Una novela narrada en dos voces. La primera;
Ariel es un joven callado apodado "El fotógrafo" por todo el alumnado de su colegió, el solo cuenta con su mejor amiga Laura quien tiene una manera de sacar dinero muy particular.
Jack es el r...
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Y de pronto tomar una fotografía de él se convirtió en algo que no podía para con facilidad, él se había convertido en mi musa, de la noche a la mañana el mirarlo mientras estudiaba se convertía en algo más que rutina para mí.
Siempre viví alejado de todo el alumnado del colegio como el chico fotógrafo, solamente así me llamaba, con solo una amiga que al descubrir mi orientación sexual gustaba de emparejarme con quien sea que se encontraba y que fuera hombre, trazando en su cuaderno a cada alumno, a cada compañero, incluso con un profesor pequeñas historietas donde yo era el sumiso.
-¡Ariel!-Gritaba ella con alegría después de haber concluido con su trabajo dispuesta a venderlo a sus fieles seguidoras, siempre era lo mismo con ella, tiempo atrás protestaba pero al ver que ella hacia lo que quería me rendí limitándome solo a mirarla.
(...)
todo comenzó aquella mañana lluviosa fuera del colegio al que asistía donde comenzaba sentirme nervioso, sentía como alguien me seguía, hasta que lo vi tras aquel árbol con la cámara fotográfica que siempre tenía consigo, él me estaba mirando, mis latidos se aceleraban cuando descubrí que el chico que me gustaba me miraba a escondidas.
El ser coronado como el rey del salón podía ser un alago para muchos, y lo era para mí, podía tomarme ciertas prioridades y comodidades que nadie más tenia, pero si alguien descubría que realmente no amaba a Kristen mi reinado se vendría abajo junto a mi oculta homosexualidad.
-¡Jack!-. Gritaba ella energética mientras su cabello dorado se movía de un lado a otro con un ejemplar de aquella historieta que la chica rara de mi salón vendía, nadie del colegio más que unas pocas lo compraba, pero allí fue cuando mi perdición comenzó, aquella chica me había dibujado junto al chico fotógrafo, aquel joven de ojos azules que tanto me gustaba mirar cada vez que pasaba a exponer. Estaba allí dibujado todo lo que en mis sueños pasaba. Fue una tortura y el comienzo de mi declive.
