrada en dos voces. La primera; Ariel es un joven callado apodado "El fotógrafo" por todo el alumnado de su colegió, el solo cuenta con su mejor amiga Laura quien tiene una manera de sacar dinero muy particular. Jack es el r...