Capítulo 33. Irse por las ramas no es sólo cosa de monos

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Capítulo 33. Irse por las ramas no es sólo cosa de monos

Naya (Niall) POV
-¡NIALL!
El gritó de Liam pudo oirse a lo largo y ancho de toda la casa, es más, me costaba creer que no se hubiera oído en todo el maldito barrio. Suspiré. ¿Qué habría hecho mal esta vez? Desde que éramos mujeres y vivíamos en esta casa parecía que todo lo que hacía, lo hacía mal.
Me levanté del sofá en el que llevaba repantingada las últimas dos horas y fui caminando hacia las escaleras arrastrando los pies con desgana. Subí la escalera con aún menos ánimo, sintiendo como empezaba a perder el aliento. ¿Era yo, o estas escaleras estaban cada día más empinadas? Por Dios Niall, que sólo son diecinueve escalones, ni que fuera la Muralla China. ¿Qué cómo sabía que eran diecinueve escalones? Fácil. Los había contado. Una y otra vez. Porque no tenía nada mejor que hacer. Desde qué vivíamos en esta casa prácticamente no pasaba nada interesante, y me pasaba las horas muertas mirando la tele sin interés o incluso con la mirada fija en el reloj, simplemente viendo pasar los segundos, los minutos, las horas, mi vida...
Llegué a lo alto de las escaleras y me dirigí al lugar del que procedía la voz de Liam, el baño de mi cuarto. Allí me lo encontré a él con un delantal, unos guantes, un pañuelo en la cabeza tapándole el pelo castaño y unos guantes de goma amarillos. Para culminar ese look tan sexy, llevaba en la mano una escobilla de vater que esgrimía en mi dirección mientras fruncía el ceño, muy enfadado.
-¿Qué ocurre Li?- pregunté muy harto ya de todo, aunque algo divertido a causa de su atuendo, todo sea dicho.
-Pero bueno, ¿se puede saber por que no tienes una alfombrilla antideslizante en la bañera? ¿Es qué acaso quieres matarte? ¿Sabes lo peligrosas que pueden ser las bañeras? Si te resbalas te puede pasar de todo, desde dislocarte un hombro hasta partirte el cuello...
Y raja y raja y no para. ¿Es qué acaso no tenía un botón de apagado? Vale, sí, te puedes resbalar en la ducha, lo pillo, pero de verdad, ya está, no me vuelvas loco por favor. Si es que cuando Liam comenzaba con una de sus charlas de orientativas sobre la precaución en el hogar o exteriores no había quien le parara, y ese problema había empeorado mucho desde que estábamos en esta casa como mujeres. Para ser sinceros, todos habíamos cambiado mucho desde entonces, hasta Harry que siempre había sido un mujeriego ahora que estaba con Ronnie se le veía más calmado, más estable. Es más, no eran pocos los días que venía Ronnie y se quedaba después a dormir.
-¿Me has entendido?- exclamó Liam sacándome de mis ensoñaciones.
-Si, si, mañana mismo me compro una alfombrilla antideslizante para la bañera...- dije arrastrando las palabras y poniendo los ojos en blanco.
-¡NO!- chilló- ¡dios, Niall, no te has enterado de nada, te lo voy a explicar de nuevo.
No, dios, ¿por qué a mí? ¿se puede saber que le he hecho yo al universo para que me ocurran todas las desgracias? No es justo, siempre me caigo, me golpeo, me tropiezo con el más mínimo desnivel posible del suelo y ahora, para colmo, estaba encerrado en un baño, con Liam vestido como si se fuera a meter en una cloaca, apuntando me con una escobilla de vater mojada que cada vez que la movía me salpicaba y echándome la bronca del siglo por culpa de una estúpida alfombrilla antideslizante para la ducha que casi nadie usaba. Dios, ¿cuantos casos de creía Liam que había de gente muerta por caerse en la ducha? Seguro que no había ni siquiera más de diez casos en todo el mundo, aunque, claro, con mi suerte seguro que yo acabaría siendo uno de esos casos, no, si al final Liam iba a tener razón y me iba a tener que agenciar una alfombra de esas, en cuanto pudiera me hacía con una, eso seguro.
-Vale, Liam, de acuerdo, tu ganas- dije resignado- a partir de ahora tendré más cuidado con mi integridad física, ¿contento?
-No, la verdad, pero un poco más tranquilo si que me quedo- dijo él negando con la cabeza y suspirando, tras la cual cogió sus chismes varios de limpieza y salió de mi cuarto para ir a limpiar vete tú a saber el qué.
Suspiré. Desde el día en que apareció la policía en la puerta habían pasado tres semanas y todo se había vuelto completamente aburrido, monótono y anodino. Era como si las cosas interesante hubieran se hubieran desvanecido, evaporado. Bueno, queda aparte el hecho de que Zayn había vuelto a ser el de antes hacía una semana. Habíamos vuelto a barajar la idea de que fuera un beso lo que provocaba el cambio, pero tal como lo habíamos pensado lo descartamos, ya que Harry se había besado con Kyle con anterioridad, así que no podía ser... ¿no? Por lo tanto habíamos vuelto al punto inicial, no teníamos ni idea de porque éramos mujeres ni de como volver a ser lo que éramos. Lo único que cambiaba del principio a ahora, era que dos de los integrantes de la banda habían logrado volver a ser lo que eran mientras que los otros tres continuábamos encerrados dentro de estas prisiones femeninas de las que no podíamos escapar. Que fastidio. Me tiré sobre la cama. Sentía celos y envidia de Harry y Zayn, ellos ya eran hombres otra vez. Yo quería volver a ser como antes. La regla es un coñazo. Tener que depilarte es un coñazo. Ser chica es un coñazo. Yo quería volver a ser hombre, recuperar mi masculinidad, mi pecho liso y algo peludo. Dios, si hasta algunas veces he llegado a dudar de que alguna vez llegara a ser algo diferente de una chica, si todo eso de la vida anterior como hombre era todo imaginaciones mías. Pero entonces veía a Harry y a Zayn y mis dudas de terminaban. ¿Cómo podía haber dudado? ¡Pues claro que soy un hombre, maldita sea! ¿Qué clase de locuras se me pasaban por la cabeza? De verdad, a veces me preguntaba a mi mismo que clase de retraso mental tenía en mi cabeza para pensar ese tipo de cosas, si es que los demás iban a tener razón, si es que soy tonto, pero tonto de remate.
Sumido en estos pensamientos me hallaba cuando oí mi mi móvil vibrar en la cómoda. Me levanté gruñendo por el esfuerzo y fui lo más rápido que pude a recogerlo. A medio camino de la cama al mueble me tropecé con la alfombra, como no, y tuve que arrastrarme a para llegar al móvil a tiempo. En serio, tenía que quitar esa maldita alfombra de una vez. Antes de que se colgara cogí el teléfono sin ni siquiera mirar quien era, y por muy poco conseguí cogerlo a tiempo.
-¡Naya al aparato!- le chillé al aparato, jadeando a causa de las prisas.
-¡Yow, que entusiasmo!- exclamó la voz al otro lado del aparato.
-¿Lissa?- pregunté extrañado, llevaba desde el viaje a Canarias sin verla ni saber nada de ella. Había llegado a pensar que se había enfadado conmigo por algo.
-Emm... si, ¿quién iba a ser si no?- respondió ella como si fuera lo más obvio del mundo.
-Emm... no sé... ¿cualquiera de las personas a las que conozco?- pregunté poniendo los ojos en blanco. Esta chica a una egocéntrica y nunca cambiará.
-Meh... minucias, gente no importante- dijo quitándole importancia al asunto- bueno, de todos modos, vayamos al tema principal, nada de irse por las ramas.
No pude evitar volver a poner los ojos en blanco. Era tan irónico que dijera lo de irse de las ramas. Melissa tenía un serio problema con irse por las ramas, siempre encontraba una forma de hilar un tema con otro y otro y otro y otro y otro y otro... y podía pasarse así horas, era como si jamás se le acabaran los temas de conversación, siempre había un nuevo tema esperando tras las esquinas, si no te dabas cuenta te podías llegar a ver enredado en una conversación durante horas sin lograr huir de ella, y creedme, nadie quiere que le pase eso, no con Melissa.
-¡Naya! ¿Me estás escuchando?- graznó, trayéndome de vuelta a la realidad de un golpe- de verdad nena, tienes que aprender a no desconectar tanto, demuestra poca educación y es muy descortés, menos mal que entre nosotros hay confianza y yo no soy de las que se ofenden fácilmente...
Dios, ¿cómo demonios me he metido yo en esta conversación? ¿Qué alguien me saque de aquí? Es que de verdad, ¿se puede ser más café que yo? Primero por la mañana me pilla Liam por banda y me echa una bronca de tamaño colosal por una puñetera alfombrilla de baño. Ahora, sin que me haya dado tiempo a recuperarme de la reprimenda de Liam viene esta a echarme la bronca por no prestar atención. Espera, ¿se puede saber de que demonios me esta hablando? ¿A qué demonios vienen a cuenta los monos de mar ahora? Menos mal que era ella la que no quería irse por las ramas (notese la ironía) si es que está visto que jo uno tendría que haber salido de la cama... Ay... mi cama... es tan suave... tan calentita... tan cómoda... Ahora que lo pienso, si la cama es más cómoda que la cómoda... ¿por qué se le llama cama a la cama y cómoda a la cómoda? Pero bueno, ¿se pude saber de que demonios estoy hablando ahora? Dios, lo de Mel tiene que ser contagioso, se me están descarrilando los pensamientos, estoy desvariando mentalmente, esto no debería permitirse.
-Bueno, pues lo que te iba diciendo- una pequeña variación en la monótona voz de Lissa volvió a traerme de vuelta a la tierra- ¿te apetece salir esta tarde a dar un paseo o algo así? Ósea, si no quieres o no puedes lo entenderé, no me ofenderé ni nada de eso. A ver, seguro que tienes mejores cosas que hacer hoy y claro, no es como si yo fuera tan importante ni nada, pero...
Y aparecía en escena uno de los famosos cambios de personalidad extremos de doña Melissa Stuart. De repente podía ser la reina del universo y tú un ser inferior, que de repente era la persona más humilde y sumisa del mundo, lo cual dejaba fuera de juego a todos aquellos que no la conocían, pero para los que ya la conocemos este tipo de comportamiento era algo normal, algo típico, algo del día a día, algo con lo que hay que lidiar.
Suspiré.
-Claro que puedo quedar contigo, Liss- la interrumpí antes de que volviera a enrollarse una vez más- ¿desde cuándo tengo algo más importante que hacer?
-¡Yay!- exclamó con alegría- ósea, bien, claramente te estoy haciendo un favor sacándote de la tediosa rutina en la que te ves envuelta, por que claro, todos saben que yo soy de lo mejorcito que existe y que todo el mundo desea quedar conmigo y...
Puse los ojos en blanco por tercera vez en menos de veinte minutos. Y también por tercera vez la interrumpí en sus elucubraciones, justo antes de que enlazara lo que estaba diciendo con otro tema completamente distinto y ya la hubiera perdido para siempre.
-Liss- la llamé con voz aburrida- ¿nos vemos en veinte minutos donde siempre?
-¿Llao llao?- preguntó y en mi cabeza pude ver perfectamente como se le iluminaban los ojos al pronunciar esas dos sílabas.
-Llao llao.

Harry POV
-¿Alguna vez te he dicho que me encantan los hombres con tatuajes en el pecho?- me preguntó Ronnie mientras acariciaba con los dedos la forma de la mariposa de mi pecho, de forma distraída.
Estábamos los dos tranquilamente tumbados en mi cama, bueno, más bien estaba yo tumbado en la cama y ella sobre mí. Ella vestía una de mis camisetas, que había sacado de mi armario y le quedaba muy grande, casi como un vestido, mientras que yo estaba cómodamente tumbado en calzoncillos, con los brazos doblados tras la cabeza.
-Puede que lo hallas mencionado, sí- murmuré acariciandole con suavidad la parte superior de la cabeza.
Nos mantuvimos así, tranquilamente, en silencio, sintiendo el latido el uno del otro, sin mayores preocupaciones. La vida era bella. Ya no era mujer, tenía a la chica que amaba a mi lado y, de podría decir, que me hallaba en unas vacaciones eternas hasta que mis compañeros consiguieran volver a ser hombres. Por ahora, sólo lo habíamos logrado Zayn y yo, aunque aún no teníamos una idea segura de porque. Yo seguía diciendo que la causa debía ser el beso, ya que era lo único diferente a lo que habíamos hecho durante nuestro tiempo como mujeres, pero ellos seguían empeñados en que no, no era posible, ya que eso era cosa de cuentos de hadas. Por dios, ¿qué clase de lógica era esa? ¿Acaso convertirse del día a la mañana en mujer y luego de vuelta a ser hombre no era también digno de una película Disney? Esto es de locos, aunque lo peor es la naturalidad con la que nos hemos tomado este asunto, sin histerismos ni ataques de locura.
En estos pensamientos estaba cuando se abrió de pronto la puerta y entró Niall como una tromba.
-¡Harry necesito que me prestes ropa!- venía diciendo- ¡AAAAAH!- chilló cuando nos vio a los dos en la cama, ligeros de ropa y con una expresión atónita pintada en la cara- ¡PERDÓN NO QUERÍA INTERRUMPIR!- chilló de nuevo, saliendo de la habitación tal cual había venido.
-Niall es un poquito raro a veces, ¿no?- me preguntó Ronnie, que aún miraba a la puerta, sorprendida.
-Tú lo has dicho.

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Muy buenas, bichillos, ¿cómo estáis? Bueno, creo que no podéis quejaros, ya que he subido más pronto (pensé que iba a tardar más en escribirlo, la verdad)
Niall es un loquillo, ¿a quién se le ocurre entrar sin llamar? Así es como ves cosas que no quieres ver.
Por otra parte, leí una novela en la que la autora les pedía a sus lectores que le preguntaran cosas para ella responderlas, y en cada capítulo respodía a unas cuantas, y me pareció muy buena idea, así que, ya sabéis, preguntadme cosas que queráis saber y las responderé por aquí.
Por mi parte nada más que decir. Espero que os haya gustado el capítulo, en el próximo la cita de Niall y Mel... ¿puede que Naya vuelva a ser Niall? Lo sabréis en el próximo capítulo.
Votad y comentad, que me encantan vuestras opiniones.
Besos y a brazos a todos y todas.

PD: quería recomendados algunas historias si no os importa
La esperanza de volver a ver (Zayn y tú)- danagreysteel
Más que una fan (Niall y tú)- Alexa-Dream-1D
Bad girl (Luke Hemmings y tú)-Alexa_Dreams_1D
Milanne- Cris_96

And suddenly... GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora