Los vaqueros son mejores, já

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"He aquí, tienes mi corazón de nuevo
Dí mi nombre, quiero escuchar tu llamado
Abrazame fuerte, quiero sentir tu corazón"

Skrillex & Diplo ft. Kai-Mind

*** *** ***

Remus recibió a Wanda la tarde del 24 de julio, que era calurosa y soleada. Tomó la carta del pico de la lechuza y la leyó rápidamente. No hace falta mencionar que se desanimó un poco, pues, según la fecha de la carta, sólo había transcurrido un día de los siete que Hermione tardaría en regresar a casa.

Dio agua y comida a la lechuza y, con un suspiro de agotamiento (ya que había pasado los últimos dos días limpiando el desastre de la casa), fue a tomar un trozo de pergamino, la pluma y el tintero, y se sentó frente al escritorio del dormitorio principal.

—Al menos tendré tiempo para restaurar todo por completo—dijo para sí, en tono de consuelo—. Mmh... Tal vez podría ir por ella.

Al terminar de escribir, decidió dejar que Wanda descansara el resto del día antes de enviarla de nuevo hasta Hermione. La pobre lechuza había volado por horas.

Después de llegar al pueblo, que no estaba para nada cerca del lago, pudo conseguir comida y cosas necesarias para la casa, como toallas y mantas; luego de comer, siguió con la limpieza de la casa. Ciertamente estaba arrepintiéndose de haber rechazado la oferta de Sirius sobre enviar a Kreacher para que lo hiciera por él.

Al entrar en la casa, lo primero a la vista era un recibidor amplio que daba dos opciones: derecha a la cocina e izquierda a la sala. La cocina también era amplia, con una isla multifuncional, además de una media pared que daba vista al comedor y la puerta que daba al mismo. La sala era la segunda habitación más grande de la casa, contenía tres grandes sillones negros y uno pequeño en blanco, una mesita de café con estampado de mesa de ajedrez (en la cual realmente se podía jugar), una chimenea sobre la cual descansaba una gran pintura de Hogwarts en vista nocturna (sin luna, lo cual a Remus le hizo gracia), y un gran ventanal con dirección a la puesta de sol. Remus creyó que la única posible idea de Sirius para decorar, habría sido la pintura de Hogwarts y el gran ventanal, ya que desde su estadía en Azkabán, los lugares abiertos e iluminados eran su adicción, y claro que no lo culpaba. Seguro él estaría peor de haber pasado aquello, o al menos eso era lo que pensaba.

También en la sala, estaban la escaleras de acceso a la segunda planta, donde habían dos habitaciones adicionales y el dormitorio principal, que era la habitación más grande de la casa. Todas las habitaciones contaban con un ventanal grande.

Al caminar por el largo pasillo de la segunda planta, te encontrabas con una trampilla en el techo, la cual era la entrada al ático, que al parecer era una especie de sala de juegos.

Remus tuvo que usar magia para limpiar, porque creyó que de no hacerlo, no terminaría nunca. Y aún así, le llevó cuatro días (contando desde su llegada) terminar. Así que, según los cálculos, faltaban poco menos de tres días para el regreso de Hermione.

Como ya no tenía que hacer limpieza, Remus se dedicaba a leer, a preparar su comida, iba a nadar al lago o, cuando el aburrimiento le ganaba, subía unas cuantas colinas hasta el pueblo, a pie para matar el tiempo, y compraba chocolates, helados o libros muggles que parecían ser interesantes ("El Arte del Ilusionismo" o "Deje asombrados a sus amigos: Cien trucos de magia"), los cuales le hacían reír.

Tres días después de recibir la carta de Hermione, subió al pueblo a comer, pues no le apetecía prepararse algo. Así que llegó a un pequeño restaurante y fue a sentarse en una de las mesas con sombrillas que estaban fuera. A media comida, una mujer se le acercó. Era una rubia que llevaba una larga falda y una diminuta blusa, si es que se le podía llamar así.

I'm Gonna Change YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora