Décimo paso.

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Wilmer

Horrible.
Escandalosa.
Irritante.
Mañana.
Estaba repitiendo mientras caminaba exhausto por la cordillera de la amplia calle limpia a unos metros de mi edificio. Cuando terminaba de musitar las cuatro cosas empezaba de nuevo. Irritante mañana.

Esta mala racha empezó desde ayer en la noche que desgraciadamente perdí la memoria donde tenía avanzado un trabajo de la clase de Paradigmas teóricos una gran parte de evaluación.
Entonces primeramente esta mañana olvide poner el despertador y me levante 30 minutos tarde.
No funcionaba la cafetera y no tome café- pero eso no fue un terrible problema ya que no es que no viva sin café- el desastre fue cuando abrí un cartón de leche distraídamente y lo tire encima de lo poco que había salvado del trabajo.
La Toyota esta mañana se le ocurrió no arrancar, bueno prácticamente no podía, la revisé y note que se le había pinchado una llanta y se metieron numerosas ramas en el capote de un árbol de manzanos.

Y así es como termine caminando por la calle desanimado y harto del insoportable calor. Levante la cara al cielo, lo bueno es que no estaba en su máximo punto el sol y ya tenía como 40 minutos caminando que en total fueron como 500 metros.

Motos, carros, bicicletas, autobuses pasaban de mi como burlándose de mi aspecto.
Una ráfaga de viento pasó que en su momento hubiera sido refrescante pero el aire soplo y se me resbalaron las llaves con un enorme llavero de unos lentes bastante frikis. Cayeron justo en la orilla de la banqueta a unos pies del carril.

Una moto negra costosa se empezaba a acercar a toda velocidad sin importarle el límite con un conductor esbelto, NO, tenía demasiadas curvas para ser hombre, la chica tenía pantalones ajustados negros y una chaqueta, no lograba ver su cara ya que su casco estaba polarizado. Pero mientras la veía venir note que iba disminuyendo su velocidad hasta quedar justo enfrente de mis llaves.
Paro en seco.

La chica observó mi cara confusa y se bajó lentamente.
Musitó algo que no logre comprender.-Lo siento, ¿que dijiste?

Se quitó el casco y pude ver una sonrisa blanca con piercings.
-Bonitas llaves.-dijo Samyra señalando las llaves que aún seguían en el piso.
Ella se agachó para agarrarlas y me las entregó en las manos.

-¿Necesitas transporte?

Parpadee exageradamente y dije.-¿Pasas por aquí?

-Usualmente, no.-mencionó levantando los hombros.

-Eeemm, creo que si voy a necesitar que alguien me lleve.

-Es muy tarde, ¿El Segundo día y ya faltando a clases?

Bajé mis ojos a mis brazos cansados de cargar 40 hojas y un libro.-Hoy no fue mi mañana.

-Absolutamente.-carcajeo y dirigió su mirada hacia su moto.- Anda, súbete, te lo juro que llegaremos en un segundo.

-¿Te han multado?.-pregunte pensando en los kilómetros por hora en las que hace unos minutos estaba conduciendo.

-¿Tu lo vas a hacer?

-¿Quien dice que no?

-Diablos, te tendré que golpear.

-Inténtalo.-dije y desee no hacerlo.

Me mostró una sonrisa de oreja a oreja y no tuvo que dar ni un paso para meterme su pie entre los míos, dar me la vuelta, aprisionarme los brazos y manos. Todo pasó en un segundo, yo no entendía por qué esta chica que está a un salto de ser flaca tiene tanta fuerza-o tal vez soy yo el que tiene que ejercitarse cabe decirlo.

15 pasos al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora