I'm Gonna Change You

Amigo está bien, gracias

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La semana se había ido en un abrir y cerrar de ojos. Habían sido días de buenos momentos con la familia, de reír y descansar, de no preocuparse.

En realidad, no. Eso último no. Remus sí que había tenido problemas y preocupaciones. Después del campamento, Teddy dejó atrás su actuar huraño y habían hablado a fondo sobre los problemas que tenían para verse, los altercados en el colegio muggle al que asistía y sobre su novia, que resulta era nada más y nada menos que Molly Mahoni, aquello era una larga historia. Todo había quedado casi solucionado, sólo faltaba hablar de algunas cuestiones con Tonks.

Ahora, yendo al punto, lo que había dado problemas y preocupaciones a Remus, había sido una broma. Broma en la que habían participado Rick, Sully, Teddy y el mismo Sirius, quien dejó a un lado la guerra que tenía con los mellizos para, citando sus propias palabras, "joder un rato a Lunático, ha estado muy tranquilo".

El cuarteto se las había arreglado para colocar explosivos en la habitación donde se estaba quedando Remus, así que esa mañana, todo había sido un caos en Grimmauld Place #12.

Independientemente del susto que le sacaron al pobre Remus, la cama quedó destrozada y la habitación un poco quemada. Remus agradecía haber salido de ahí antes de lo peor, porque ciertamente había quedado un enorme hoyo en el lugar donde había estado la cama, la cual había llegado al primer piso, aterrizando justo sobre la sala.

Rebecca estaba bastante molesta con Rick y Sully, pero lo estaba aún más con Sirius. En ese momento, había una gran discusión en el comedor, que era uno de los dos lugares libres de ceniza o escombros en el primer piso; el otro era la cocina.

—Estoy decepcionada de ustedes—murmuró Rebecca, mientras paseaba de un lado a otro—. Destruyen la casa en la que viven, ¿quién en su sano juicio hace eso?

Sirius miraba a sus zapatos, intentando disimular una sonrisa, Rick la miraba desafiante y Sully se mantenían serio, sabía que había cruzado la línea. Teddy lloraba en silencio.

Remus había obtenido heridas pequeñas en la espalda, brazos y pecho, por lo que su camisa blanca tenía manchas rojas. Esa era la razón del llanto de su hijo.

—Rick, Sully, están castigados. No hay dulces, ni paseos, ni televisión, ni salir con sus amigos, nada. Y olvídense de las excursiones a Hogsmeade.

—Bec, no crees que esto es...

—Sirius, justo ahora no quiero escuchar ninguna palabra tuya— musitó Rebecca, sin siquiera dirigirle la mirada—. Ustedes dos, a su cuarto, y como oiga el más minimo ruido, discusión o pelea, el castigo se extenderá hasta que terminen Hogwarts.

Ricker y Sullyen eran mellizos, no gemelos. Eran muy distintos físicamente, Sully era castaño, mientras que Rick era moreno. Los ojos de Sully eran verdes, sólo que el derecho tenía una mancha azul; y los ojos de Rick eran de un azul intenso. También estaba que Rick era más delgado que Sully, lo que lo hacía parecer más alto, pero su estatura era casi la misma. En cuanto a personalidad, Sully era tranquilo mientras estuviera solo, pero si agregabas a Rick a la ecuación, pasaban cosas como la explosión en la habitación de Remus. Aunque Sirius también los inspiraba bastante.

Ahora ellos vivían con Rebecca y Sirius, quienes hacían de padres aunque no los llamaran de esa manera. La madre de los mellizos era hermana de Rebecca, ella había muerto hacía once años, había tenido un desafortunado encuentro con un vampiro. Y su padre, bueno, al enterarse que lo sería quiso huir, cuando supo que serían dos, lo hizo. Según la misma Rebecca, el hombre nunca había sido una buena persona, no trabajaba y era un alcohólico. Así que desde entonces Sullyen y Ricker Claymoore estaban bajo la completa tutela de Rebecca Claymoore.