Juego Peligroso (BTS Jimin) "Saga sin memoria part.1"

Capítulo casi el final✨

Después de mi ultimo chequeo el medico me dijo que tenía que suspender los medicamentos que estaba tomando para poder consumir los nuevos que él me dio esta mañana, y de esta manera, al parecer  poder recuperarme  lo antes posible. El doctor me explicó que consumir ambos sería peligroso, ya que tanta sustancia dentro de mi cuerpo podría tener algún efecto negativo en mi salud y en lugar de beneficiarme, conseguiría empeorar. La idea de dejar de consumir mi medicamento que me ayudaba a controlar mi enfermedad mental me asustaba, pero también debía reconocer que el doctor tenía razón y por mi bien, no debía consumir ambos, me sentía entre la espada y la pared, temía mucho, en demasía por mi, solo rogaba porque todo saliera bien estas dos semanas en las que tendría que suspender mi tratamiento.

***

Mi madre ya estaba aquí, me había traído algo de ropa limpia para cambiarme ya que el doctor me había dado de alta. Jimin me dejó un mensaje en mi teléfono disculpándose por no poder venir por mi ya que al parecer estaría ocupado hablando con Hyeri sobre su relación, iba a terminar con ella. Y no me ponía contenta en lo absoluto, aunque me sentí un poco mal por ella, a pesar de lo que Taehyung me contó sobre Hyeri y de la posibilidad de que ella esté encubriendo algo del accidente, debía reconocer que nunca se portó mal conmigo, al contrario, siempre me ayudó el tiempo que estuve  estudiando en Yonsang, y lo que hizo con Irene, cuando ella le confesó al director que yo no robe su collar. No sé, realmente no la conocí tan bien o almenos no ahora como en el pasado para poder opinar sobre ella.

Di un leve suspiro y me levanté de la cama lista para irme, mi madre me miró derrapando alegría, le gustaba la idea de que al fin dejaría el hospital.

—¿Y cómo te sientes cariño?—Me cuestionó mientras se acercaba  a mí abriendo sus brazos para cobijarme en ellos.

—Muy bien mamá, estaba harta de este lugar.

—Yo igual, no me gusta verte en este tipo de sitios, y dime ¿Jimin no vendrá?.

—No, me mandó un mensaje de texto, dijo que iba a estar con Hyeri, su novia—Mi madre frunció el ceño y se separo de mi.

—¡Ah! ya veo, ahora que él ha decidido estar contigo debe terminar su otra relación, me parece algo muy sensato de su parte.

—Es lo correcto mamá, yo no pensaba estar con él sabiendo que tenía una relación. Es mejor que él aclare lo que tenga que aclarar con ella para evitar peores daños.

—Estoy de acuerdo contigo, entonces.. ¿estás lista para irnos?.

—Si mamá, vamonos ya, no soporto estar más aquí.

Narra Taemin

Después de haber visto a Leila entrar al consultorio de ese doctor, sentí como la sangre subía hasta mi cabeza junto con un escalofrío calante  recorrer mi cuerpo. Después de tanto tiempo sin saber nada de ella, sin escuchar su voz, sin oler su aroma, al fin la tenía tan cercas de mi, debía averiguar su habitación, debía salir de aquí cuanto antes, tenía que idear una forma de escapar de los guaruras que Hyeri dejo cuidándome, era mi oportunidad de librarme de ella, no debía desaprovecharla.

Espere alrededor de 20 minutos afuera escondido entre el pasillo a que ella saliera para poder averiguar su habitación.

Cuando ella salió de ese consultorio lleve mi flequillo al frente tapando mis ojos y camine con mis muletas detrás de ella, pude notar que ella se percató de mi presencia volteando ligeramente hacia atrás mirándome, entonces puse mi mirada en el piso, ella no debía verme, no podía darse cuenta de que era yo, almenos no por ahora.

Unos segundos después, ella devolvió su vista al frente y continuó su andar, vi entonces que entró a la habitación 315, era ahí donde se estaba quedando, acerqué mi oído a la puerta para intentar escuchar algo, pero había un mutuo silencio y me aleje unos momentos, alrededor de 10 minutos después, una mujer se acercó a su puerta y entró, era algo mayor por lo que supuse sería su madre o algún pariente cercano, me asome entonces de nuevo apoyando mi oído en la puerta y claramente escuche cuando ella dijo que le acababan de dar de alta y se iría, ¡no puede ser!, —pensé.