King For A Night || Kellic

Capítulo XXI

Vic tenía en sus manos un montón de fólders, su tarea había sido organizar cada una de las gráficas por fecha y revisar que estuviesen bien hechas. Había pensado que ayudarle a Kellin iba a hacer un plan perfecto para gozar de su presencia, pero no salió como lo esperaba. 

Desde que Kellin le indicó todas las tareas que debía ayudarle a hacer no le había dirigido la palabra ni mucho menos puesto atención a sus alagos, ya que el pelinegro se la había pasado en su computador organizando cada una de las cosas que tenía que hacer y revisando que todo estuviese perfecto. A veces Vic se quedaba observándolo para llamar la atención pero el campo de concentración de Kellin era impenetrable entonces el castaño se cansaba de tratar de llamar su atención. 

  —¿Quieres pedir algo de comer? —Escuchó la voz de Kellin y dejó todo su trabajo a un lado.

—Creo que sería algo justo. —Respondió haciendo reír al pelinegro. 

—Llamaré a Sophia para que nos traiga algo de comer. —Comentó el pelinegro y tomó el teléfono para ordenar su comida.

Vic iba a decir algo más pero tuvo que guardar silencio cuando observó a Kellin hablar por teléfono. 

Dejó ir un largo suspiro, las cosas no estaban saliendo como lo había planeado y justamente tenía que empezar a convencer a Kellin de no salir tan tarde del banco para ir a su departamento y tener su cena romántica que había organizado desde hace más de una semana. Sabía que iba a hacer una tarea difícil convencer a Kellin ya que él había dicho que no se iba a ir de su oficina hasta que todo quedase perfecto, pero tenía que por lo menos hacer el intento.

  —Gracias. —Escuchó a Kellin colgar el teléfono.

  —¿Qué pediste? —Trató de iniciar una conversación.

—Dos ensaladas. —Respondió y volvió a dirigir toda su atención a su computador.

Vic soltó un bufido. Tal vez convencerlo iba a ser más difícil de lo que pensaba.

—Ya me cansé. —Comentó el pelinegro recargándose completamente en su asiento y dejando de teclear.

Vic sonrió, era su oportunidad y no tenía que desperdiciarla.

—¿Cuánto llevas? —Preguntó levantándose de su asiento para ir justamente enfrente de Kellin y recargarse sobre el escritorio para observarlo con mejor claridad.

—Como un setenta porciento. —Respondió. —Pero muero de hambre y mis ojos me duelen terriblemente.

—Yo te recomiendo que dejes ese computador. —Habló Vic. —Te vas a quedar ciego.

Kellin soltó una risita. 

—Necesito acabar esto. —Contestó. —Es algo muy importante para el banco, además tengo que demostrarle a tu hermano que puedo con esto. 

—Pero te estás cansando un montón y falta una semana. —Argumentó el castaño. —Creo que con eso es suficiente para demostrar tus capacidades.

—¡Por eso! —Exclamó el pelinegro. —Tengo sólo una semana y necesito terminar esto antes. 

—Al menos descansa hoy, trabajaste mucho y te mereces descansar. —Vic trató de poner en marcha su plan.

—Podré descansar mañana si termino esto hoy. —Replicó Kellin. —Ésta cosa me mata. —Se quejó el pelinegro jalando el nudo de su corbata. 

—Yo te ayudo. —Vic se acercó a su novio para desatar la corbata de Kellin. —Ya quedó.

—¿Cómo le haces para estar casi todo el día con ésta cosa? —Se quitó la corbata y la colocó sobre su escritorio.