I'm Gonna Change You

De no ser por la resaca...

"Como un río fluye
Seguramente al mar
Cariño, así va todo
Algunas cosas están destinadas a ser, oh
Toma mi mano, toma mi vida entera también

Porque no puedo dejar de enamorarme de ti"

Twenty Øne Pilots-Can't help falling in love (cover).

*** *** ***

Hermione caminaba alrededor del lago, con el bañador puesto y encima el vestido tejido blanco. El sol estaba en lo más alto del cielo, brillando con fuerza y haciendo que el día fuera demasiado caluroso.

Faltaban tres semanas para el 1ro de Septiembre, una para el regreso de Ted y tres días para finalizar sus vacaciones con Remus.

Sin duda alguna, esas vacaciones habían sido unas de las mejores. Se sentía feliz y completa, a gusto con lo que tenía en ese momento.

Remus apareció unos minutos después, llevaba una botella de jugo en cada mano y se acercaba a paso lento.

Hermione no había perdido detalle de su apariencia. Él lucía cada vez más como un hombre sano, se veía radiante y sonriente a pesar de los pocos problemas que aquejaban su vida. Era algo maravilloso pensar que ella era una de las razones por las que Remus se veía así. Le gustaba pensar eso.

Esa mañana habían despertado particularmente tarde. El haber estado conversando hasta altas horas de la madrugada les había hecho fortalecer la confianza de la relación, habían creado un vínculo mucho más estrecho y fuerte del que tenían anteriormente y eso les hacía felices. Habían dejado de dormir poco después de las dos de la tarde, y sólo porque el hambre les obligó a levantarse.

—Aquí tienes—dijo Remus, entregándole una botella a Hermione—. Estaba pensando en retomar lo que dejamos pendiente por la madrugada. Estoy realmente curioso el día de hoy.

Hermione le agradeció por el jugo y sonrió.

—No hay mucho por saber.

Fueron a sentarse sobre una manta que habían colocado anteriormente a la sombra de un árbol, querían estar cómodos. La vez anterior se les había ido el tiempo como agua entre los dedos.

—Veremos qué puedo investigar.

—Adelante, entonces.

—¿Por qué Hogwarts?—Inquirió Remus, alzando una ceja.

Hermione frunció en el entrecejo, era algo que no se había preguntado realmente.

Le gustaba enseñar, le gustaba la Historia de la Magia, le gustaba el Castillo, le gustaba trabajar. "También me gusta él. Él está en el Castillo todo el tiempo. Si me quedaba con el trabajo de profesora, estaría cerca".

—Porque es un lugar en el que me gusta estar. Me gusta la Historia, me gusta enseñar. Además, allí estabas tú. En el Ministerio, no.

—Interesante—comentó él, sonriendo.

Hermione sintió sus mejillas calentarse. Después de todo, sí había varias cosas por saber, cosas que ni siquiera ella se había preguntado en sus momentos reflexivos. Aunque creía que, en el interior, sí las sabía pero intentaba ignorarlas. Se sentía un poco descarada al contarle.

"Si voy a contarle todo, que sea realmente eso, todo. No las partes menos vergonzosas".

—¿Recuerdas cuando Ron llegó a tu aula a buscarme?—Remus asintió levemente—. Bueno, luego de que te fuiste, no supe qué pensar. Llegué a muchas conclusiones. La más... acertada, creí, era que te sentías mal del estómago y por eso te habías ido de repente. Fue muy raro, la verdad, así que no encontré mayor explicación y tampoco le dí más vueltas. Después de que hablara con Ron y él se marchara, me sentí estresada. Escribir me relaja, así que me senté en tu escritorio y busqué una pieza de pergamino limpia. No había ninguna a la vista y bueno...—E cubrió la cara con ambas manos, intentando no ver la expresión de Remus cuando le dijera lo que había hecho y no sentir tanta vergüenza—. Bueno, tú no estabas. Busqué en el primer cajón y me... No era mi intención violar tu privacidad ni husmear en tus cosas, lo juro. Pero encontré una conversación en la que Neville intentaba convencerte de que te confesaras con cierta mujer.