And suddenly... Girls

Capítulo 38. Is this real life?

Capítulo 38. Is this real life?

Leya (Liam) POV

Jennifer y yo decidimos volver paseando, sin prisas, disfrutando del buen día que hacía, al contrario de como había ido yo a su casa, que había cogido un taxi para así poder llegar rápido y así no perderme ni un segundo de la entrevista de los chicos. Estábamos las dos en silencio, caminando lentamente, sin la necesidad de rellenar el silencio, ya que no era nada incómodo, si no al contrario. Mientras caminaba a su lado, por mi cabeza solo pasaban pensamientos de lo buena amiga mía que se había vuelto esta chica para mí y de lo mucho que me dolería si ella me dejara de hablar por la mentira que le había estado ocultando.

-Oye... esto... Jen...- titubeé.

-Dime- dijo ella volviéndose hacia mi jovialmente.

-Esto... ¿qué dirías sí... si yo...?- noté como empezaba a sudar de los nervios. Dios, ¿había algo más atractivo que una chica sudorosa?

-Si tu... ¿Qué?

-Si yo... si yo fuera Liam, de One Direction.

Se hizo un repentino silencio entre nosotros, un silencio que sentí como si fuera eterno, aunque seguramente no habían pasado más de diez segundos. Y cuando ya estaba a punto de retractarme y decirle que lo olvidara... ella estalló en carcajadas.

-¿Pero que bobadas dices, Leya?- rió.

-Hablo en serio, ¿que pensarías?

-Bueno, creo que al principio entraría en un ataque de histeria y probablemente me desmayaría de la emoción. Luego seguramente me sentiría engañada y traicionada y algo enfadada, pero probablemente se me pasaría con el tiempo- dijo dándose golpecitos en la barbilla con el dedo, pensativa- aunque no se si te perdonaría por ocultarme algo así, pero sólo podríamos saberlo si pasara, pero como es una situación absurda que claramente no va a pasar...

-Pero ¿y si pasara de verdad?- pregunté asustada, no podía permitirme el perder a Jen si me transformaba de repente- ¿no crees que no podría haberte dicho la verdad? Es que si me hubiera pasado y te lo contara seguro que me tomarías por loca y llamarías a un psicólogo.

-Bueno, si lo miras de esa manera tienes razón, pero me sentiría traicionada, la verdad, es algo que no podría evitar- suspiró ella- y cuando me siento traicionada me cuesta perdonar, soy algo rencorosa, defecto que me viene de familia y que deseo quitarme con todas mis manos. Pero bueno, ¿y a que viene este interrogatorio? Por favor, ni que todo eso pudiera llegar a ser real- se rió.

-Bueno... si te soy sincera...- me froté la cabeza, pensándome seriamente como decirle lo que quería decirle. Finalmente decidí ir a lo seguro, no irme por las ramas, decir las cosas tal cual son- en realidad soy Liam Payne de One Direction sólo que un día me desperté como mujer y ahora no se cómo volver a ser yo mismo, y lamento haberte mentido y haberte ocultado la verdad- solté de un tirón, sin parar a respirar.

Jen se quedó mirándome sorprendida, extrañada, patidifusa... y entonces estalló en carcajadas. Tan fuertes resultaron ser estas que se tuvo que doblar por la mitad y apoyarse en las rodillas con una mano mientras con la otra se daba palmadas en el muslo para dar más énfasis a sus risotadas. Una vez se hubo calmado, se irguió de nuevo, secándose las lágrimas que su repentino ataque de risa había provocado.

-Ay, que chiste más bueno Leya, hacía tiempo que no me reía tanto- me dijo, respirando hondo para terminar de calmarse- no se en que clase de fanfiction de los chicos has debido de leer esa paparrucha, pero a la que se le ocurriera la idea... le aplaudo, en serio- comenzó a dar palmadas fuertes y lentas, acompasadas, como si realmente le estuviera aplaudiendo a alguna especie de ente que estuviera sobre nosotros observándonos, y si esto fuera una novela y no la vida real, seguramente habría una persona más allá de las palabras, escribiendo todo lo que pensamos y decimos, como una especie de Dios todopoderoso que decide sobre nuestras vidas. Tuve un escalofrío. Esa clase de pensamientos eran demasiado profundos y turbadores las mí, yo prefería vivir mi vida sin pensar en ese tipo de cosas que sólo pueden amargarle la vida a uno.