Capítulo VIII: Under My Skin

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El jefe máximo de Xuan Yei estaba muerto y aunque la misión en la isla Blinq no había sido tan beneficiosa para Noir pues solo obtuvieron una parte de lo acordado, HimChan recibió de las manos del extinto aliado un sobre con algunos documentos importantes. Títulos de propiedad a nombre de los Bang, mapas tan valiosos pero una hoja de papel llamó su atención. Esta contenía tres apellidos importante: Kim, Bang y Moon. ¿Sería lo que HimChan tantas veces sospechó? Lo averiguaría y descubriría la verdad.

Ya de vuelta en Seúl, YongGuk y JunHong pidieron unas cortas vacaciones, irían a América a relajarse luego de tanto estrés y ajetreo. DaeHyun planeaba lo mismo, pero el irían a Busan a pasar en su alejada cabaña, tal vez llame a una que otra sensual chica para su compañía, sin embargo al ver que YoungJae no tenía a donde ir puesto que su única familia era Noir le invitaría, al fin y al cabo ya no se llevaban tan mal como antes.

  — Eh...oye...YoungJae...¿te gustaría ir a Busan conmigo? Podríamos ir de pesca... —El chico Yoo ocultó su risa detrás de su blanca mano.

  — Eres increíble Bang DaeHyun, me pregunto qué es lo que te hizo cambiar. Hace unas semanas no dejabas de ofenderme y ahora me invitas a viajar contigo, hasta lloraste por mi en Bliq ¿verdad?  

  — No digas tonterías, estaba preocupado y me habría puesto así por cualquier de ustedes...y si no quieres ir pues no te voy a rog... — El suave índice de YoungJae se posó sobre los gruesos labios del mayor. Ese contacto estremeció a ambos, pero ninguno lo dejó notar.

— Nunca dije que no, tonto. — Esta vez, el menor de ambos apretó la mejilla ajena con cariño mientras mostraba además una de sus más sinceras sonrisas.—   Gracias por invitarme DaeHyunnie.

El mayor no pudo estar más contento, ya no necesitaría la compañía de alguna dama si ahora estaría acompañado de un amigo ¿verdad?

Y fue así que la mansión de los Noir se quedó casi vacía a excepción de la seguridad y empleados, y por supuesto de HimChan y JongUp. Este par no separaba en ningún momento, mientras JongUp tomaba sus lecciones de arte, el mayor de ambos lo miraba hipnotizado por sus perfectas facciones y cuando HimChan atendía asuntos importante al teléfono, Moon lo admiraba cual cachorrito a su amo.

  — No te acostumbres a esto Uppie, el lunes todo el equipo tendremos que volver a trabajar. — HimChan acariciaba los cabellos del muchacho, ambos estaban tumbados sobre la alfombra del cuarto principal.

  — Dejarás que los Bang me entrenen ¿verdad? — JongUp fruncía sus labios. Era su manera de convencer al mayor y vaya que daba resultado. — DaeHyun hyung dice que puedo ser muy bueno con las armas. ¡Vamos si! — Comenzó a picar el cuerpo contrario, provocando en este risas  y evasivas .

  — De acuerdo, de acuerdo...pero...Uppie.... — HimChan se deshacía en carcajadas; era tan feliz de ver la brillante y única sonrisa de su ángel quien no dejaba de cosquillearle sin embargo sus cuerpo iban acercándose peligrosamente al punto que Up quedó sobre HimChan , estando este tan colorado por las risas desbordantes y  los roces casuales.

Estuvieron mirándose en esa posición por largos segundos hasta que el jefe de Noir pensó que era mejor parar, tener a su ángel de esa manera podría descontrolarlo. 

  — V-vayamos a comer ¿si? — Intentó levantarse pero el menor ofreció resistencia, ahora su tierna sonrisa parecía traviesa— .

— Hyung...estamos solos ¿verdad? — Se agachó al punto de que los labios de ambos se separaban a penas por un cuántico espacio— . Quiero estar contigo... — Otorgó un ligero beso, provocando en su compañero un deseo de corresponderle de manera más profunda.

  — Si...p-pero ya estás conmigo... — Moon comenzó a rozar la punta de su nariz sobre el blanco cuello de su mayor, dejando luego unos cariñosos besos. Estas acciones hacían que miles de cosquillas recorrieran todo e cuerpo de HimChan; no soportó más y buscó los labios que segundos antes besaban su cuello. Ahora estaban unidos a través de juguetonas caricias y húmedos roces. Sus lenguas se acercaban tímidamente a explorarse una con la otra, la temperatura de sus cuerpos se encendían y sus corazones galopaban rápido cada vez más. HimChan estaba consciente de que podría volverse adicto a JongUp y es que sus labios sabían a frambuesas, eran suaves y cálidos. Era tocar el cielo desde la tierra. 

Para Moon, era una sensación diferente; por necesidad en su vida de callejero tuvo que probar labios masculinos pero los de su hyung transmitían tranquilidad, seguridad, dulzura y sin darse cuenta esos labios le gustaban cada vez más. No podía caer en su propio juego pero ¿quién le impediría disfrutar de tan deliciosos besos?

Pasaron ambos largos minutos comiéndose las bocas hasta que la falta de aire los obligó a separarse, ambos se miraron sonrojados, ansiosos de más. Sus miradas cómplices hablaron entre sí. Al parecer era HimChan quien más nervioso se encontraba pues sería su primera vez con un chico, a decir verdad tenía miedo de lastimarlo o decepcionarlo. Fue JongUp quien llevó a HimChan hacia la cama con el fin de proseguir esos candentes besos atreviéndose a más en cada segundo que transcurría. Era una noche calurosa así que la necesidad de estar con ropa eran mínimas. El temeroso jefe de Noir se hallaba tan vulnerable en ese momento, se sentía debilitado al admirar el esculpido cuerpo de su ángel, quien ahora tenía fuego en la mirada. Una vez tuvo ya la dicha de verlo sin prenda alguna pero ahora podía tocarlo y gozar de esa morena piel que hacía contraste con la de HimChan que era tan blanca como la nieve, tan suave como un pedazo de nube. JongUp se quedó obnubilado cuando descubrió por vez primera el cuerpo de su hyung, esos muslos, esas caderas despertó algo en él que lo enloquecía.  Y fue así que entregaron el uno al otro. Kim recorrió con húmedos besos cada centímetro del cuerpo de su ángel, se embriagó de su aroma y su esencia, apretó con fuerza sus glúteos que no dejaban de rozar contra su entrepierna. Entró lentamente en él, sintió su calurosa y estrecha entrada, era la gloria. Mientras tanto JongUp había acariciado a su mayor de todas las maneras posibles en que podía acariciar a un hombre hasta volverlo loco. Cuando lo sintió bajó su piel le hizo tocar las estrellas. Había tenido sexo con muchas personas a su corta edad, pero jamás nadie le había hecho el amor y vaya de qué manera. Por vez primera se sintió deseado, amado, protegido y se sentía hermoso compartir algo tan íntimo con una persona igual de hermosa ¿Qué le sucedía? ¿Acaso se estaba enamorando? 

HimChan se sabía ya esclavo de  JongUp, en su corazón no habían dudas, ese chico era con quien quería compartir el resto de su vida si así este lo quería.

Llegaron juntos al clímax, liberaron sus semillas al mismo tiempo se besaron para sopesar la falta falta de aire, se acariciaron hasta sentir que sus respiraciones encajaban y volvían a ser normales. Esa habitación había sido testigo de un acto íntimo apasionado, si esas paredes pudieran hablar tan solo reproducirían el lenguaje del amor que ese par de jóvenes gemían y vociferaban.

— Me estoy volviendo adicto a tus besos, no te quejes luego porque voy a besarte a todo momento — HimChan susurraba al oído de su amante estando ambos abrazados, ya más calmados luego de tanto fuego.

— Tampoco te quejes si en cualquier momento tengo que comerte ¿si? — JongUp se acurrucaba en el pecho ajeno, se estaba tornando ese cariño en una necesidad constante. El sentirse protegido.

— Te quiero amo JongUppie...jamás creí volver a enamorarme. Eres mi ángel enviado desde el cielo para probarme que sí existen las segundas oportunidades.

— Hyung...eres tan lindo...t-te amo también...

Entre tanta miel, se pasó volando el fin de semana y ya para el lunes YongGuk y JunHong volvieron de New York con noticias nada positivas para Noir.  

  

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Feel The Fire (HimUp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora