King For A Night || Kellic

Capítulo XII

Segundo día con el trabajo hasta el cuello. El cansancio ya estaba en cierta parte en el cuerpo del ojiesmeralda que tranquilamente subrayaba los números correctos en la gran lista de finanzas de los préstamos del banco.

Habían sido días realmente pesados. El trabajo en la oficina era demasiado y ambos chicos estaban totalmente concentrados en su trabajo.
También se acercaban un par de festividades por lo cual tenían que dar el cien por ciento.

-Creo que hoy también trabajaremos hasta tarde. -Habló Fuentes desde su asiento con la mirada atenta a su computador.

-Está bien. -Contestó el ojiesmeralda atento subrayando de nuevo. -Tengo que llamar a mi casa.

-Adelante. -Murmuró Víctor tecleando un par de veces.

El menor se levantó de su asiento dejando las hojas sobre el escritorio. Sacó su móvil de su bolsillo y marcó.

-¿Hola? -Habló una voz femenina del otro lado.

-Madre... Llegaré tarde. -Contestó el menor.

-¿Otra vez? -Cuestionó su progenitora.

-Sí, es mucho el trabajo que tenemos. -Explicó el menor sobando su sien con su dedo índice.

-Bien, cariño. -Contestó su madre. -Pero recuerda que papá va a viajar esta noche y no podrá ir por ti.

-Ahg. -Se quejó Kellin. -Es cierto, lo había olvidado por completo.

-Toma un taxi. -Ordenó. -Es más seguro así.

-Está bien. -Murmuró. -Adiós.

-Hasta luego. -Contestó su madre colgando la llamada.

El menor guardó de nueva cuenta su móvil y dejó ir un largo suspiro antes de volver a su asiento y tomar las hojas del escritorio.

-¿No vendrán por ti? -Cuestionó el licenciado.

-No. -Contestó Kellin concentrándose de nuevo en las hojas.

-Puedo dejarte en tu casa. -Comentó el mayor dejando aún lado su trabajo.

-No, gracias. -Contestó el menor sintiendo la mirada de Víctor sobre él.

-En serio, no es molestia. -Insistió el castaño.

-No, gracias. -Volvió a repetir el pelinegro.

-Te llevaré. -Habló seriamente. -La inseguridad está muy alta.

-No, Vic. -Susurró el menor. -En serio, no te molestes.

-Te llevaré. -Repitió volviendo a su trabajo.

El menor bufó y trató de conseguir su mayor concentración en las hojas para terminar rápido y evitar que su jefe lo llevara a casa. Realmente no le incomodaba la presencia del castaño, ni mucho menos sus intenciones pero tenía un cierto temor al presentarle a sus padres.

Sus padres aún mantenían una ideología antigua, y suponía que no podría mantener su enamoramiento en secreto. Así que prefería que las cosas se mantuvieran como están, siendo un total secreto.

-Terminé. -Exclamó el mayor apagando el computador y empezando a acomodar todas las hojas que estaban encima de su escritorio.

El menor sólo rodó los ojos y seguía su vista en las hojas. Podría hacer todo su trabajo con lentitud y así desesperar hasta que Vic decida irse solo.

Trató de subrayar y de ubicar cada número con total lentitud. Observaba de reojo los movimientos que hacía su jefe para guardar todas sus cosas.