Samyra.
Las puertas torcidas metálicas se abrieron para mí dejando ver el policía nocturno que me dejó pasar con una inclinación de cabeza.
El campus se veía totalmente distinto en la oscuridad, realmente, honestamente; todo se ve diferente a la luz de la Luna, más profundo y torcido con billones de secretos y misterios.El edificio de mi destino estaba más alejado de la entrada principal que de la entrada trasera. Así que unos minutos después se asomó, gris y brumoso con las ventanas tapizadas con colores que alegraba un poco el ambiente y el gran cartel primero improvisado claramente ocurrido en una borrachera, la frase y el cartel quiero decir.
Aparqué y salte afuera de mi compañera de viaje hacia las puertas plateadas con candado, con las llaves correspondientes en la mano abrí lentamente previniendo cualquier ruido escandaloso. Estas rechinaron un poco al abrirse pero en el silencio absoluto se oyó como si hubieran rechinado 120 puertas al mismo tiempo. Y lo que faltaba; hicieron el mismo sonido al cerrarse.
Sentí en mi cabeza como me rozaban las tiras de papel china recortadas finamente en algún momento pero con el tiempo perdieron un poco el color, las bombillas estaban apagadas y el pasillo pobremente iluminado nada más por antorchas de luz baratas,también de colores. Se me empezaron a llenar los oídos de las voces familiares y la música impalpable, unos metros antes de llegar a las únicas puertas al final estaba la mejor parte del paseo; El Segundo cartel dorado con letras fosforescentes que relataban con orgullo; "¡Bien llegados a Technicolour Symphony!"
Empuje ágilmente las puertas con ambas manos y vi el escenario al que me había acostumbrado: música sonando a todo volumen; personas riendo, bailando; pequeños taburetes esparcidos por todo el lugar; un poco al fondo una mesa repleta de botellas de agua; el alto techo lleno de las mismas tiras y frases pacifistas, frases sacadas de libros, frases originales pero todas escritas a mano con colores; unas escaleras estrechas con cortinas de papel en donde entraban y salían bailarines y finalmente el escenario elevado de todo esto hecho de madera y de fondo una pared desnuda de cemento. Me dejé llevar y caminé hacia ella donde estaban mi grupo de baile conformado por el mismo grupo de la clase de "Lectura fluida" sentados en un círculo con las piernas cruzadas.
En cuanto me deje ver de un salto todos se voltearon a verme con cara antipática. Carl, un chico con cara franca y delgado fue el primero en hablar.-20 minutos tarde.-dijo este sin ninguna expresión.
Levante la cejas y dije.-¿En serio?
Hugo se levanto y en seguida todos le siguieron.-¿Donde mierdas estabas?
-¿Vamos a bailar o vine para recibir regaños?
-Hagamos esto por una maldita vez.-dijo Emma preparándose en su lugar.
Todos dirigieron sus pies a los lugares asignados y saqué una pelota de goma negra y la aventé al gran bowl de metal, cada una de las personas dejaron de hacer lo que estaban haciendo y Delil (el encargado de poner la música) se sobresaltó y puso la pista.
Empezó a sonar Nature de Lund y me desconecte de todos mis sentidos, lo único que hacía era seguir los pasos que habíamos creado. Admiré la belleza de la música que ahora no era tan ruidosa, estaba en el volumen perfecto para volar. El tempo iba perfectamente coordinado con cada movimiento, con cada salto que dábamos con el corazón. Esto es por qué estábamos aquí, los que entran es por qué usan la música como salida de todo, la usan para entender al humano, para domar al alma y para escuchar a los sentidos. Solo en la parte de la pequeña bajada de voz me concentré más; en esta parte todos dábamos saltos y marometas dobles y triples. Cada segundo de la canción fue en realidad un olvido, pero cuando terminó triunfalmente me acordé de mis pendientes y ocupaciones.
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15 pasos al cielo
JugendliteraturMuchas veces tú mismo cielo es el infierno sobre la tierra. Alguien que OBSERVA los gigantescos demonios de las personas, observa pequeños UNIVERSOS. El CLICHÉ NO CLICHÉ. Está estrictamente prohibida la COPIA o ADAPTACIÓN de cualquiera de LOS CAP...