Octavo paso.

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Wilmer.

Mis pupilas se dilataron cuando percibí el débil papel, un pequeño trozo de papel, que con las manos finas de ella, había arrancado de una libreta, y tomado una pluma y escribir su número. Ahora acostado en el suelo vulnerable.

-Esa perra.-comentó Margo.
Pensé en si ella conociera realmente el significado de esa palabrota, no creo que sepa.
Un grupo de chicas de primer ingreso decían comentarios alabando a Samyra, cosas como:

"Dicen que nunca se ha enamorado"
"Dicen que su belleza es completamente rusa" "Pero su apellido es alemán"
"Su hermano y ella son hermosos"

Todas ellas hicieron una pausa a su cuchicheo y suspiraron cuando pasó de largo el tipo que estaba hablando con Samyra. Pero no hacia tanto caso a ello. Lo único que perturbo mi vista fue que al pasar, pisó, ensució y arrugó la única información que tenía de Samyra.

De un momento a otro tenía una necesidad insaciable de conseguir ese número, de conseguir más. Así que camine hacia el chico intimidante, a uno pasos de el ya me estaba arrepintiendo de la terrible idea.

-Hola.

-Ajá.-dijo sacando un puro y mirando hacia donde estaban las chicas.

-¿Donde está Samyra?.-pregunte finalmente y descarte cualquier consecuencia que podría tener.

Me volteó a ver y ahora sí me miró.
-¿Que te importa?

-Solo dime.

-Ve a preguntarles a ellas.-señaló al grupito.-se saben todo el horario de Samyra.

-Bueno, ¿sabes qué? No importa.-me di la vuelta.-Se debe de sentir bien tener admiradores hombres y mujeres.

Y caminé de vuelta con Margo y Borja.
Inmediatamente me vieron diferente.

-¿Para que le hablaste a Hugo?.-preguntó la voz chillona de Borja, el pobre no tenía maduras las cuerdas vocales.

-Una duda, nada más. Hey Margo.-dije pasando de tema.-¿que le hizo a tu hermano?

-Lo golpeó.-parece bastante dolida y enojada.

-¿A tu hermano? Pero si....el es fuerte.

-Si, pero esa inconsciente lo agarró en momentos de tensión.

Necesitaba saber más.-¿Que hizo para merecer una golpiza?

Suspiró y nos contó detalle por detalle lo que pasó, y desee que no fuera real, simplemente me rehusaba a dejar entrar en mi cabeza la idea de la guapa chica Samyra golpeadora e usando métodos de violencia.
Cuando llegó a la parte de la denuncia la tuve que detener.

-¿Qué pasa?

-Mmmm, para hacer una denuncia tienes que tener el testimonio del acusado, tal vez yo te pueda ayudar en eso.-dije tremendamente nervioso, ¿como iba a interrogar a Samyra? ¿Como la iba a encontrar primero?

Me miró acusadora.-¿lo harías?

-Claro.

En ese momento recordé mi horario y revisé la hora, 12:30, en 10 minutos tendría mi penúltima clase del día.
Me despedí de mis amigos con la mano y caminé hacia el final de la tarde.

Las últimas 2 horas pasaron relativamente rápido, no podía poner mi atención absoluta en las clases por estar ideando mi plan para enfrentarme a Samyra, también pensé en sus admiradoras o club de chismes, no entendía por qué no las mencionaba o simplemente no se daba cuenta. No la conocía realmente, así que no me podía decidir por una de las dos opciones.

15 pasos al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora