Capítulo XVIII

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Había pasado una semana desde que Kellin por fin podría decir que era novio de Vic y es que a pesar de que los días iban pasando rápidamente aún no cabía en su mente la idea de que por primera vez en su vida tenía una pareja, y no cualquier pareja, tenía a Vic que era mucho mejor que cualquier otra persona.

Seguía tecleando en su computador los últimos estados de cuentas para enviárselos a Michael por email para que los revisara con detenimiento y posteriormente, los autorizara. También una de las cosas que aún no estaba en mente del pelinegro es la idea de saber que Michael ya no era solamente su jefe, si no más bien su cuñado. Jamás se había percatado del vínculo hasta la noche anterior en donde había hablado por teléfono con Vic durante más de dos horas, diciendo que el castaño debía presentarlo con su familia con el pretexto de formalizar bien su relación. Claramente el ojiesmeralda había dicho que era algo muy precipitado y que le daba un jodido miedo no caerle bien a la familia Fuentes aunque Michael lo amaba, o era lo que Vic le había dicho también la noche anterior.

-Buenas tardes. -Saludó Vic entrando a la oficina de Kellin sin avisar.

Kellin levantó su vista del computador. Le dedicó una gran sonrisa al licenciado.

-Hola. -Saludó levantándose de su lugar para poder abrazar a Vic.

Los brazos del castaño lo envolvieron entorno a su cuerpo y se dio el gran privilegio de hundir su rostro entre el cabello de Kellin para suspirar el aroma que éste emanaba.

-¿Ya terminaste? -Cuestionó el licenciado separándose de Kellin.

-Aún no. -Respondió sin ganas. -Tengo que terminar de revisar hasta el último punto.

-Te ayudo. -Sonrió Vic.

-No. -Contestó Kellin regresando a su asiento. -Este es mi trabajo, tú tienes el tuyo.

-Suenas como una madre regañando a su hijo. -Habló Vic burlón.

-Pues tómalo como quieras. -Kellin volvió su vista a su computador para reunadar su trabajo.

Vic soltó un leve bufido y caminó hasta a un lado de su novio para tratar de llamar su atención. Su paciencia terminó cuando después de varios segundos viendo fijamente su novio éste no le prestaba la mínima atención, por lo que recurrió a arrodillarse a un lado del ojiesmeralda para halar su camisa tal como un niño pequeño con su madre.

-Vic, espera. -Habló Kellin sin desviar su vista del computador.

-Hazme caso. -Reprochó el castaño insistente. -Por favor..

El pelinegro dejó ir un largo suspiro. Sus dedos dejaron de teclear para prestarle total atención al castaño que colmaba poco a poco su paciencia con sus acciones.

-¿Qué quieres? -Preguntó Quinn observando a su novio con detenimiento.

-Que vayamos a cenar. -Habló el castaño poniéndose de pie. -Hace poco abrieron un restaurante muy bueno y podemos ir a verlo.

Kellin observó a Vic con total seriedad. Su humor no estaba para ir a restaurantes y comportarse formalmente. Realmente desde hace una hora había iniciado aquél reporte y tenía unas inmensas ganas de descansar y dormir, dormir mucho.

-¿No podemos ir a otro lugar más relajado? -Cuestionó sin ganas el ojiesmeralda. -No sé, por un café... O incluso podemos pedir una pizza y comer en tu departamento.

Vic lo observó por un gran rato dudoso de la petición, pero accedió al momento que Kellin sonrió infantilmente para que su propuesta fuese aceptada.

-Bien, iremos por pizza. -Habló Vic. -¿Cuánto te llevarás terminando eso? -Señaló el computador.

-No sé, unos cuarenta o treinta minutos. -Se encogió de hombros. -Pero algo está seguro, si me dejas a solas terminaré más rápido.

King For A Night || KellicWhere stories live. Discover now